cinco

14K 840 148
                                    

Milana

Una vez llegamos a casa de Mateo, me quedé contemplando todo alrededor, el living era bastante grande y amplio ya que no tenía muchos muebles.

—¿Tenés hambre?—preguntó el morocho haciendo que saliera de mí trance y me giré para centrarme en el.

—No, vamos a hacer esto rápido. Me tengo que ir—argumenté mientras iba hasta la mesa para apoyar la mochila.

—Tenes que comer Milana...—habló suave, moví la cabeza para volver a mirarlo pero esta vez con el ceño fruncido—Dale, ¿que querés?

—No tengo hambre Mateo, vamos a hacer el trabajo y ya está—contesté sacando las cosas de la escuela.

Soltó un bufido y camino hasta la mesa con sus cosas para hacer los mismos actos que yo, sin embargo el los hizo con más tranquilidad y con un poco de enojo.

—¿Tenés computadora?—pregunté, asintió y se levantó para ir a agarrarla.

Cuando la trajo ya tenía todos los libros fuera para poder empezar a copiar toda la información que estaba en ellos.

—Busca los efectos y tipos—ordené mientras prendía el aparato, este asintió y abrió su libro para empezar a buscar. Lo miré y tenía carita de cansado, por lo que agregué:—Teo, si querés andá a comer algo, no tenes muy linda cara y voy copiando esto pero andá.

—No, voy a ir busca...

—Andá, en serio. Yo no tengo problema—solté, este asintió con una sonrisa y se levantó para ir a la cocina.

En lo que venia el morocho me puse a copiar mí parte del trabajo, la cual era la definición y las causas de la percepción y las alucinaciones, además de los mensajes subliminales.

Después de alrededor de media hora apareció Mateo con una bandeja, con dos tostados y un licuado de banana. Lo miré y este me sonrió haciendo que eleve una ceja.

—Me imagino que es para vos—anuncié, soltó una carcajada y negó—Te dije que no quería comer Rayo.

—Dale Mila, tenés que comer mirá si te desmayás o algo, encima están buenísimos los tostados que hago, dale, no seas mala—insistió el rapero haciendo un mini puchero.

Conté hasta diez para no gritarle, me molestaba que insistieran tanto, sabía que era mí salud pero más allá de eso, me molestaba y me hacía poner de un humor insoportable.

Agarré uno de los tostados y empecé a comer bajo la atenta mirada de Mateo, la cual me ponía incomoda.

—¿Podes dejar de mirarme mientras como? Me pone bastante nerviosa—hablé dejando el tostado en el plato haciendome reír al morocho.

—¿Te molesta?—cuestionó el con una sonrisa bastante divertida, asentí rápidamente y entonces agregó:—Pues jala de esta.

Al ver mí cara estalló a carcajadas y cuando se quiso acercar para abrazarme, le di empujón haciéndolo reír un poco más.

—Sos un imbécil, normal que no la pongas—afirmé negando aunque con un tono bastante duro, estaba enojada.

—Yo con ponertela a vos me quedo conformo—soltó encogiéndose de hombros haciendo que lo miré con los
ojos abiertos de par en par.

• • •

tengo una idea para una novela, pero no sé de quién hacerla, así que si me hacen el fav↓❤️

fría ; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora