Capitulo 2

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Narra Federico Guerrico

  Disfrutaba mucho estar con Minerva en el bosque solos. Ella me hacia sentir bien porque a pesar de ser muy fria me trata como a un hermano, respeta cuando no quiero hablar de algo, es sincera y sabe siempre que decir.
  -¿Queres que te diga lo que pienso con respecto a lo de Luciano?-. Asenti con la cabeza y ella me dio el cigarrillo de marihuana. -Pienso que no va a ir a custodia domiciliaria y los abogados de su papa le van a echar la culpa a el profesor. Y por eso Luciano solo va a tener que pagar una multa, que obvio, su papa va a pagar. Por otro lado, si te pide perdon va a decir que lo hizo por amor y porque queria pasar mas tiempo con vos porque "te ama"-. Minerva hizo las comillas con los dedos junto a una cara muy graciosa al decirlo.
  -Bueno, muchas gracias, querida amiga-. Nos levantamos y nos dimos un abrazo. -Tengo que ir a la cafeteria-.
  -Vamos-.

  Cuando llegamos a la cafeteria habia un monton de reporteros que corrian a mi para empezar a gritarme preguntas sobre como me sentia, si habia levantado cargos, si alguna vez me imagine ese acto, etc.
  Minerva grito que se callaran todos y asi lo hicieron. -Van a dejar a mi amigo en paz que tiene que entrar a trabajar y cuando salga va a haber un solo periodista. Si hay mas de uno el no va a dar notas-.
  -¿Federico crees que fue un acto de amor...-. Comenzo a decir un periodista y mi amiga lo interrumpio tirandole, un chicle que comia, a su cara.
  -Espero que quede claro mi mensaje-. Me agarro de la mano y todos abrieron paso para que podamos entrar a la cafeteria.

  Sali de bañarme y prendi mi celular. Me mire al espejo y note que estaba muy bien fisicamente gracias al tiempo en el gimnasio. No era un super musculoso pero un poco marcado estaba.
  El timbre sono y fui a abrir. Un chico casi de mi misma altura con unos brazos que demostraban un poco de pesas, pelo y ojos marrones claro, estaba parado con una sonrisa.
  -Hola, ¿te conozco?-. Pregunte muy cortes.
  -Federico, soy Gaston. Voy a tu misma secundaria solo que entre hace una semana-. Tenia una voz suave y serena.
  -Ah, barbaro. Pero no entiendo que necesitas-. Intentaba terminar lo mas rapido posible la conversacion porque yo estaba solamente con una toalla en la cintura y comenzaba a tener frio.
  Solto una pequeña risa nerviosa. -Me voy a mudar al departamento de al lado y queria conocer a mi vecino-.
  -Bueno, eh...-. No sabia que decir porque nunca me importo mi relacion con los vecinos. -Pasa y cuando termine de vestirme hablamos-. Cerre la puerta y el entro agradeciendome. -Alla esta la cocina, agarra lo que quieras mientras me visto-.

  Entre a mi cuarto y me puse un boxer negro, un pantalon largo azul y un buzo celeste con medias grises. Agarre mi celular y mire: tenia muchos Whatsapps, mensajes de Instagram, Twitter, Snapchat, correos electronicos y trece llamadas perdidas de Luciano.

  Camine a la cocina y ahi sentado estaba Gaston con una lata de Coca Cola. Tome asiento en otra silla y abri la computadora.
  -Que polemico fue lo de hoy-. No le respondi ni tampoco lo mire porque no queria hablar de eso. -Mi tio siempre tomando malas decisiones-.
  -¿Pedro es tu tio?-. El asintio. -¿Pedro, el profesor que era tutor en mi curso, es tu tio?-. Volvio a asentir. Me levante y puse a hacer cafe en la cafetera. -¿Queres cafe?-. Le pregunte cuando ya estaba listo.
  -Si, por favor-.
  El telefono de linea comenzo a sonar y ya tenia quince mensajes en el buzon. -¿Hola?-. Conteste sin ganas al saber quien era.
  -Federico por favor no me cortes-. Dijo muy rapido. -Necesito que me escuches-.
  -Veni a mi casa y hablamos aca-. Gaston se levanto y agarro su campera al escucharme. -Te espero-. Corte la llamada. -No te vayas, te necesito para un plan-. A ambos se nos formo una sonrisa en la cara.

  Fui a abrir la puerta apenas escuche el timbre. Luciano intento darme un beso en la mejilla pero me movi para atras.
  -Federico necesito que me perdones-. Dijo mientras caminabamos a la cocina. -Yo... te amo. No puedo vivir sabiendo que me odias-. Luciano llevaba lentes oscuros, gorro, capucha, bufanda y era completamente dificil ver su rostro. Pero cuando se saco todo eso pude ver su rostro. En su cara podia ver su sufrimiento, pero no me daba pena ni me ponia triste, al contrario, me daba felicidad ver que sufria.
  -No puedo decirte que no me dolio lo que hiciste, y tengo muchas ganas de desquitar mi dolor rompiendote la cara. Pero...-. Gaston salio de mi cuarto en ropa interior y una remera mia que Luciano usaba cuando venia a mi casa.
  -Hola soy Gaston Sotero...-. Le dijo a Luciano y el solo lo miraba sorprendido. -Amor tengo hambre-.
  -Ahora pido algo para comer, bebe-. Resalte el apodo y pude ver como los ojos de Luciano se llenaban de lagrimas.
  -¿Te queres quedar a comer?-. Gaston continuaba sonriendole a Luciano.
  -No, gracias... me... me estan esperando en el auto-. Su voz sonaba triste y eso me excitaba.
  -Ay, me olvide, cierto que hay guardias acompañandote a todos lados-. Me burle.
  -Me tengo que ir...-. Yo solo asenti con la cabeza y agarre del menton a Gaston para besarlo. Nuestras lenguas se movian de una manera muy comoda y demostraba por completo mi apetito sexual, asi que me separe.
  -¿No te ibas?-. Le pregunte mientras abrazaba a Gaston. El asintio con la cabeza y los ojos llorozos. Camino a la puerta y se fue. Me sentia muy feliz. -Besas muy bien vos-. Lo volvi a besar y caminamos a mi cuarto.

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