El ojiazul entró a su salón de lengua esa mañana, luciendo un lindo suéter recientemente adquirido, que lo hacía lucir genial. El amarillo definitivamente hacía resaltar sus colores propios.
- Es hermoso – reconoció Rachel, dándole una apreciativa mirada, ante la risita satisfecha de Kurt - ¿Es nuevo?
- Sí, ¿te gusta? – preguntó – Lo compré el día que me plantaste en el centro comercial – hizo un puchero falso, viendo a su amiga ofenderse de mentira – Y no sabes lo que me costó decidirme... había demasiadas opciones en rebaja.
- Es por el cambio de temporada – dijo con obviedad la castaña, acomodando su flequillo – Pero, finalmente, ¿cómo lo elegiste?
- Bueno, al principio estaba seguro de comprarlo en color azul príncipe... - comenzó a explicar – Porque, ya sabes que ese color me sienta muy bien... pero, entonces vi éste en el aparador y, dijeron que era el único que les quedaba y era de mi talla – dijo con emoción – No estaba seguro del amarillo, a veces es difícil de combinar, pero el señor Anderson dijo que realzaba mis...
- Espera, ¿qué? – le interrumpió, poniendo una mano al frente. Kurt se maldijo internamente por olvidar el pequeño gran detalle de no mencionar su encuentro con su maestro – Tú... dijiste que... ¿el señor Anderson te dijo? ¿Cómo fue eso? ¿Cuándo? – exigió saber.
- No, yo... lo que quise decir... este... - tartamudeó el castaño, tropezando con sus propias palabras.
- ¿Fuiste... a comprar con él, o...?
- ¿Tal vez? – susurró, sonriendo apenado. Rachel abrió la boca, escandalizada por lo que oía.
- ¡¿Qué?! – chilló, llamando la atención de los demás ocupantes del salón de clases.
- ¡Shhh! Sólo... ¿podrías callarte? – le pidió en susurros – Sí, me encontré por casualidad con él en el centro comercial – narró, ante la mirada atónita de su amiga – Me acerqué a saludar y hablamos... después compramos un par de cosas, tomamos un café... y eso es todo – aclaró – No es la gran cosa.
- ¿No es la gran cosa? – rebatió la chica – Kurt, ¿quién en este mundo hace algo como eso? – cuestionó – Uno no se va de compras con su maestro... eso es... muy extraño – terminó con un tono bajo.
- No lo es... - le restó importancia, tratando de sonar convincente – Además, el señor Anderson es bastante joven aún... no es como si tuviera sesenta años, Rachel... ya deja el drama, ¿quieres?
- Olvidas mencionar que es increíblemente sexy... - acotó, alzando su índice – Y eso... marca la diferencia en este asunto.
- ¿Por qué? – dudó el castaño, deseando salir de esa situación tan incómoda.
- ¿Has pensado que puede ser algún tipo de acosador? – le dio una mirada dramática, con sus ojos cafés centelleando de drama – O un pedófilo... o algo peor.
- Rachel... - la interrumpió, mostrándole una ceja alzada – Cierra la boca – la silenció.
Los chicos se mantuvieron en silencio el resto de la clase, incluso evitando sus miradas. Cuando el maestro dio fin a su explicación, Rachel se atrevió a volver a hablarle a su amigo.
- Kurt... soy tu amiga... - dijo, poniendo una mano en el brazo del castaño – Y te quiero mucho... sólo, si algo pasara... lo que fuera... confía en mí, ¿de acuerdo?
- Lo dices como si el señor Anderson fuera a lastimarme – se burló sin humor – Y eso no pasará, tranquila... Sólo fue una coincidencia el encontrarnos.
- Okay – y con eso, el tema se cerró entre ellos.
Más tarde, el salón donde el taller de reforzamiento matemático se llevaba a cabo, comenzaba a vaciarse, luego de que éste terminara. Kurt permaneció sentado, esperando por un momento a solas con el mayor. Atrás habían quedado las palabras de su amiga, porque el castaño las consideraba una tontería.
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Problemas Matemáticos [Klaine]
Fanfiction[TERMINADA] Kurt tiene un maestro sustituto que es increíble. No puede evitar tener un "crush" con él y finge no entender la materia para optar a clases de reforzamiento, que coincidentemente las imparte su maestro suplente, el Sr. Anderson. ~o~ Adv...