¿Amor?

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Danny regresó a su casa agotado por el caso. La noche ya estaba cayendo y lo único que quería era dormir. Cuando llegó sólo se lanzó en la cama, pero una llamada interrumpió su intento de dormir. Molesto, tomó el celular.

—¿Quién es? —Respondió de mala gana.

—¿Danny? —Los ojos del detective se abrieron en grande, era Steve—. ¿Dónde estás? Llamé al equipo y no sabían nada de ti.

—Uhm, lo siento. Pasé a mi casa por unas cosas.

—Está bien, pero no me asustes así, por favor.

—No te preocupes, no lo haré.

—Te amo.

Danny se mantiene en silencio por unos segundos.

—Yo también, Steve.

Luego de colgar, tomó sus cosas y se subió al Camaro. Había olvidado que estaba casado con su amigo y que vivía en su casa. Al llegar a la casa del comandante encontró lo que jamás esperó de alguien.

—Buenas noches, amor.

El castaño estaba vestido de traje, sin corbata junto a una mesa perfectamente decorada con velas. Todo a oscuras dándole un toque romántico.

—¿Qué es esto, Steve? —Preguntó asombrado y confundido.

—Es para ti. —Acortó la distancia en dos pasos y ambos quedaron de frente.

El corazón del detective se estrujó y negando varias veces las ganas de llorar llegaron sin permiso. Se sentía mal, le estaba mintiendo a su mejor amigo y él no lo hacía tan fácil con estos detalles que de alguna manera le empezaban a robar el corazón.

—Steve, yo...

—Shh —le interrumpió el castaño—. Todo esto lo hago porque te amo.

Las palabras salían tan sinceras que dolían sólo de escucharlas.

Sin esperar, Steve lo besó y Danny por sorpresa no continuó el beso hasta luego de unos segundos, movía torpemente sus labios contra los contrarios.

—Steve... —Jadeó el detective rogando que parara.

Este se separó un poco viéndolo como un loco enamorado. Danny sólo se sonrojó. Steve dejó un pequeño beso en su frente y se sentaron a comer. Hablaban y peleaban como si en verdad fueran esposos.

Al terminar su cena ambos fueron a la habitación de Steve. El moreno trató de acercarse pero el rubio se escapó al baño. Dejó el agua correr del grifo del lavamanos y se empapó la cara.

—No te dejes llevar —se susurraba a él mismo—. Él no sabe lo que hace —se repetía una y otra vez—. Está confundido —se dijo con tristeza.

Entonces la puerta del baño se abrió de par en par.

—¿¡Pero qué te pasa, animal! ? —Preguntó Danny histérico al ver al responsable.

—Ya no puedo con esto, Danny. —El castaño acortó la poca distancia que tenían, lo encerró entre sus brazos y lo besó rudamente—. Necesito estar con mi esposo.

Los labios temblorosos de Danny se movían torpes mientras los de Steve parecían estar muy bien coordinados.

El detective se sentía extraño con el nuevo contacto con su amigo, pero a la vez se sentía tan bien.

La lengua del más alto pedía permiso para entrar lamiendo los labios del otro en medio del beso. El rubio soltó un leve gemido y en ese momento, el moreno aprovechó para que su lengua jugueteara dentro de la boca de Danny.

El moreno lo pegó más a su cuerpo y el beso se volvió más apasionado. Sabía que eso ya no era un juego, sabía que si se dejaba llevar, todo acabaría mal para ambos.

El detective quería parar, pero el más alto no lo dejaba. A la misma vez, él tampoco quería parar porque sus sentimientos se estaban acoplando.

Se estaba enamorando de Steve.

Y estaba mal.

Porque su amigo estaba confundido.

Cuando el comandante recuperara la memoria, se alejaría de él y ya nada sería lo mismo.

—Steve... —Jadeó Danny.

—Danno...

El castaño lo estampó contra la pared del baño y dejó sus labios para dar besos en su cuello. El más bajo se deshacía entre jadeos arañando la espalda del otro lo que le provocaba mayor excitación.

El moreno coló sus manos por debajo de la camisa del rubio acariciando su suave piel. El calor entre ambos se expandía dejando de lado la razón y dejándose llevar por la lujuria. Danny estaba sonrojado por los sonidos que salían de su boca pero tampoco hacía algo en contra.

Sus entrepiernas se rozaban y ambos jadeaban alto sin pudor. Entonces se escuchó que alguien tocaba la puerta.

—Ve a ver quién es —dijo Danny completamente rojo y con su respiración acelerada.

Con una mirada que puede matar a cualquiera, Steve bajó y abrió la puerta.

—¿Catherine? —Soltó el nombre de la persona frente a él.

—Hola, Steve. —La mujer llevaba puesto su traje de la Marina, eso solo significaba que acababa de llegar de uno de sus viajes.

—¿Qué haces aquí?

—Vengo a verte y talvez podamos pasarla bien —decía ella con un toque coqueto acercándose al otro.

—¿Quién era, Steve? —Danny se hizo presente bajando por las escaleras mientras se acomodaba la camisa.

—¿Qué hace él aquí y a esta hora? —Preguntó la castaña un poco molesta.

—Ah, perdón, es que tú no sabes —dijo Steve mientras tomaba a Danny de la mano—. Catherine, Danny es mi esposo.

La castaña no dijo nada, hasta que rió y los dos hombres la veían confundidos.

—Qué buena broma —decía ella limpiándose una lágrima falsa de su mejilla.

—No estoy bromeando, Cath.

La sonrisa de la mujer desapareció al escuchar el tono serio que usaba el comandante y su rostro se llenó de furia.

—¿Es enserio? —La pregunta no necesitó respuesta cuando ambos hombres se miraron el uno al otro—. No, no. No puede ser, tú me amas.

—Lo nuestro no era amor, Catherine. Sólo era sexo y te pediré que si no respetarás a mi esposo, te largues ahora mismo.

—Bien —dijo enojada y se fue.

Ambos hombres entraron de nuevo y el silencio inundó el lugar.

—Perdón por eso, Danny —se disculpó el castaño abrazando al rubio por detrás.

El otro no respondió. Había roto la relación que su amigo tenía con Catherine. Se sentía culpable por eso y por seguir con la mentira, se sentía culpable porque sus sentimientos se estaban entrometiendo en esto.

—Hey, cariño. —Steve lo giró para verlo cara a cara—. No te sientas mal, ella jamás me interesó. Sólo te amo a ti.

Los ojos verdes del moreno seguían hipnotizándolo. Se coló entre sus brazos y lo abrazó. Todo lo ocurrido le había ayudado a descubrir sus verdaderos sentimientos y aunque tenía miedo de que su amigo lo rechazara cuando recuperara la memoria, lo disfrutaría mientras durara. Se quedaron así por unos minutos hasta que el rubio habló.

—Yo también te amo.



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Hello!!!
Nueva actualización 💕

Quería aclarar que esta es una adaptación de ERES MI ESPOSO de 83liss

De paso, gracias por su apoyo amig@s <3

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KattaLuna🌙

¿¡Estoy casado con QUIÉN!? - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora