¿Dudas?

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El sol se colaba por la ventana de la habitación del comandante quién miraba como un imbécil a su amigo dormido a su lado. Su cabello siempre perfecto un poco revuelto, su suave respiración llenándolo de tranquilidad y como cereza del pastel, él de espaldas pegado al pecho del castaño.

Era la gloria para él, pero las cosas se estaban saliendo de control.

Sabía que Danny era heterosexual y que era casi imposible que ambos tuvieran algo, pero la noche anterior le había dicho que lo amaba y eso lo hacía sentirse mal. ¿Y si todo esto hizo que los sentimientos del detective se hubieran confundido y realmente no lo amaba?

Aunque quería que en verdad lo amara sabía que era mentira. Danny sólo se estaba confundiendo. Sus pensamientos volaban mientras veía al rubio dormir. Minutos después, decidió levantarse e ir a correr como solía hacerlo cada mañana.

Al regresar, Danny aún dormía así que con la gran sigileza que le fue enseñada en la Marina, sacó sus pastillas y se fue a la cocina. Las dejó encima de la mesa para buscar en el refrigerador para hacer el desayuno.

—Buenos días. —La somnolienta voz del rubio lo hizo sobresaltar ligeramente.

—Hola. —Sonrió y el otro igual.

Continuó su búsqueda por comida mientras el detective se iba a la sala. En ese momento, Steve aprovechó para tomar las pastillas que debía tomarse y tirarlas por el triturador.

—Sabes, pensé que podíamos ir a... —Inesperadamente Danny entró y el moreno se detuvo con su mano extendida sobre el lavabo—. ¿Qué haces con el medicamento, Steve? —Este se había quedado estático y sin palabras—. Steve, te estoy hablando.

Sus latidos se alteraron, su pequeño amigo lo había descubierto.

—Es que... Ya no quiero tomarlas —mintió fingiendo disgusto.

—Pero no puedes tirarlas, animal. —Se acercó a él y tomó las pastillas—. Debes tomártelas o los malestares regresarán.

—Tranquilo, estoy bien.

—Estarás bien cuando yo te golpee en la cara por tonto —hablaba el detective molesto girándose.

—No te enojes, Danno. —Intentó abrazarlo por detrás pero el otro lo evadió.

—No me llames Danno cuando estoy enojado.

Se alejó de él subiendo las escaleras y se metió en el baño.

No entendía por qué Steve estaba botando el medicamento que le habían recetado para su salud. Sabía que los medicamentos a veces son un poco fuertes o con un sabor para nada agradable, pero se deben tomar.

Aunque una idea vagamente cruzó su mente por un pequeño milisegundo.

"¿Y si Steve no...? No, no puede ser. Tendría que ser un buen actor para... No".

Se regaña mentalmente por pensar de más, las ideas locas le habían estado sobrando estos días. Aprovechó que estaba ahí metido para tomar un baño, al salir se vistió y bajó encontrando a un Steve cabizbajo apoyado contra la cocina jugando con sus dedos.

—¿Qué te pasa? —Preguntó el rubio pero el otro no respondía.

Se acercó a él hasta quedar de frente, aún así no alzaba la mirada. Entonces tomó su rostro y lo obligó a verlo, sus ojos estaban llorosos.

—Hey, cariño, ¿qué tienes? —Decía el más bajo limpiando algunas lágrimas que se habían escurrido por las mejillas de su amigo. Porque eso era él, su amigo. Aún no se acostumbraba a la idea de que eran un falso matrimonio.

—Estás molesto conmigo. —Sus ojos se llenaron aún más de lágrimas y eso hacía que luciera tierno para el detective.

—No estoy molesto contigo. —Suspiró cruzándose de brazos mientras el otro se limpiaba las lágrimas—. Pero debes entender que esas pastillas son para tu bien —le hablaba como si le estuviera hablando a su pequeña monito.

—Lo sé. —Se limpió la nariz—. Lo siento.

El más bajo negó sonriente y lo abrazó.

—¿A dónde dijiste que querías ir? —El moreno recordó que Danny entró hablando sobre ir a algún lugar.

—Ah, se me había olvidado. —Se giró para tomar los papeles que traía—. Te preguntaba si podíamos ir al cine junto con Grace.

—Claro, suena estupendo. —Sus ojos brillaron de emoción pues estaría con sus dos personas favoritas.

Depositó un beso en su frente para después prepararse para salir en busca de Grace a la casa de Stan.




~...~




—¿Por qué siempre es así? —Preguntaba Steve en medio de la película, la cual por cierto terminó siendo de princesas.

—¿El qué? —Preguntó Danny con la boca llena de palomitas.

—Eso. —Señaló el moreno hacia la gran pantalla—. ¿Por qué el príncipe siempre rescata a la princesa en peligro?

—Así son las películas de princesas, Steve.

—Sí, pero, los príncipes también son susceptibles al peligro —decía mientras el otro continuaba comiéndose las palomitas y Grace miraba todo a un lado de su papá—. Mírame a mí, siempre estoy en riesgo.

—¿Eso significa que tú eres un príncipe? —Rió bajito para no molestar a la gente aunque quería reírse a carcajadas.

—Sí —dijo bajito mientras pasaba una de sus manos por la cintura del rubio—. Y tú eres mi princesa.

Sonrojado, golpeó su hombro a lo que el otro respondió con risas.

Continuaron viendo la película discutiendo por cualquier cosa hasta casi ser echados a la fuerza. Al finalizar se fueron a la playa a jugar con Grace. Para la hora del almuerzo la pequeña ya estaba cansada y dormida en la parte trasera del Camaro del detective mientras los dos hombres hablaban y discutían, en su mayoría, de cosas sin sentido.

Llegando a casa del comandante, el más bajo cargó a su hija hasta adentro de la casa. El castaño arregló un cuarto para ella y el otro la dejó en la cama para que descansara.

El rubio salió de la casa para dirigirse a la playa privada de "su esposo" y se sentó un poco lejos de la orilla para no mojarse, pero lo suficiente para disfrutar de la vista.

Sintió como una persona se colocó detrás de él abrazándolo con posesividad, al voltear un poco la cabeza se encontró a un Steve muy sonriente. Esa sonrisa que lo estaba enamorando, esa sonrisa que lo haría caer en la tentación tarde o temprano.




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¡¡Buenas, amig@s!!
Nota eliminada xb

Los quiero mucho, bye ❤️

KattaLuna🌙

¿¡Estoy casado con QUIÉN!? - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora