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JeonGguk renegó una vez más al sentir el corte del cuchillo en su dedo. A su lado se encontraba YoonGi en las mismas condiciones que él. Aunque el mayor lo llevaba mucho mejor, sólo que parecía que explotaría en cualquier en momento de la rabia.

El castaño sabía muy bien el por qué habían perdido. Y era lo que más le molestaba. Se había distraído levemente con el hombre y les había servido en bandeja de plata a las mujeres la victoria.

YoonGi le indicó que en media hora a más tardar ya estaría la cena. JeonGguk se disculpó una vez más con él y se excusó, se daría una buena ducha fría para calmar su piel que había estado expuesta al sol largo rato.

En cuanto las mujeres Min vieron que el castaño iba escaleras arriba comenzaron a susurrar entre ellas.

— ¿De qué tanto hablan? — les preguntó YoonGi con su ceño fruncido.

— Con YoungMi decíamos que se nota bastante lo ejercitado que está JeonGguk.

— Son unas cerdas.

— ¡Papá! Tú viste bien cuando Gguk se quitó la camiseta.

— Cuándo se tiene un buen cuerpo se tiene que decir, Min. Y ése chico lo tiene. — opinó su esposa.

— En unos años más ése cuerpecito que se carga ya no estará como ahora. — les aseguró el hombre.

— Tú estás igual desde los 19 años.

— Mi caso es diferente. — se puso a la defensiva. — yo era un escualiducho cualquiera, no había demasiado que mantener.

Tras una intensa charla de la familia Min por saber si Jeon mantendría su cuerpo en unos 10 o 20 años más, el susodicho bajó las escaleras, esta vez, más calmado. JeonGguk les dedicó una sonrisa a los tres y se ubicó en el sillón individual.

— Él lo mantendrá. — aseguró Hana en un susurro.

— ¿Mantener qué? — dijo el castaño divertido.

— Mis padres y yo estábamos debatiendo si dentro de unos años tendrás tu cuerpo de infarto.

— Oh. — JeonGguk sonrió burlón. — ¿en serio?

Min enrojeció, la negra y brillante mirada del joven estaba pegada a su rostro, ¿por qué solamente lo miraba a él?, YoonGi bajó su vista avergonzado y se dispuso a retar a su hija por ser una bocona.

— ¿No hay olor a quemado? — preguntó Hana con su nariz arrugada.

Los dos encargados de la cena se pararon como rayo y se dirigieron corriendo a la cocina. De allí se podían escuchar las carcajadas de ambas mujeres.

YoonGi intentó hacer que el platillo por lo menos estuviera comestible, pero al haberse quemado ni JeonGguk estaba dispuesto a probarlo. Con los hombros abajo y una cara de perrito mojado, los dos volvieron al living, donde solamente estaba la señora Min, observandolos, como si ya supiera el resultado de ése desastre.

— Me imagino que los dos ya se estarán preparando para ir a comprar una pizza por lo menos.

— ¿Y YoungMi, señora? — hizo oídos sordos el joven.

— La llamó su amiga, Hin, Hia, no lo sé.

— Hye. — dijo a sabiendas Jeon.

JeonGguk jamás había conocido a alguien tan pegajoso. Esa chica era azúcar pura con YoungMi. No se le despegaba un segundo, y a él no le molestaba para nada, pero al parecer a ella sí. Cuando iba en busca de su novia y Hye estaba presente podía jurar que ésa esbelta adolescente le clavaba como mínimo 10 puñales en los ojos. Nunca lo trató mal, pero ganas no lo faltaban. Asumía que son los típicos celos de mejores amigas.

Forbidden Love || KookGi [Próximamente En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora