1- Comencemos por el principio.

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En la sede de la liga tras el encarcelamiento de All for One, cientos de villanos acuden a la liga. El ejército de Tomura, ahora fiel a sus objetivos y dispuesto a todo, se incrementa a pasos agigantados, todo para poder conseguir sacar de prisión a su mayor líder, el gran centro de poder de cada uno de los villanos, el único capaz de hacer "justicia" justa para todas las almas malvadas que lo siguen. Mientras todo eso ocurría, en un día cualquiera, Toga se pasea por los callejones cercanos en busca de nuevas víctimas para apaciguar su aburrimiento y, con surte, encontrar sangre de calidad.

Un ruido a sus espaldas la alertó, ¿quizas era sangre fresca? y, con la velocidad de una experta asesina, se giró y preparó sus cuchillos, aún con sangre reseca. Tal como había supuesto alguien se encontraba tras ella pero lo que vio definitivamente no se lo esperaba para nada del mundo.

Un estudiante la miraba inquisitiva mente. Un sexy estudiante... y, de la UA. Aquella academia tan tan molesta para toda la liga villana, pues ahí se encontraba el más querido por todos, All Might. La presencia era la de un chico muy joven de unos quince años se podría atrever a decir, de cabello morado el cual mantenía elevado posiblemente gracias a la gomina, o, estilo natural, quién sabe. Lucía un aspecto cansado, generado posiblemente por sus grandes bolsas de ojeras que habían justo debajo de sus ojos, en sus parpados inferiores. Miraba a Toga seriamente, con una actitud neutra.

-Así que tú eres aquella asesina de la Liga de la que tanto hablan... ¿Qué haces tú por aquí? -él la miraba atento a sus movimientos, cruzando sus brazos y arqueando una ceja, actitud normal, típica de él, que se mantendrá durante toda la historia, o no, todo podría cambiar.

-Haha, Himiko Toga al habla. - contestó la chica con una sonrisa macabra de puro placer. -Te ves muy lindo ¿me dejarás coger un poco de tu sangre verdad? -continuó a la par que corrió, cuchillo en mano, para añadir una nueva víctima a su contador. Y si realmente era de la UA podía servirle de ayuda, de muy buena ayuda, sí señor.

-Tsk, ¿acaso planeas algo? No creo que realmente tú seas capaz de lograr tus objetivos.Tu liga y... Tú. No tienen nada que hacer, al fin y al cabo, la UA y los grandes héroes acabarán venciéndoos.

Toga se paro en seco y miro divertida a aquel sujeto que, a las puertas de la muerte, se veía tan tranquilo.

-¿Disculpa? Ustedes héroes no son más que una falacia. Os las dais de importantes y altruistas pero luego no sois nada. -dicho esto Toga apuntó al desconocido con su cuchillo mariposa y se puso en posición de ataque. No era tonta y si ese chico no había hecho nada aún, algo tendría preparado. Además, ¿qué hacia él por allí?

Él colocó sus manos detrás de su cabello, exactamente en su nuca, estaba tranquilo, ¿Por qué alarmarse tanto? Después de todo, no guardaba secreto alguno, libre de pecado.

-Yo creo que esa definición... Va más acorde a vosotros, ¿no crees? -lanzando una gran indirecta, esperando una respuesta clara, sencilla, cómoda y directa. Estaba calmado. Una sola respuesta podía hacerla ver y pensar otras cosas que posiblemente nunca había experimentado hasta ahora.

De pronto, la confiada muchacha ya no se sentía tan segura de si misma. Por una vez en mucho tiempo esa sonrisa se le desdibuja para dar paso a una expresión de incertidumbre. ¿Qué estaba ocurriendo? Se repetía ella una y otra vez. Tan solo le había hecho un comentario de mal gusto, no había ni siquiera comenzado a atacar y ya había quedado sin palabras, literalmente.

-Ahí está. -dijo él, en un único suspiro mientras triunfaba con una ligera sonrisa cómo ella había caído en sus manos, BrainWashing. ¿Qué podía ordenarle?

Aquel chico era muy especial, su quirk lo era. Muchos le habían discriminado desde pequeño por simplemente ser el portador de tal habilidad. Podía controlar a quien quisiera con tan solo escuchar la respuesta a una de sus preguntas que él hiciera antes. Lo trataban de villano, pero no, esa no era su aspiración, él, quería ser un héroe. Tras unos minutos pensando concluyó diciendo:

-Suelta todas tus armas y ve hacia la pared del callejón.

Himiko, totalmente confundida y en contra de su voluntad, alejó de sí toda arma en su posesión. Y comenzó a caminar hacia la pared que había señalado el jóven. Muy patético para ella. ''¿Que me pasa? Me estoy moviendo pero no quiero. Para. ¡¡para!!'' Se decía para si misma, no podía controlarse, había perdido total control de su sistema locomotor y de todo su cuerpo en general.

-Bien. -Hitoshi fue donde ella había soltado las armas, que en ese caso, había sido el suelo, para recogerlas, guardarlas y mirarla de nuevo a ella con cierta cara burlesca o pilla. -Esto... Me lo quedo yo, es bastante "peligroso" para ti.

Toga no podía creérselo. ¿Realmente existía un quirk tan, tan magnífico? Daba igual cuanto pensase en moverse, no podía. Veía impotente como el desconocido vagaba a sus anchas por el callejón, examinandola, con sus preciosas y relucientes armas. Ese chico definitivamente era tan... No tenia palabras para acabar su oración. Incluso bajo tan inmensa parálisis, Toga sintió como temblaba, tal vez de miedo, o de placer, al pensar en el gran potencial del quirk.

Después de alejarse unos metros de ella y por tanto, haber guardado sus armas, fuera del alcance de la joven. Bajó el efecto de su quirk para que esta recuperara su propio control

-Bueno... Todo bien. -él comenzó a caminar lejos de ella, para abandonar aquél callejón y proseguir su camino probablemente hacia la UA para entregar las armas y proporcionar la poca información conseguida hasta ahora, una chica armada, por un callejon.

[...]

Más tarde en la base de los villanos. Toga había llegado entusiasmada y a la vez angustiada por aquella escena vivida un rato antes. Había perdido todas sus armas que llevaba encima, pero, el chico le había parecido interesante al fin y al cabo. Un pequeño detalle que luego podría convertirse en algo grande.

-Os lo juro, ese chico tenía un super quirk. No se como pero podía controlarme a su antojo. Se veía tan sexy... Y me quitó mis armas. Vosotros tacaños no vais a poner un solo yen para darme nuevas, ¿verdad?

-No hay presupuesto para eso. A sido culpa tuya por no tener cuidado. -dijo Tomura, irritado. Se contuvo, pero le faltó poco para comenzar a ponerse más nervioso, a comerse interiormente por el estrés, y ellos sabian muy bien que podía llegar a ocurrir en ese estado. -Por otro lado, ese chico sería de gran ayuda como villano.

-No es justo yo lo vi primero... Pero si me dejas que me lo quede te perdono. -dijo la de pequeños bollos rubios mientras hinchaba sus moflejes. Realmente le había fascinado aquél chico.

[...]

El de cabellos morados seguidamente había ido de vuelta a la UA, tal como se había supesto, para entregar aquellas armas y dar una llamada o aviso hacia sus superiores, indicando que por esa zona quizás podrían haber indicios de la liga de villanos. Donde hay una, hay más. Ley de vida.

-Si ella estaba por esa zona, no me extrañaría que el resto estuvieran muy lejos.

Comentó él con los directores y profesores de la UA, los cuales le encargaron volver al mismo sitio y revisar si aquella hipótesis podría ser válida y la liga, tenía su guarida allí. Sería una misión algo arriesgada para mandar a un solo alumno, y es más, a un alumno y no a un héroe profesional, pero así preparaban a ciertos alumnos a lidiar con una situación con villanos 'reales'. Después de todo, el departamento escogió a Hitoshi por su quirk y por su actitud, estaba realmente preparado para controlar una situación no prevista, según ellos. Esta vez, solo debía comprobar si habían más villanos cerca o no, sencillo. Como él conocía esa zona por haber pasado ciertas veces por allí, eso era un punto a favor para él.
Además, ¿qué podría pasar?

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