◈Ser Lo Que Soy [#1] ･·

2- ¡Maldita sea!

Los miembros de la liga de villanos sabían que nos les quedaba mucho tiempo. Los héroes no eran estúpidos, por mucho que lo parecieran, seguramente, ya habrían mandado investigar a alguien. Enseguida empacaron y el hombre-sombra, Kurogiri, se preparó para llevar a sus compañeros lejos, por lo menos por un tiempo. Solo había un problema: Toga y Dabi no aparecían por ningún lado. Tras aquella reunión con el resto, ambos se habían marchado de la "base". Quien sabe a que, pero no seria a hacer algo bueno, eso estaba claro.

-Si lo atrapo la primera, el resto no podrá alejarlo de mi. -Dijo la joven asesina, con determinación en sus ojos. -¿Tenías que llevarme a mi? No se si alguien te lo ha dicho pero eres demasiado impulsiva. Si te atraparan no seré yo quien te ayude. -Contestó Dabi, algo molesto por haber sido arrastrado hasta allí, finalmente, parecía que no había sido por propia voluntad propia, si no por la insistencia de aquella asesina despiadada. -No me seas aburrido y sonríe un poco.

Por otro lado, Hitoshi caminaba por aquellos callejones en busca de nuevos indicios de 'villanos'. Nada por aquí, nada por allá. Él seguía recorriendo callejón tras callejón hasta llegar al mismo lugar donde hace unas horas habían tenido aquel encuentro. La verdad es que eso ya resultaba algo cansino y agotador, estas misiones encomendadas por los profesores de la U.A, a veces eran tediosas, pero, no le disgustaban del todo, sobre todo por la confianza que cogía con ellos, aunque eso significara poner su vida en peligro.

-Quizás, son mas listos de lo que pensamos.

Ambos villanos rebuscaron por calles y callejones, una y otra vez pero, nada, ni rastro de aquel estudiante.

-Lo más probable es que prefieran ser precavidos. Será mejor que volvamos a la guarida para irnos. -dijo Dabi con la esperanza de no tener que aguantar más niñerías de su compañera. -Supongo que tienes razón. -Contestó Toga desanimada.

Ambos emprendieron el camino con el resto de villanos, cansados de todo este jaleo, aunque mas bien era Dabi el que estaba harto, pues Toga había llevado una gran desilusión tras no encontrarlo. Pero, de repente, Dabi lanzó una llamarada a su lado. Le pareció oír algo, como un quejido, pero se lo atribuyó a una caja que ahora ardía de azul. Falsa alarma, ambos continuaron sin más preocupación. Aquel ruido había sonado demasiado humano para ser una simple caja, o quien sabe, podría haber sido cualquier rata, cucaracha u otro tipo de animal callejero que rondase por aquella zona.

En un instante algo llamó la atención del peli morado. Un pequeño humo de un color peculiar se elevaba justo en el callejón de la calle de enfrente. Era obvio, algo bueno no iba a significar. Sin más opciones, decidió ir a revisar de qué se trataba, muy cauteloso y precavido, quién sabe lo que le depararía tras cruzar la calle. Cruzó a la acera de enfrente y se adentró en el callejón, de lejos, una llamarada azul se extendía en medio de aquel lugar, era extraño pero, sabía que eso había sido cosa de aquellos seres no muy delicados. Dos figuras, una masculina y otra femenina se podían ver al final de la calle, estaba claro, eran ellos. Sin pensarlo, comenzó a caminar hacia allí.

-Vaya, vaya...

Al oír esa voz, tanto Toga, emocionada, como Dabi, sorprendido, se giraron. Sin darle tiempo para reaccionar, Dabi lanzó una potente llamarada que el chico de pelo morado esquivo a duras penas. Para cuando se recompuso, Dabi tiraba de Toga girando a un nuevo callejón, tratando de... ¿huir? ¿Unos villanos huyendo tan rápido, nada mas comenzar la pelea? Hitoshi no pensó en eso, no pensó en que podía ser una trampa así que, el muchacho de pelo morado se apresuró para no perderlos de vista, pero cuando llegó, solo encontró a el chico, lo miraba desafiante y con una gran sonrisa.

De pronto, un ruido a sus espaldas lo alertó, demasiado tarde, no pudo reaccionar a tiempo y Toga lo aprisionó inmovilizandolo. Dabi se le acercó con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

-No tendrías que haber venido, parece que nos a tocado el premio gordo.

Este le dio un gran rodillazo en la cabeza, provocando así que este cayera al suelo totalmente inconsciente.

[...]

Después de un largo rato de sitio a sitio, el pelimorado despertó con un gran dolor en su cabeza, un golpe tan fuerte podría haber causado peores daños, algo más que simplemente estar inconsciente. El lugar era extraño, aún con la vista nublosa solo podía ver figuras... ¿humanas? Pero algo si que estaba claro, no podía moverse. Los villanos se habían visto sorprendidos cuando, minutos antes, sus dos jóvenes integrantes habían aparecido con un tercer acompañante, inconsciente.

-¿Se puede saber que ha pasado? - preguntó irritado Tomura.

-Este es el chico del que te hablé, como no podía esperar a que os lo quedarais vosotros, fui personalmente a por él.

-Grr, por estas cosas odio a las niñas mimadas como tú que creen que pueden hacer lo que quieran. Aunque, por una vez, pareces haber hecho algo de utilidad. -gruñó Tomura, realmente no se sabia como él mismo podía haber dicho eso, cuando él era el mas infantil de allí, desvió su mirada de ella a la par que miraba al inconsciente muchacho, solo que... Ya no estaba inconsciente.

El muchacho, con los ojos y boca vendados y atado a una silla, apenas podía retorcerse ligeramente. Un pequeño hilo de sangre reseca le caía de la cabeza. Habían tenido que tomar tantas precauciones para que no tuviese oportunidad de saber la ubicación de la nueva guarida, a la que ya se habían desplazado. Tomura se levantó y fue a examinar al muchacho. Tras debatirlo consigo mismo, decidió que lo mejor sería dejarlo en una habitación aislada, donde posteriormente sería más fácil un interrogatorio. Además, no sabía como controlaba a la gente, debía ser precavido. Y así lo hizo tras unos minutos de charla con el resto de integrantes de la liga, lo llevó a una habitación sin puertas ni ventanas, junto con la ayuda de Kurogiri y le quitó las vendas y ataduras.

Estaba confuso, muy confuso. Todo había sido tan rápido y a la vez tan lento. ¿Donde estaba? ¿Qué hacía alli? Eran sus preguntas que continuamente rondaban por su cabeza. Al sentir como caía al suelo de una extraña habitación, sintió como poco a poco podía recomponerse y volver a ver 'bien'. ¿Qué era aquella sala? Estaba plenamente incomunicado con el exterior. Quién sabe si alguien notaría su no presencia en la UA, realmente, estaba en problemas ahora. Logró ponerse de pie aún muy dolorido.

-Qué es esto...

[...]

Mientras tanto, toda la liga se había juntado para llegar a un acuerdo sobre el plan que iban a desarrollar para recuperar algo muy valioso que les serviría de mucho.

-Según la información proporcionada por nuestro topo, el punto más accesible para debilitar a la UA será durante las pruebas de ascenso de grado que tomarán algunos del curso preparatorio para poder pasar a la clase principal. Los alumnos del curso principal no se encontrarán en la escuela y la seguridad será menor.-explicó Kurogiri.

-Ohh ¿Entonces no voy a poder ver a mi Deku? -Se lamentó Toga.

-No, pero serás una parte fundamental del plan. Con la muestra de sangre que conseguiste de varios alumnos del curso preparatorio que te pedimos durante estos meses, te infiltrarás y averiguarás donde desactivar las defensas que nos impiden teletransportarnos allí. Usarás tu habilidad para ocultarte de la visión del resto y nos darás vía libre. Esto durará apenas unos segundos para no llamar la atención, lo suficiente para que entremos.

-Una vez allí, se crearán varios clones de Dabi que servirán como distracción y para herir a cuantos más mejor a partes iguales. Mientras. Tomura se abrirá paso por la cámara acorazada destruyendo la puerta blindada con su quirk para robar cierto artefacto de utilidad.

Concluyó diciendo Kurogiri. El plan estaba bien planificado y organizado, pero todo se validaría por completo en la hora de la verdad, al ponerlo en proceso. Además, contaban con un reen, eso era bueno, pues lo usaban como pacto o intentaban que le proporcionase cierta información útil para la misión. Pero el problema era único y especial, no conocían apenas nada de aquél chico, y sería difícil conseguirlo.