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Natasha lo sacó directamente de la cama al día siguiente, y por alguna razón durante el entrenamiento, Tony la notó mucho más agresiva.

Al salir de la ducha y pararse frente al espejo descubrió que tendría un moretón muy feo en su pómulo izquierdo. Y tenía una cita.

Muchas gracias, Romanoff, pensó con acritud.

Aunque no sabía la hora, por lo que Tony procedió a arreglarse y pensó en ir directamente a buscar a Steve, necesitaba aclarar sus roles.

Tony debía caminar mientras podía, dado que al día siguiente no podría moverse debido a las agujetas. Clint salió del ascensor cuando Tony ingresaba a la sala, el espía se detuvo en cuanto lo vio, comenzó a dar media vuelta para huir.

—Jarvis no permitas que Clint escape.

Por más que un insistente Clint tocaba los botones el elevador permaneció con las puertas abiertas, Tony llego hasta él, cruzado de brazos y mirándolo con acusación.

—¿Qué hiciste?

Clint se rindió y salió del ascensor.  —Le dije a Tasha.

Tony alzó las manos. —Genial —mascullo. Pasó una mano a través de su rostro, evitando su pómulo que en algunas horas estaría hinchado, tenía sentido la tortura de la mañana —. Necesito hablar con Steve.

Dejó a un confundido Clint detrás mientras subía al ascensor y las puertas se cerraban.

—¿Steve está en su habitación?

—Si, señor.

Esperaba que Natasha no hubiera hablado con él todavía, no quería arruinar su oportunidad con Steve, si, Tony era un poco imbécil, pero un imbécil al cual le gustaba Steve Rogers, y que sin darse cuenta aprovechó una estúpida apuesta para acercarse a él.

Esta vez ni siquiera tocó la puerta, ingresó el código de emergencia y entró a la habitación.

El sonido de la ducha era claro mientras se acercaba, Tony se sentó sobre la cama y decidió esperar. Podría entrar y sorprenderlo en la ducha, pero, sorprendentemente, no se sentía con el ánimo seductor, necesitaba aclararle las cosas a Steve, quizás tener la oportunidad de ver un estriptis y después ir por ese café.

Si Steve entendía, Tony haría las cosas correctamente, en un mes o quizás dos, podría llevarlo a la cama, después de una cena romántica en un buen restaurante, y esas cosas.

Nerviso se puso de pie, descubrió varios libros pulcramente ordenados, encontró los materiales de arte en la estantería superior a los libros y también lo que parecía ser varias libretas de dibujo sobre un mueble del lado contrario de la habitación, comenzó a acercarse con curiosidad.

Había una gran cantidad de libretas en realidad, algunas parecían más gastadas que otras y la mayoría no tenía ni siquiera una hoja limpia, las más viejas y usadas estaban llenas de dibujos de la ciudad, supuso que de un lado mostraban el lugar como lo recordaba Steve y del otro el lugar como era ahora.

También había varios animales y árboles, cada dibujo hecho simplemente a lápiz, solo servía para demostrar el talento de Steve, Tony se alegraba de haberle dado los materiales de arte.

Tony tomó entonces otra libreta, en la primera hoja descubrió un dibujo de su armadura, un bosquejo sin mucho detalle, aun así, le sacó una sonrisa. Las siguientes paginas solo eran dibujos de partes de la armadura, como si Steve tratara de dibujar cada parte intentando comprender como funcionaba, no le sorprendió encontrar al final que esa libreta estaba únicamente dedicada a la armadura.

Una simple apuesta (aparentemente) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora