Una calurosa mañana de verano él se despertó odiando los 40 grados como todos los días, se disponía a ajustar la cortina para que entrara la mayor cantidad de brisa y la menor cantidad de luz posible, toda una proeza y un reto sobre todo cuando estas de mal humor por culpa del clima.
Una figura extraña lo distrajo de su misión y él simplemente se quedó ahí a contemplarla, una silueta femenina del otro lado de la calle, uno o dos pisos más abajo del suyo, una chica probablemente luchando con el calor pero sin ese rayo sofocante de sol, por un momento pensó que envidia que no le dá el sol, pero en seguida notó que ella lo miró.
Ella observó que había un hombre mirando con atención, a ella le gustó mucho la situación, no pudo contener su sonrisa y ahí quietos, en pijama mirándose fijamente un gran instante pasó.
Él quería liberarse de tal embrujo así que fué él el que rompió el momento, se retiró de la ventana, se acercó a la cocina y sirvió de nuevo un poco de café en su taza. él pensaba que la chica se había molestado, porque no dejaba de verlo, él recordó su sonrisa, y dejó escapar un "¡JA! soy adorable", enseguida se retiró la camiseta, estaba muy orgulloso de su cuerpo, tomó otro trago de café y buscó su paño, corrió hacia el otro lado de la ventana y modeló un paso a la vez todo el ventanal mientras tomaba café de una taza totalmente vacía, él no sabía si ella estaba ahí y menos si lo estaba viendo, y voltear a mirar fijamente de nuevo sería un error de estrategia.
Tomó su teléfono, se tomó un conveniente selfie donde podía tener en su foto toda la ventana de esta chica que lo había cautivado.
Y allí estaba, sentada en una especie de mecedora moderna, con los pies extendidos sobre un banco cuadrado de cuero blanco de esos que están de moda estos días, leía un libro de poesía seguramente, tenía una taza de té, definitivamente estaba en una posición y una pose que hacía evidente que ella quería que él la observara.
Ella no quería ver directamente hacia allá, pero ella sabía, estaba muy segura que él haría toda clase de cosas para llamar su atención y más aún, cuando lo vió tomar de una taza transparente mientras caminaba sin camisa con dotes de modelo por su casa, así que ella no voltearía a verlo porque ella podía sentir el deseo en su mirada.
Él tenía que salir pero no podía apartarse de esa ventana, como pudo se fue vistiendo y con descaro fue a abotonar su camisa para que ella lo observara, Ella se sorprendió al ver que él además de estar muy bien podía ser muy elegante, no pudo evitar observarlo fijamente.
por ese minuto, ese increible minuto se desearon al mismo tiempo, se vieron directo a los ojos, se regalaron una sonrisa que generó un brillo tal que opacó al inclemente sol del verano y cada uno se fué a continuar con su vida...
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Otras Historias de un Poeta
PoesíaSon historias, versos, sentimientos, sensaciones, página a página una parte de mi ser, una parte de mi vida, es mi segundo libro y no son otra cosa que "Otras historias de un poeta"