Cap. 4 "Mis demonios"

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A la mañana siguiente, desperté con los ojos hinchados, cansados de llorar, y la verdad es que nunca me ha gustado llorar, de hecho nunca había llorado por nada.

Me levante de la cama, me puse mis pantunflas y me fui a bañar, me lave los dientes y me arreglé para irme al colegio.

Bajé a desayunar y me di cuenta de que no había nadie en casa, era de suponerse, así que mejor me fui al colegio, de todos modos no tenia hambre.

Camino al colegio iba pensando tantas cosas, en especial, iba pensando si mi padre estaba borracho el día de ayer o si en verdad era un estorbo para él.

Iba tan distraída que por poco y me  atropeyan. - Fíjate mocosa!. Me grito un señor desde su coche. - Ojala me hubiera atropellado. Me respondí a mi misma.

Llegando al colegió, todo parecía mirarme como bicho raro, los estudiantes, los maestros, los árboles, la misma escuela, puede sonar raro pero así me sentía yo.

Al llegar a mi salón, la maestra me dijo: - Por que tan tarde señorita. Me limité a responderle.- Lo siento. pues no lo sienta. Me dijo con un tono sarcástico, odiaba su frase "pues no lo sientas"  era como si me reprimiera a aceptar mis errores o algo así.

Pasé al salón y me senté en mi lugar, como había sido la última en llegar, me tocó el último asiento.- Ese será su lugar de ahora en adelante. Me dijo la profesora. Yo solo me limite a mover la cabeza, de arriba a abajo indicando que estaba bien.

Sonó la campana que indica receso, me levanté, suspiré, y salí afuera.

No iba a comer por que ni traía dinero ni tenia hambre, así que solo me senté.

Me aburrí de estar ahí sentada y caminé hasta el baño. Allí, se encontraba una chica llorando. Le pregunte.-¿Que te pasa, te puedo ayudar en algo?. Ella se levanto y dijo: -No no puedes, nadie puede. Y salió corriendo.

Me quedé pensativa y alcance a notar que había olvidado algo, me acerqué para ver que era, lo tome y al instante lo solté, era una navaja con sangre, no lo podía creer, no podía entender por que las personas se hacían daño.

Por fin terminaron las clases y caminé hasta mi casa, al llegar me di cuenta de que mis padres estaban peleando, se escuchaban los gritos hasta la calle, al entrar pude ver como se gritaban e insultaban, mi madre le decía que se largara y el afirmaba que lo haría.

Me dio mucho coraje y tristeza a la vez, corrí a mi cuarto, me tire en la cama y me puse a llorar, de tanto llorar me quede dormida, entre sueños escuche como cerraban la puerta  con mucha ira, al parecer mi padre si se había ido.

Entonces me venció el sueño,- Jamie, Jamie. Alguien me hablaba, lo pude escuchar, venia del baño, camine lentamente hacia el baño y al entrar me di cuenta que no era nadie, pero vi algo que llamó mi atencion, ví una navaja ensangrentada y me dio un poco de miedo, de pronto comencé a sentir como corría algún liquido de mis manos, al verlas estaban todas cubiertas de sangre.

-Jamie, despierta.

-Que?.. Hola Lucy.

No puede ser, olvide por completo el trabajo en equipo.

- Ya tengo todo ordenado para nada mas transcribir.

Pasó una hora y terminamos el trabajo. -Que hacemos Jamie? Mi madre viene por mi en una hora.

-No lo se, mm pues cuentame sobre ti.

- Pues me llamo Lucy, Lucy Benward. Pero no quiero hablar de mi si no de ti.

- De mi?

- Si de ti, ¿Por que eres tan callada? Veo tristeza en tus ojos, ¿Tienes algo que contarme?

-Emm..

- Se que es muy temprano y que no me conoces pero puedes confiar en mi, si quieres hablar puedes llamarme.

-Gracias.

- Lucy, hora de irnos, baja!

- Llegaron por mi, me tengo que ir pero no olvides lo que te dije.

Lucy se fue y seguía sola en casa, entonces recordé mi sueño, si ese sueño donde me cortaba, y me pregunté, si acaso se siente bien o que es lo que se siente.

Entonces quise hacerlo, se ve vino a la mente mi padre, lo que pasó el primer día de clase, mi abuela, todo.

Entonces tome un cúter, era de mi padre pero el ya se había ido así que le daría igual, comencé a pasar el filo por mi muñeca una y otra vez, pensando y pensando, hasta que de coraje presione fuertemente y comenzó a sangrar mi muñeca.

Lo que sentí, no fue dolor, fue placer, fue como si nada existiera mas que ese placer, sentí que mi dolor y todo mi coraje ya no estaban y me sentí bien, así que me corte otra y otra y otra vez hasta que paró mi sufrimiento y mi llanto, por que efectivamente, lo hice llorando.

Después que deje de cortarme mi mano quedo ensangrentada, como en mi sueño, así que la lavé, deje se la sangre se limpiara mientras lloraba frente al espejo y me decía gorda, fea, estorbo.

Después de que esto pasó, me fui a dormir, no sin antes ver las cicatrices de mis cortadas, mi nuevo mundo, mi nuevo escape, mis demonios.

Muerta en vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora