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En el bosque de Konoha, la tensión y la emoción estaban palpables mientras cuatro ninjas debatían la mejor forma de dividirse para cumplir su misión. La enérgica personalidad de Naruto, el carácter reservado de Kiyoko, la astucia de Sakura y la sabiduría de Kakashi conformaban un equipo diverso y lleno de posibilidades.

--Yo quiero ir con Kiyo-chan-- exclamó Naruto, mientras abrazaba a la chica mencionada por los hombros.

--Naru-chan, un poco de espacio personal, por favor-- dijo Kiyoko, alejando con una sonrisa al rubio de ella.

--Naruto, ya suéltala-- ordenó Kakashi-- Si a Kiyoko no le molesta, pueden formar equipo.

--Kakashi-sensei, ¿tan rápido se rindió?-- preguntó Sakura, mirando al susodicho.

--Prefiero rendirme a escuchar otro berrinche más-- respondió Kakashi con un tono de aburrimiento.

--Una gran decisión, dattebayo-- comentó Kiyoko entre risas.

--Que yo no hago berrinches, dattebayo...-- replicó Naruto, sintiéndose un tanto atacado.

 Con las tareas distribuidas por Kakashi, los hermanos Uzumakis se encaminaron hacia el templo. Durante su camino, conversaron sobre sus vidas, incluyendo los romances pasados, pero Kiyoko prefirió mantener el foco en la misión.

--¿Y si encontramos el pergamino?-- preguntó Naruto, interesado.

--Obviamente, tenemos que avisar por el comunicador y reunirnos aquí antes de tiempo-- explicó Kiyoko.

Al llegar al templo, se dividieron para inspeccionar diferentes áreas. Mientras Kiyoko revisaba las cajas polvorientas, Naruto exploraba los papeles y los libros. Aparentemente, no encontraron nada de relevancia hasta que Kiyoko desenterró una fotografía antigua del lugar.

--¿Observaste las cajas?-- preguntó Kiyoko, curiosa.

--Aun no, empecé por los papeles y luego con los libros-- respondió Naruto, lanzando un libro-- pero solo tienen números y letras sobre las cuentas del lugar o algo así, nada importante-- bostezó-- no creo que haya algo en esas cajas polvorientas.

--Naru-chan, si hay tantas cajas, es porque algo pueden tener-- señaló Kiyoko, mientras abría una de las cajas.

--E-está bien-- dijo Naruto, aceptando el reto-- pero me deberás un tazón de ramen por esto.

--Siempre te tengo que invitar yo, aunque si revisas sin quejarte, te compraré dos tazones de ramen-- prometió Kiyoko, sonriente--.

--Que sean tres y tenemos un trato-- sonrió Naruto astutamente.

--Eres un aprovechado, dattebayo-- rió Kiyoko, lanzándole un pedazo de papel arrugado-- pero está bien.

En medio de la búsqueda, la voz de Kakashi interrumpió el momento alegre. Con la urgencia de la hora y temiendo el enojo de Sakura, regresaron apresuradamente. Sin embargo, un accidente ocasionó que Naruto cayera y una misteriosa caja de madera se abriera, liberando una extraña luz.

Desesperado, Naruto intentó liberar a su hermana cuando la luz la atrapó. La confusión y el miedo se apoderaron del grupo mientras observaban cómo Kiyoko desaparecía sin dejar rastro.

--¡Kiyoko-chan!-- gritó Naruto, tratando de agarrarla, pero fue demasiado tarde.

El equipo se reunió nuevamente, impactados por la desaparición de Kiyoko. La incógnita de la luz misteriosa y el destino de su compañera dejaron a todos en shock.

--¡Kiyo-chan! ¡Kiyo-chan! -- exclamó Naruto, desesperado, mientras una ráfaga de viento soplaba en el bosque, llevándose consigo la tranquilidad de ese momento.

El silencio se apoderó del bosque, dejando a todos impactados y desconcertados por lo que acababa de suceder. La incógnita de la luz misteriosa y la desaparición de Kiyoko dejaron a todos con una sensación de vulnerabilidad.

El grupo se mantuvo en silencio, sumidos en un mar de pensamientos y emociones tumultuosas. Naruto, con los puños apretados, luchaba por contener la angustia que se adueñaba de su corazón. Kiyoko, una parte esencial de su equipo, había desaparecido frente a sus ojos, sin dejar rastro alguno. Sakura, Kakashi y Naruto intercambiaban miradas cargadas de preocupación y desconcierto.

--No puede ser... ¿qué ha pasado?-- susurró Sakura, incapaz de creer lo que sus ojos habían presenciado.

--Esta caja... algo en su interior debe haber causado esto-- reflexionó Kakashi, observando detenidamente el artefacto misterioso que yacía abierto en el suelo--. Debimos haber sido más cautelosos.

Naruto se levantó del suelo y dirigió una mirada intensa a sus compañeros, determinado a encontrar a su hermana a cualquier costo.

--¡Vamos a traerla de vuelta, lo juro! ¡No nos detendremos hasta encontrarla!-- exclamó Naruto con firmeza, la determinación brillando en sus ojos azules.

--Tienes razón, Naruto. No dejaremos que esto quede así-- asintió Sakura, apoyando a su amigo--. Pero primero, debemos entender qué fue lo que provocó esta desaparición.

Kakashi guardó la caja en su mochila, consciente de que sería crucial para desentrañar el misterio detrás de la extraña luz.

--Regresemos a la aldea y reportemos esto al Hokage. Tal vez Tsunade-sama pueda arrojar luz sobre lo que sucedió-- sugirió Kakashi, encabezando el regreso al poblado.

De vuelta en la aldea de Konoha, Naruto y Sakura se dirigieron a la oficina del Hokage para informar lo ocurrido. El ambiente en la aldea se había vuelto tenso, y el rumor sobre la desaparición de Kiyoko se esparcía rápidamente.

--Tsunade-sama, algo extraño sucedió durante nuestra misión-- informó Sakura, relatando los acontecimientos ocurridos en el templo.

Tsunade, la Quinta Hokage, escuchó atentamente la historia con una expresión seria. Su mirada se posó en Naruto, comprendiendo la angustia que lo embargaba.

--Entiendo que estén preocupados por Kiyoko. Haré todo lo posible para ayudarlos a encontrarla-- aseguró Tsunade, con una voz reconfortante--. Pero necesitamos investigar qué es esa caja y cómo liberarla.

--¡Entonces ayúdanos, por favor, Vieja Tsunade! ¡Kiyoko es parte de nuestro equipo, mi hermana! No puedo permitir que se quede atrapada en algún lugar desconocido-- exclamó Naruto, su determinación brillando como una llama inextinguible.

Tsunade asintió, reconociendo la urgencia y desesperación de Naruto, ni siquiera quiso demostrar su enfado por el apodo del joven ninja. Convocó a los mejores expertos en artefactos místicos y comenzaron a estudiar la misteriosa caja.

Mientras tanto, en algún lugar desconocido, Kiyoko se encontraba atrapada en una dimensión extraña, incapaz de comprender qué había sucedido. Una bruma etérea la rodeaba, y sus sentimientos de incertidumbre eran palpables.

--No te preocupes, Kiyo-chan. No importa dónde te encuentres, te encontraremos-- murmuró Naruto desde la aldea de Konoha, como si su voz pudiera atravesar las distancias.

Una ninja en Boku no Hero AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora