BLACK

🩺Sueño profundo💤

~Flashback~

Jesi entró a la habitación de su hermana para hablar con ella y averiguar qué le pasaba, con la mala suerte de que Alia se encontraba tirada en el suelo.

Alia tenía una litera que consistía en una cama arriba y un sofá abajo, su hermana supuso que se había caído desde arriba, porque estaba en el suelo, inconsciente y con sangre saliendo de su cabeza.

Pero... ¿Se había caído o se había tirado?

Eso no importaba ahora.

Se quedó unos segundos en shock hasta que al fin pudo reaccionar, corrió por el pasillo de su casa mientras gritaba.

-¡MAMÁ! ¡PAPÁ!

Llegó al salón y sus padres estaban ahí mirándola sin saber qué le pasaba.

-¿Qué pasa?-preguntó su madre-.

-¡Es Alia! ¡Está inconsciente!-respondió alterada-.

-¡¿QUÉ?!-dijeron al unísono sus padres-.

Corrieron a la habitación de Alia viendo aquella triste escena y su padre tomó su cuerpo en brazos y salió de la casa corriendo hacia el coche para ir al hospital.

Aparcó el coche en el parking y entró corriendo con su hija, las personas se le quedaron mirando impresionados por ver aquella escena mientras él se dirigía al primer enfermero que vio pasando por ahí.

Le explicó lo sucedido y el enfermero se llevó a Alia en una camilla y la metió en una habitación para darle puntos de sutura en la cabeza ya que se la había abierto al caer.

La chica entró en un estado de coma que duró 7 meses.

Y no sólo eso, también le detectaron anorexia al hacerle las pruebas para poder completar el informe médico, y debido a eso le inyectaron suero en vena para poder hidratarla y que no se muriera a causa de una desnutrición.

En ese tiempo su madre estaba yendo a terapias de grupo y visitando a un psicólogo para poder volver a ser una buena madre como lo era antes de que sus hijas llegaran a la adolescencia y le provocaran tantos disgustos y tantas decepciones.

Tardó 3 meses en recuperarse del todo y todos los días visitaba a su hija en el hospital para contarle su progreso y de alguna manera intentar que la perdonase por todo el daño que le había causado antes de que se despertase.

Se sentía muy culpable por todo y sabía que cuando su hija abriera sus ojos no le iba a ser nada fácil pedirle perdón sin varias lágrimas de por medio.

Por otro lado, Jesi y su padre la visitaban a menudo y le llevaban flores, cada día diferentes, de todos los tamaños, olores y colores.

También llevaban con ellos a la pequeña Lea, su hermana menor, para que la viera y no se preocupara tanto por ella.

Pero al mes número 5 de que Alia fuera hospitalizada, el médico les avisó a sus familiares que, debido a que se encontraba en un sueño profundo, ella podría haber perdido parte de su memoria y que posiblemente no recordara algunas cosas que le habían sucedido y que habría que darle un tiempo de descanso para que ella pudiera despejar su mente sin presiones y sin incomodidades, ya que eso le ayudaría a recordar.

Alia podía escuchar todo lo que las personas que iban a visitarla le decían, pero era muy incómodo el hecho de que no pudiera hablarles o siquiera mirarles, su cuerpo no reaccionaba y a ella le asustaba eso.

Ella siempre escuchaba a la que fue su mejor amiga por tanto tiempo, la chica de verdad se esforzaba en darle explicaciones de por qué ya no estaba con ella, le dijo que ya no se sentía agusto con ella misma por haberle dado de lado y por encontrar otros amigo sin habérselos presentado.

Resulta que Leare había conocido a las personas de su nuevo grupo de amigos cuando fue a hacer una visita a la empresa de su padre y ellos son los hijos de los empleados que trabajan ahí.

La escuchaba llorar, reír, respirar y susurrar de todas las maneras posibles suplicándole que sea fuerte y que la recuerde.

¿Y cómo la iba al olvidar?

Si ella era su recuerdo principal en cada momento del día y el más vivo grabado a fuego en su mente, sin embargo, en esos 7 meses Alia pasó demasiado tiempo con ella misma para despejarse la cabeza y aclarar sus ideas...

Quería olvidarla.

Iba a olvidarla... o a fingir que la había olvidado.