Owin.
Cuatro y treinta de la madrugada y aún no podía dormir, ese trabajo que Gold me había pedido era la traición pura, me pedía vigilar a su novio con su amante. Los tres eran compañeros estimados y traicionar no era lo mío...dios, si que es difícil. Había prometido a Bon no decir nada pero, le había prometido a Gold Buenos resultados.
-¿Qué voy a hacer? -me pregunté levantándome de la cama- no le puedo mentir a ninguno... Me sentiría culpable el resto de mis días, pero a Gold con el simple hecho de decirle que nada pasa es traicionar... Tengo que encontrar la forma de salir de esto -caminé por toda la habitación-, si le digo a Gold y Bon se entera me odiara por no cumplir mi palabra... ¿Por qué Boncito? ¿Por qué estas con dos a la vez? ¿Por qué los tuve que encontrar teniendo sexo?
Ya mareado por la vueltas y los pensamientos rápidos me senté en la silla de mi escritorio, solté otra bocanada de aire mirando al techo. «Osea, solo has lo correcto para ti baby» dijo mi novia cuando le conté lo que pasó, si, a ella le contaba hasta mis secretos más profundos. Una idea llegó a mi cabeza, sonreí satisfecho levantandome de golpe para después, bajar al sótano por mi arma más vieja y confiable.
Todo se resolvería y no me sentiría mal.
***
Corrí por los pasillos evitando chocar con los estudiantes que estaban por todos lados, busque la cabellera blanca rápido y a tento.
-¡Gold! -grité entre la multitud, este volteo sonriendo.
Me acerqué a el más contento que nada, el me Miró aún con su sonrisa Serena.
-¿Encontraste algo? -preguntó ensanchando su sonrisa.
-no, eso lo harás tú. Como veras compañero -saqué una pequeña Cámara con forma de caracola de mi mochila, se la entregué con cuidado-, tu sabrás donde la colocas. Obtienes lo que quieres sin tener que meterme a mi.
-¿Y tú por qué no quieres entrometerte? -alzó una ceja.
-no me gustan las discusiones de pareja, prefiero que eso lo arreglen solos, pero con mi ayuda -hice un guiño.
-vale. Gracias por todo, Owin -se marchó haciendo un ademán con la mano de despedida.
-espero que el Boncito no la riegue como siempre -caminé a mi salón.
***
Bon.
Nada podía ser más raro.
Gold me había obsequiado una caracola para escritorio, Foxy decía que quería hablar conmigo, de nuevo. No quería hablar con el, siempre se acababa en pelea o en estar a nada de tener relaciones, pero yo no quería traicionar a Gold, no podría si lo dejaba, su abuelo estaba delicado y eso lo tenía de la punta de los nervios.
Llegué a casa por fin, papá aún no llegaba así que subí a mi cuarto, acomode el adorno en su lugar para después, cambiarme el uniforme. Me quité el pantalón y la camisa quedando solo en boxer, cantaba a todo pulmón una canción de mi banda favorita mientras buscaba en el clóset que ponerme. Escuché un golpe fuerte atrás de mi, volteé y un pelirrojo estaba tirado en el suelo justo frente a mi ventana.
-¿Qué carajos haces aquí? -frunci el ceño.
-de verdad, quiero hablar contigo -se levantó mirándome de pies a cabeza. Sonrió lascivo-, sabía que debía entrar ya.
-deja las estupideces, pensé que todo había quedado claro -me tape lo que pude con la playera que tenía en manos-, yo amo a Gold.
-si, claro. Y yo te quiero lejos de mi vida -habló irónico.
Se acercó a mi besandome de golpe, yo correspondi gustoso abrazando su cuello, me cargó de las piernas y me llevó hasta la cama, dejándome caer con brusquedad, se posicionó sobre mi continuando aquel beso desesperado. En un rato, ya desvestidos por completo, me miro con un brillo en sus ojos, era de nuevo ese brillo tan hermoso y único que me encantaba.
-yo se que me amas... Me amas más que a tu vida -sentí un dedo dentro de mi.
-ah~ -me estremeci- ¿P-Por qué eres así?... ¿Por q-qué tienes que tener razón? -mordi mi labio sintiendo otro dedo.
-porque eso está más que claro. Bon te amo -comenzó con los movimientos gentiles.
...
Esto era patético. Una locura...gran locura.
Yo estaba en cuatro sintiendo las dulces y bruscas penetraciones de mi amante, estaba mal, pero me encantaba hacerlo con el.
Nuestros gemidos, el choque de pieles y los rechinidos de mi cama se escuchaban exageradamente fuerte, como si quisiemos que todo el barrio nos escuchará.
-espera... Me vengo~ -aprete las sabanas.
-hazlo... -sentí su cabeza torturar más a mi próstata.
De un largo gemido los dos nos veninos, el dentro mío y yo, en las sabanas. Cuando salió de mi caímos a la cama rendidos.
-¿Lo pensaras? -soltó de la nada mi compañero.
-si Foxy, pensaré las cosas mejor -suspire hondo-, pero tienes que dejar a Bonnie, y no hacer tonterías con Gold.
-haré mi mejor esfuerzo, pero gracias pequeño -me abrazó por la cintura fuerte, escondiendo su rostro en mi cuello.
Sonreí sonrojado, acaricie su espalda con delicadeza mirando el adorno en forma de caracola de Gold.
No sería fácil lo que haría con el, pero Foxy tenía razón en gran parte. No podía estar con una persona que no sentimos lo mismo, Gold era buen chico, pero no para mi.
AngelZeru_00
