Epílogo.

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JaeMin sonríe cuando observa a su hermano mayor ir de la mano de aquella chica bonita al altar, porque de admitirlo es cierto, IlSoo es hermosa, pero JaeMin no lo dice, tal vez se lo haya comentado a su pequeño sobrino de recientes dos meses, pero él nunca ha tenido el valor para decírselo.

Tampoco es como si quisiera tirar de la mano de IlSoo, que porta un hermoso vestido de novia color blanco y una sonrisa rosada en sus labios, para decirle que es la mujer más linda con la que su hermano ha salido. Tampoco es como si JaeMin quiera decirle que probablemente tiene una gran persona a su lado, pero no sabe si se refiere a JaeNo o a su cuñada, es todo tan confuso para él.

Rueda los ojos cuando su madre le pide que se comporte, porque lleva casi toda la ceremonia sentado en su asiento sin siquiera querer prestarle atención a las palabras del celebrante y las miradas de JaeNo hacia su hermano son extrañamente complicadas de comprender.

JaeMin sabe lo que significan, por lo que responde con una mirada que le dice, burlescamente: "Eres tan débil", por lo que JaeNo se la devuelve con una que dice: "Cuando me baje de este altar verás lo que es debilidad" y JaeMin piensa que las manos de JaeNo se verán hermosas en su cuello mientras lo estrangula.

Se remueve incómodo en el asiento, su madre vuelve a regañarlo y él se estira un poco hasta ella para hablarle al oído. ― Necesito un cigarro.

― Na JaeMin, no es momento. ― Dice ella, quien desde hace mucho se enteró que JaeMin era un fumador compulsivo, aunque intentó alejarlo de ello sabía que JaeMin probablemente lo haya heredado de su madre, que también lo era.

Su abuela, que está a un lado de su madre, palmea la espalda del chico con cuidado y le da una mirada afirmativa. La madre de JaeMin está enojada, pero aun así deja que JaeMin salga del recinto eclesiástico con prisa, casi ganándose las miradas de todos los presentes, incluidas las del celebrante y los novios, que lo ven marcharse como alma que se lleva el diablo.

DoYoung gira a ver a su esposa, le pregunta acerca del comportamiento de JaeMin y ella se encoge de hombros dejando el tema en el aire y concentrándose en la boda de su hijastro mayor. JaeNo, sin embargo, aun mira por donde se ha ido su hermano y escucha a IlSoo pedir que detengan la boda unos minutos, dejando sorprendidos a todos los presentes.

JaeNo le agradece y también corre fuera de la iglesia en busca de su hermano menor.

IlSoo sonríe y el celebrante le pregunta acerca de la razón por la que su futuro esposo ha salido de la iglesia y hayan pedido unos minutos, es allí cuando IlSoo le dice lo mismo que JaeMin le hizo creer los sietes años que llevan ella y JaeNo saliendo.

― Porque son hermanos y las preocupaciones de uno son las del otro.


JaeMin esconde su rostro en el saco bien planchado, blanco y sin detalles de JaeNo, quien palmea su espalda para darle apoyo. Ambos están en el auto de sus padres, se escuchan los sollozos de JaeMin tan fuertes como lo son sus gemidos ahogados; JaeNo siente lástima por él, sabe que JaeMin ha estado en abstinencia desde hace días, porque cuando le pidió que estuviera presente en su boda, JaeMin estaba internado en el hospital por una intoxicación en su piel debido a unos cigarros nuevos que probó y que terminaron con una reacción alérgica en su organismo.

― ¿Quieres que diga algo? ― Esas son las palabras que dispara JaeNo, pero JaeMin sigue llorando.

Los minutos se hacen largos, JaeMin va dejando de llorar poco a poco hasta que comienza a dormitar en los brazos de su hermano mayor, embriagándose con el perfume de JaeNo y con sus respiraciones lentas.

― Ve, déjame morir aquí. ― JaeNo baja la mirada hasta JaeMin, el menor tiene los labios abultados, agrietados y los ojos están irritados a más no poder―; vete, IlSoo te está esperando allí. Cásate, ten muchos hijos y deja flores de un cocotero en mi tumba cuando me haya ido. ― El mayor ríe, pero aquello no le causa gracia a JaeMin.

― Es cierto cuando tu madre me dijo que estás diagnosticado con Atelofobia1, me aseguré de no armar drama el día que me contaron que eres adicto al cigarro, cuando estabas en el hospital por aquella alergia... Me mantengo frívolo hasta en este momento sabiendo que dices que quieres que te deje morir cuando hace mucho te dije que eras mi vida.

― No vine a esta vida a pasar de largo, a ocultar sentimientos, a negar emociones, vine a vivir, amar y romperme, reconstruirme y ser más yo, menos miedoso, más valiente y ligero. Por eso estoy aquí, por eso que me quiera querer quien quiera.

― ¿Y yo?

― No, tú no.

― ¿No eran todos?

― No, tú no. Tú ya tienes a alguien esperando por ti en el altar, mientras yo simplemente espero reconstruirme para volver a romperme cuando encuentre ese propósito existencial. ― JaeNo sonríe otra vez, se acerca al rostro de su hermano, deja un beso en su mejilla y JaeMin está convencido que el sueño lo está venciendo. ― ¿Estarás allí mañana cuando me despierte para desayunar? ― Pregunta JaeMin cerrando sus ojos poco a poco. ― ¿Estarás allí para decirme: "Buenos días, Nana", para llenar mis mejillas de besos? ¿Estarás allí para decirme que libros de Vignelli te gustan, para pasar horas compartiendo datos curiosos de Paulo Coelho? ¿Estarás allí, JaeNo? ― Y por fin, con un suspiro, JaeMin se duerme.

― Si, estaré allí, hermanito.

"A veces es mejor engañar a la mente que engañar al corazón."



1: Miedo a no ser lo suficientemente bueno para las personas.

They Don't Know About Us ➵ NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora