Capitulo 1.

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Era una tarde bastante soleada, en el basto cielo azul habían muy pocas nubes blancas desplazándose de aquí para allá, el viento soplaba con leve frecuencia , si bien se sabe de qué esa inmensa construcción aún sigue de pie con todo el tiempo que ha pasado todo aquel que no gusta de quedarse quieto en un solo lugar, seguro se habrá topado con este castillo al menos una vez en su vida, detener su caminata o medio de transporte para contemplar lo que sus ojos estaban visualizando por un buen rato, pero luego seguían con su viaje ya que no se atrevían a meterse más allá de lo que la madre naturaleza intentaba ocultar, en cambio un joven hace la diferencia.

-¿Huh? Pero... ¿Qué es esto?-

OST:

Un joven de dieciséis años de edad, en medio de una gran travesía que el mismo se propuso recorrer, sus vestimentas consistían en una camisa blanca sin mangas, pantalones azules con un cinturón blanco y zapatillas blancas, además de eso, en su cuello tenia enrollada una larga bufanda blanca, sus extremos se movían libremente con el viento. Se había metido en un peculiar sendero que por alguna razón le resultaba familiar, sin importarle mucho de que se trataba lo siguió hasta toparse con lo que vendría siendo unas colosales puertas de madera, las más resistentes al parecer puesto que a pesar de que se veían tremendamente antigua, el material se mantenía firme, a los lados de dicha entrada, extensos muros se alargaban a un sinfín de metros, además de recalcar que estos eran bastante altos, entre las ranuras y orificios que tenían estos mencionados, entraban y salían enredaderas, adornándolo un tanto. A partir de aquí no había mas caminos que recorrer, eso significaba que el sendero moría ahí y de que era cuestión de devolverse y tomar otra ruta o para este caso, lo que fue la decisión de esta persona: Decide por entrar.

-A mí no me vengan con que tengo que devolverme, yo seguiré por aquí.-Susurro para sí mismo mientras miraba curioso por donde podría seguir, las puertas no cedían en ningún momento, ni para adentro ni para afuera y ni modo de quitar la vegetación que tenía encima, puesto que no se sabía con exactitud cuánto había que arrancar, sobre todo lo que abría después tras la entrada, seguro incluso ya esté asegurada desde atrás, así que no había de otra que pasar sobre los muros.

-¿Debería de decirle? Nah, seguro ella terminara buscándome.-

Dijo mientras mirada de donde podría agarrarse para luego pretender escalar esos muros, como lo había dicho, esta persona venia acompañada de alguien más, que se había quedado un tanto más atrás puesto que pensaba ir en otra dirección, así que opto por quedar a la espera de su compañero, pero lo más probable es que su paciencia se le acabe y también termine con curiosidad de que había en ese camino, mientras tanto, aquel joven ya estaba a varios metros de altura, sosteniéndose de nada mas de las enredaderas y grietas que tenían los muros, el final de esa escalada sin duda era bastante alta pero no imposible de llegar, aunque este no aspiraba a sobre pasar ese muro en donde estaba, quería llegar más allá de ese límite, tardo un aproximado de diez minutos para llegar al borde del muro, debido a algunos inconvenientes como resbalones y más de una ocasión casi se cae por su mera torpeza, pero nada de qué preocuparse.

Al rato de apenas quedarse parado al borde, su amiga recién había llegado, miraba a su alrededor con cierta preocupación y al levantar la mirada, suelta un suave suspiro y esboza una pequeña sonrisa.

-Adivino... ¿Quieres verlo una vez más?- Expreso la joven de diecisiete años mientras que sin pensarlo dos veces, también intentaba subir por las enredaderas.

...Honam...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora