El Modelo

Cap.8: "Body Language"

Ya se encontraba frente a la casa de Roger pero no se animaba a tocar la puerta, sacudió las manos un par de veces descargando los nervios "Tranquilo Brian, solo haces un par de fotos y se acabó ¡Dios! ¡¿Por qué se lo propuse?! Él mismo quiso darle fin, pero tuve que ser tan idiota como siempre...".

- ¿Bri?

Subió la mirada y ahí estaba Roger, o mejor dicho Rogerina, parada en la puerta con aquel traje de colegiala que tanto lo había incomodado la última vez, mirándolo con incertidumbre.

- ¡Oh Rog, estaba a punto de tocar el timbre!
- Pero si tienes la llave...
- Oh, cierto, lo olvide jeje

Se excusó entrando, la situación parecía haberse dado vuelta, mientras él se encontraba completamente tenso, el batero lucia relajado al punto de no importarle si algún vecino lo había visto al abrir la puerta. Como la modelo ya se encontraba preparada, se apuró a preparar la cámara ansioso por comenzar, o mejor dicho por terminar, y miro la sala pensando el mejor escenario.

- ¿Por qué no te pones por aquí y...?
- Oh no, hoy aquí no querido, te dije que esta iba a ser una sesión muy especial

Taylor lo interrumpió negando con su dedo índice en alto para luego indicarle con el mismo que lo siga retrocediendo sus pasos perdiéndose por el corredor, Brian intrigado lo siguió por la casa hasta terminar en su habitación, cuarto que él ya conocía, pero definitivamente no lucia para nada como siempre: Un camino de pétalos lo guiaba a la cama matrimonial llena de almohadones rojos que hacían juego con el acolchado del mismo color, todo perfectamente iluminado por múltiples velas acomodadas románticamente alrededor por todo el cuarto. Rogerina se sentó en la cama abrazando un almohadón con aire inocente mientras Brian se quedó estático en la puerta analizando aquel escenario, que junto a la modelo, parecía de película porno.

- ¿Qué te parece?
- B-Bien...
- ¿Comenzamos?

Al escuchar esto salió del trance tratando de concentrarse en lo que vino a hacer, tomo la cámara empezando su trabajo. La velocidad y soltura con la que Rogerina posaba era notoriamente distinta al de sus primeras sesiones, cada gesto era calculadamente ardiente y seductor, no existía pudor alguno, las fotos eran cada vez más atrevidas con principal escenario la cama.
El fotógrafo se encontraba acorralando a su modelo en el intento de tomar un primer plano de ella recostada, pero por mucho que intentara le era difícil mantener la concentración, Roger lo miraba intensamente con aquellos ojos llenos de deseo, su temperatura corporal sin duda había aumentado y no era a causa de las velas "Dios mío... No puedo continuar... Tal vez si le pido descansar un rato" en ese momento sintiendo una presión en su entrepierna volvió de sus pensamientos encontrando a la modelo rozándolo en aquella zona con una de sus piernas, Brian sorprendido soltó la cámara viéndola rodar por la cama, la siguió con la mirada para verificar que estuviera sana y salva pero no pudo comprobarlo ya que Roger lo tomo del mentón obligándolo a mirarlo.

- Ya es hora de que dejes de hacerte el tonto
- ¿A-A que te refieres?
- A esto

El rubio tomo la excitada entrepierna del más alto sobre sus ajustados pantalones y éste creyó que moriría de vergüenza, pero no hubo excusa que valga, sus balbuceos fueron interrumpidos por los labios del baterista quien lo beso con lujuria "¡Esto no está pasando! ¡Esto no está pasando! ¡Esto...! Esto si está pasando". El cuerpo del guitarrista comenzó a entregarse correspondiendo ese ardiente beso, sus labios y lenguas se buscaban con necesidad, con alguna que otra picara mordida de por medio, mientras las manos de Roger se entretenían con aquel cuerpo sobre él, frotaban su entrepierna, hurgaban su pecho bajo la camisa, se enredaban en aquella rulosa cabellera; pero May no pensaba quedarse atrás, separo sus labios para continuar recorriendo con ellos el cuello de su modelo arrancándole suspiros, sobre todo al clavar suevamente sus colmillos en él, o al acercarse a su oreja, sin duda él no era el único que se encontraba tan excitado, la erección del rubio comenzaba a notarse bajo la falda, sobresaliendo de su delicada ropa interior femenina.