¿Puedo volver a sonreir?

2. El horizonte

Tres semanas más tarde

Mi madre dice que salga a tomar aire, que por eso hemos ido al pueblo. Mis dos hermanas mayores han ido a hacerse fotos a saber dónde y mi hermana menor está en el parque con papá. Yo no tengo ganas de salir, pero mi madre no deja de insistir. Estoy en mi habitación sentada a en la cama apoyada el la fría pared mirando a la nada,
-Olivia, ¡sal de una vez!- Me harto de escucharla insistir, cojo bruscamente mi bloc de dibujo y un lapicero y salgo de mi habitación- Ya era hora hija mía, venga ves a dar una vuelta- Suspiro profundamente, abro la puerta y me voy. Voy en camino a la montaña caminando a un ritmo rápido. Después de caminar y caminar, con sudor por todas partes, llego donde quería ir, un lugar donde nadie me puede observar ni escuchar. Nadie me puede decir nada y por fin estoy sola.
Mi corazón va rápido y respiro por la boca del cansancio. Me siento en el suelo y apoyo la cabeza en un gran árbol que me tapa del sol radiante un día de marzo.

Cuando estoy más calmada, agarro el bloc de dibujo, lo abro y empiezo a dibujar.
Dibujo un paisaje, el paisaje que tengo delante. Hierba, nubes sobre un hermoso cielo azul y al fondo el mar repleto de olas con ese horizonte inexistente, no tiene fin, simplemente es una apariencia que parece que te enseña todo, pero a medida que te acercas, te das cuenta que es inexistente, que lo que pensabas que era de una forma, resulta que es completamente diferente.
Que esa amiga que pensabas que te amaba, resulta que simplemente es ese horizonte inexistente, solamente una apariencia que me hizo creer sus mentiras, sus engaños, me hizo creer todo, me hizo confiar en ella ciegamente cuando en realidad ella no era ella, ella no era esa amiga a la que yo quería tanto, sino una chica que ahora parece una desconocida.
Después de haber pasado tantos momentos y años juntas, después de contarle todo sobre mi, después de quererla más que a nada... Era incapaz de pensar que en solo tres semanas todo había cambiado tanto.

Flashback (3 semanas atrás)

Hace frío ya, hace 25 minutos que debería haber llegado, no sé qué debe haber pasado.
Voy a mandarle un mensaje:

Hola amiga, ¿dónde estás? Te estoy esperando delante del cine como habíamos quedado, nos vamos a perder la peli. ¿Estás bien?

Me espero 5 mimutos, nada, no contesta, 10 minutos,15, 20, 25, 30. ¡Basta! No puedo más, estoy muy preocupada, ¿y si le ha pasado algo?
La llamo, nada, salta el contestador, la llamo una, dos, tres, cuatro veces, nada. La quinta vez que la llamo, contesta a los tres tonos

-¿Hola?
- ¡Laura! ¡¿Qué te pasa?!
- ¿Qué? ¿A mi? Nada
- ¿Y dónde estás?
- Estoy con unas amigas
-¡Pero si habíamos quedado! Te esperé una hora, ¡Una hora!
-¿Ah si? Pues no me acordaba, lo siento. Mmm... Ya hablaremos, eh, otro día. Adiós.
- Oye ¿oye?- me colgó... No entiendo

Fin del flashback

A partir de ese día, todo fué a peor, parecía que hasta a veces le daba vergüenza ser mi amiga, se comportaba de una manera fría y no me gustaba. Ella estaba haciendo nuevas amistades y empezaba a ser popular y, no sé, ya no era la misma... Un día, ya no sabía qué hacer, sentía que no era suficiente para ella, sentía que era mi culpa que se estuviera distanciando de mi y decidí hablar con ella. A partir de ahí, todo cambió, mis días empeoraron y mis ojos se aguaban el doble de veces de antes. Me puse enferma y no quería salir de mi habitación. No tenía más fuerzas, no soportaba ocultar mi tristeza, no soportaba fingir una sonrisa más. No entendía por qué todos se distanciaban de mi, odiaba mi personalidad, odiaba cada centímetro de mi, pero cuando solo pensaba con el corazón, mi sonrisa me recordaba a él, a todas las risas a su lado y a todas las veces que me decía que tenía la sonrisa más bonita de la galáxia. Pero después la odiaba porque me hacía extrañarle aún más.

Sentía que perdía todo lo que quería, primero lo perdí a él y ahora a ella, no podía más, sentía que el mundo se derrumbaba a mi alrededor, sentía que era una moléstia hasta para mi familia. Solo fuimos al pueblo para que "te tomes un respiro" como decían mis padres, y eso era lo que odiaba, que mi familia tuviera que hacer cosas para intentar solucionar mis problemas. Ya no aguantaba más, tiré el cuaderno a un lado, me levanté, miré al cielo y sin esperar que sucediera así, grité, grité más que nunca, mi corazón bombeaba demasiaso rápido y ese nudo que siempre tenía en la garganta se desató y lloré, no me importó llorar ruidosamente, estaba harta de todo, pero luego, sentí como todo me daba vueltas, lo veía todo doble y de repente vomité salpicando mi ropa asquerosamente, me quité el suéter quedandome con una camiseta interior y me lavé la cara con él, me estiré en el suelo sin fuerzas, y sin darme cuenta, mis lágrimas regaron el césped.

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N/A: Tengo la sensación de que ésta historia será más larga de lo que imaginaba. Tengo tantas ideas... Pero poco a poco. Ayy qué feliz estoy.

Chauuu- J

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