—Ya llegué.
Me removí en mi cama cuando escuché la tersa voz de Erick desde la sala. Gruñí, mi cabeza me daba vueltas y todo mi cuerpo se sentía tan entumido dejándome en claro la buena cruda que traía encima, pero eso no evitó que una pequeña y alegre sonrisa se dibuje en mi rostro cuando repasé mentalmente que Erick me había avisado que acababa de llegar, esa era una rara costumbre nuestra, imitando típicas familias caseras, suelen avisar que llegan al lugar con un grito desde la puerta, nosotros hacíamos lo mismo.
Me senté en mi cama con la intención de recibirlo y preguntarle qué tal le fue en su clase larga de ese día, al parecer, por la poca luz que entraba por la ventana, había tardado más de lo debido porque ya era de noche. Me maldije mentalmente al no haberme despertado para irlo a recoger cuando un pensamiento fugaz cruzó por mi mente.
Erick y yo terminamos ayer.
Apoyé mis pies en el frío suelo y pasé mis manos por mi rostro con cierta hostilidad, quizás me iba a costar un poco más de tiempo el acostumbrarme a llamarlo "ex", aunque él parecía más que tranquilo al respecto.
Negándome a perder la amistad con la maravillosa persona que Erick es, me coloqué mis zapatillas y no fue hasta que quise levantarme de la cama que noté mi completa desnudez apenas las sábanas se quedaron sobre el colchón y abandonaron mi cuerpo.
¿Qué demonios? ¿Cuándo?
—Mmm.
—¿Qué?
Escuché un gemido de molestia de dentro de mi misma habitación, seguro habría pegado el grito al cielo de no ser porque sonó como un gemido femenino, de chica. Puedo haber estado con un hombre por tres años, pero no por eso le temeré a un fantasma con voz de mujer, venga, soy más hombre que eso. Me giré lentamente, sorprendiéndome al ver mi cama moverse mientras mis sábanas eran jaladas por unos morenos y delgados brazos.
Ana.
Rodee la cama hasta asegurarme que era ella, con todos sus cabellos despeinados, apoyando su cabeza en mi almohada —Donde, cabe aclarar, antes dormía Erick— y su otro brazo totalmente estirado, no tenía que sumar ni dos más dos para darme cuenta que estaba tan desnuda como yo.Los recuerdos de lo que sucedió llegaron a mí en segundos, aturdiéndome lo suficiente para que apoye una de mis manos contra la pared, ganando estabilidad y comprendiendo como fue que tras ir a un bar en pleno medio día, saltándome las clases, bebí hasta casi no pensar en nada y luego Ana y yo vinimos directo a mi departamento, que compartía con mi ex.
Quien estaba ahora en la casa.
Bueno, definitivamente podía mandar mi caso a algún programa o a los Records Guinness, apuesto a que ellos disfrutarían riéndose a carcajadas por gran mala suerte.
Mientras mi mente maquinaba exactamente qué hacer, qué decir o con qué objeto acabar con mi vida, escuché fuera de la habitación como Erick soltaba variedad de maldiciones y no tardé ni dos segundos en ponerme unos bóxers para salir, asegurándome de que todo esté bien con él.
Tal fue mi sorpresa cuando lo vi tirando de una bolsa de basura gigante, sacándola de la cocina, con la puerta de la calle abierta ¿Había limpiado apenas la cocina o ya solo estaba tirando la basura semanal? Porque no creo haberme tardado tanto desde que entró al que se supone era nuestro hogar.
—Hey. —Me saludó con un movimiento de cabeza, continuando con su lucha contra la inmensa bolsa.
Sonreí al admirar aquella imagen tan adorable, normalmente era yo quien me encargaba de pelearme con la basura semanal, pero al parecer Erick tenía planes de ser autosuficiente, así que, apoyándome en el marco de mi puerta, la junté lo suficiente como para casi cerrarla y aún en solo bóxers y zapatillas me mantuve mirándolo, sabiendo muy bien que él era consciente de lo que yo estaba haciendo.
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Good Friends - Chriserick
Storie d'amorePara Christopher, mantener una relación por tres años ya ha sido suficiente; él quiere salir, divertirse y tener sexo por montones. Un día, decide acabar su relación con su novio, Erick, y aunque este acepta demasiado rápido, ellos tendrán que vivir...