5.

135 11 4
                                    

8 años después.

Todo en mi vida iba de maravilla. Después de que llevara dos años de relación con JiMin decidimos contarles a nuestros padres, por un lado mis padres no me creyeron porque pensaban que era Heterosexual, no los culpo porque hasta yo me sorprendí, y por otro lado la madre de JiMin estaba ya bastante enterada de la sexualidad de su hijo. Obviamente nuestras madres no pudieron alegrarse más de que sus dos hijos salieran.

Después de largos años llenos de emociones y muchos problemas pudimos seguir juntos. Cuando cumplí 18 mi novio me invitó a vivir con él y yo siempre quise ser independiente aunque me dolía dejar a mi familia, pero deseaba vivir por mi cuenta. Por supuesto vivir con JiMin hizo aún más fuerte nuestra relación.

Conseguimos el empleo que tanto queríamos y como si se tratase del destino fuimos compañeros. Resolvimos los casos más importantes y ahora nos ganamos el respeto de todos en el departamento. Incluso nos tomaron una foto junto al presidente de Corea del Sur. Fue algo increíble, estábamos cumpliendo todos nuestros sueños y todo iba excelente. Lamentablemente siempre hay un pero.

— Cariño, hoy salimos a cenar. -JiMin estaba a mi lado tecleando en el computador. Nos encontrábamos en la oficina, yo estaba completando unos papeles que tenía atrasados.

— Genial, JiMin-shi~. -Él ríe y me pega de manera juguetona el hombro. Yo portaba una sonrisa burlona.

— Tonto.

Era lindo volver a salir. Siempre estábamos en la oficina o en una reunión y apenas todo terminaba íbamos al departamento a descansar, pero nos dieron la noche libre así que no podía pedir más.

JiMin apagó el computador y suspiro para luego abandonar su asiento y estirarse un poco antes de ir a mi lado.

— Vámonos. -Susurra besando mi cuello.

— Tengo que terminar, JiMin.

— Si nos vamos ahora te ayudo a terminar el trabajo mañana. -¿Debería considerar su oferta?- Además... Seré el de abajo esta noche. - ¡Bien! Es suficiente, me merezco un descanso. Decidido.

Dejé el escritorio y busqué mi abrigo sin borrar mi sonrisa. — ¿Qué esperas, Minnie? ¡Hay que cenar!

— Tonto.

Abandonamos el departamento no sin antes cerrar la oficina y despedirnos de los oficiales que se quedaban trabajando. Bajamos las escaleras hasta llegar a las calles y nos acercamos al vehículo. Entré y encendí el auto, JiMin miraba su teléfono en el asiento del copiloto.

Conduje al departamento donde tomamos el ascensor y fuimos directo a la puerta que nos correspondía. Dejamos nuestros abrigos sobre el perchero y fui directo a la cocina donde abrí el refrigerador y extraje un redbull. Caminé hacía la habitación observando a JiMin que dejaba unos trajes costosos y elegantes sobre la cama.

— ¿Elegiras también lo que me pondré, mami?

— Así es, bebé.

Ingresó al baño y tomó una larga ducha, yo fui a ver las noticias esperando que lo desocupara.

— Hoy una mujer de avanzada edad cumple sus sueños de lanzarse de un paracaídas a sus 80 años de edad.

— Aww.

— Cambiamos de noticias para informarles que un nuevo robo fue reportado hoy en uno de los bancos más prestigiosos del país. Las cámaras lograron enfocar a uno de los ladrones con una máscara con la imagen de un payaso y otro con una gorra celeste que llevaba una cresta azúl rey. -Bufé apagando la televisión. Ya seis policías se les fue encargado el caso y ninguno pudo tener una sola pista del grupo. Esperaba el día en el que el jefe nos lo diera a nosotros.

— Ya puedes bañarte. -Me giré y observé a JiMin que llevaba un traje blanco que no le había visto nunca antes.

— Te ves hermoso, Minnie.

— Te tengo una sorpresa esperando por ti en el cuarto.

— Pero si estás aquí, y la mejor sorpresa eres tú desnudo esperando por mí.

— Ya ve, tonto. -Rompo en risa al verlo sonrojado y me acerco a besarlo. Él va arreglar su cabello que supuestamente parecía un nido según él y yo voy a tomar una ducha para no tardar más.

Cuando estoy listo salgo del baño y me acerco al traje negro que estaba sobre la cama.

— Oh, Dios mío. -¿Ese traje era nuevo? ¡Pero si se veía tan costoso!  ¿Esta era la sorpresa?

Me lo puse aún sin creerlo y me acerqué al espejo. Una corbata roja, camisa blanca y un saco junto a pantalones negros con patrones blancos.

Parecía otra persona, no podía creerlo.

— ¿Te gustó? -JiMin me miraba desde la puerta cruzado de brazos con una alegre sonrisa en sus labios.

— ¿Cómo lo pagaste?

— Trabajo, JungKook.

— P-pero...

— Calla y vámonos a cenar.

Asentí dejando que arreglara mis cabellos y nos fuimos de ahí para volver al auto.

— ¿A dónde vamos, co-capitán? -Me gustaba hacerle bromas.

— Que nos diga el mapa, capitán. -Puso la dirección del restaurante en el gps del auto y la voz de una mujer nos indicó el resto del camino.

Llegamos al lugar y apagué el vehículo. Nos acercamos al local y abrí la puerta por él como todo un caballero que soy, él me golpeó sin dejar de reír. La recepcionista nos recibió con una sonrisa claramente falsa.

— ¡Bienvenidos! ¿Qué se les ofrece?

— Tengo una reservación para dos, ya sabe... -Lo demás lo susurró pero no le tomé mayor importancia, me dediqué a observar el restaurante. Era uno demasiado elegante para mi gusto, ¿Cuánto le costó todo esto? ¿Por eso siempre decía que debíamos comprar lo necesario y que no fuera nada costoso, sino lo justo?

— ¡Oh! Claro, claro. Siganme, por favor. -Nos llevó a una mesa apartada con dos copas y un mesero esperando por nosotros con una botella en mano.

Tomamos asiento y el mesero empezó a servir el vino en las copas, la recepcionista se despidió con una sonrisa menos forzada.

— Pedí pasta.

— Uh, genial.

— No te preocupes por el dinero, amor. -Yo creo que sí pues jamás planeé algo así, me siento culpable por no tener estos detalles con él.

Trajeron la pasta que a mi parecer con solo pincharla una vez ya se acabaría. Esto es lo malo de los restaurantes elegantes y caros, no son más que imagen.

— Es una hermosa noche, ¿No lo crees? -Recarga su mentón sobre le palma de su mano mirándome con aquella sonrisa tan tierna que hacia sus ojos desaparecer.

— Tienes razón.

Sin pedirlo una sola vez el mesero llenó de nuevo la copa con vino. Yo le agradecí y comencé a tomar sintiendo que algo iba mal.

— JungKook, tenías 13 y yo 15 cuando te pedí ser mi novio en tu habitación. Recuerdo que me confesaste que fui tu primer beso, tu primer novio e incluso tu primer amigo. Soy feliz cada día porque estás tú ahí. Tu sonrisa, personalidad y la manera en la que tus ojos brillan cuando haces algo que te apasiona me enamoraron. Por eso pido esta noche tan hermosa donde cumplimos 8 años de noviazgo te pido ahora que seas mi compañero de vida. - Oh, no. ¿Qué está sucediendo? Tomé demasiado. - ¿Qué dices, Jeon JungKook? ¿Te casas conmigo? -Miré la copa que sin darme cuenta ya me había terminado y levanto la vista viendo a JiMin de rodillas extendiendo una caja de terciopelo rojo con un hermoso y costoso anillo.

— ...

— ¿JungKook? -Las personas nos empezaban a ver susurrando y la sonrisa de JiMin desaparecía.

— Y-yo...

¡No estoy listo! Sí, llevamos 8 años y la cosa. Pero no estoy listo para contraer matrimonio, apenas puedo con la idea de que llevo un noviazgo.

— L-lo siento, no puedo casarme contigo.

Acosador. [JungKook+TaeHyung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora