demasía

Introducción

Carta número 20; y sumando...

El frío es tan insoportable cuando no estás vos.

Pasaron tres meses y te sigo sintiendo tan cerca que a veces mi mente se engaña y se convence de que vos seguís acá, al lado mío... suspirando sobre mi pelo despeinado, aliviando el dolor que dejaste al morder mi cuello minutos atrás.

Sigue la sombra de tu cuerpo tranquilo en mi cama, respirando pausado... exhalando tu amor - inhalando mi alegría. Una alegría que solo sentía al tenerte cerca, tocándote en todos lados, dándote todo de mí hasta que el cariño me rompía los huesos pero a su vez me hacía vivir.

¿Por qué no volves? Te extraño. Y soy un egoísta porque sé que nada de esto fue tu culpa.

Empecé la facultad hace un tiempito, y se me hace difícil ponerme contento por mis logros cuando no estás vos acá para revolverme el pelo y decirme que soy tu orgullo. Siempre me decías eso.

¿Por qué es todo tan injusto?

¿Por qué tenía que ser todo así?

Anhelo tu regreso cada día, y te encuentro en cada párrafo de mi prosa. Escribo sólo para vos desde que tengo memoria, aún más desde que te fuiste... momentáneamente odio las decisiones que tomé en el pasado.

Ojalá supiera cómo volver el tiempo atrás y pedirte que te quedes conmigo... o dejar todo e irme con vos. Tuve que haberlo hecho.

Gracias a vos empecé a escribir, y por eso te pertenecen todos mis versos - todas mis ideas, toda mi palabrería... siempre va a ser todo tuyo, estés donde estés.

Incluyéndome.

Esta carta nunca te va a llegar, cielo, si no sé dónde estás... recuerdo decirte que prefería no saberlo, para así evitar buscarte. Qué iluso fui al pensar que podía vivir sin pensarte.

Igual yo te espero, te escribo, te pienso... porque sos mi musa; mi inagotable fuente de inspiración. Mi serendipia, todo lo que siempre busqué.

Fuiste una demasía en mi vida... ¿qué hago ahora con tu ausencia? El frío me cala la huesos y no sé qué hacer. Por favor olvidá lo que te dije.

Volvé.