soplándote

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hola bbs acá mari, les dejo esta canción en multimedia q es bastante importante en general. va en ustedes si escucharla a la par del cap o si la reproducen en el momento q se indica! besitos, nos leemos y ojalá les guste❤️

Dicen que si cuentas los deseos en voz alta,
no se cumplen.
Y yo nunca te conté...
(más bien te escribí).

Quizá por eso tardaste tanto en aparecer.

No sabía cómo sería tu cara
y tampoco tu firma,
si tus ojos serían azules o verdes...
Solo te pedí, egoístamente,
soplándote en demasiados cumpleaños.

Y ahí estabas tú, de pie,
con la ternura que siempre desprendes;
y yo, con un poquito de amor para dar.

Me encendiste.

Me diste un par de besos y,
tras pasar horas contigo,
dejé de pensar con claridad.
Y aquellos dos besos en la mejilla
que me diste,
dieron pie a unas decenas más.

-¿Ya te hablé alguna vez de lo verdes que son sus ojos, Gus? -preguntó Renato, quizá por tercera vez en el día. Gustavo sólo pudo rodar sus ojos y marcar una sonrisa grande, caminando junto a su mejor amigo rumbo a su casa.

Renato lucía muy distraído, y Gustavo se atrevía a decir que su amigo había estado toda la mañana en una especie de divague. Había repetido lo mismo unas cuantas veces, como si necesitara exteriorizar aquello que se estaba moviendo adentro suyo... y aquello era, en una sola palabra resumida, Gabriel.

-Sí, mi sol... ya hablaste del verde de sus ojos durante, mmm, aproximadamente toda la mañana -respondió Gustavo en un tono de burla, pero permaneciendo serio mientras continuaban caminando por aquellas vacías calles.

Renato se sonrojó. -Tampoco es como si hubiera hablado tanto de él, Gustavo. Sólo te estaba contando qué fue lo que hicimos ayer en casa, ni siquiera di tanto detalle... -se excusó.

Gustavo soltó una risita pícara y alzó una ceja hacia su amigo. -Renato, ¿te lo recuerdo?... ya comparaste el verde de sus ojos con el pasto, con una acuarela, con una lima, con el interior de un kiwi... y cosas más goma todavía, porque después flasheaste comparándolo con mirar una constelación de no se qué, y con pasar la mano por no sé qué lugar suavecito... -recordó.

Renato se mantuvo en silencio unos segundos, mordisqueando su labio. -Bueno, es que... si le vieras los ojos, Gus... ¡Vos me entenderías! Te juro que te enamorarías vos también -exclamó moviendo exageradamente sus manos, recibiendo unos ojos muy abiertos de parte de su amigo. -De los ojos, Gustavo, enamorarte de los ojos -aclaró, sintiendo calor en su cara.

Gustavo exhaló exageradamente, limpiando una gota de sudor inexistente de su frente. -Menos mal, porque ya me había asustado esa intensidad, hijo mío -dijo, provocando una risita en su amigo. -Y nah... ya tengo unos ojos espectaculares de los que estoy enamorado. Pero te agradezco la intención, Rena, es bueno saber que todavía sabes compartir -se burló.

El castaño rodó sus ojos mientras observaba a su amigo abrir la puerta de su casa, con sus llaves inundadas de llaveros de todas partes del mundo. "Mis papas fueron jóvenes viajeros y enamorados, yo simplemente les robé los llaveros desde que tengo memoria" le había comentado Gus la primera vez que Renato le preguntó, luego de ver tantas chapitas de Roma, Londres, París...

demasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora