After The Ward Ends [TodoDeku]

Capítulo 2

El cambiaforma fue instalado en la habitación del príncipe, con el objetivo de mantener su presencia oculta de los demás habitantes del palacio.

—¿Cuánto tiempo más durará así?

—No lo sé, la fiebre no parece ceder debido a la infección de la herida.

—¿Y todo este tiempo ha estado inconsistente?

—Si, no muestra signos de que pueda despertar pronto

—Uraraka necesito que hagas todo lo posible por salvarlo.

—Tenga por seguro que lo haré.

Han pasado días desde que el pequeño cambiante intentó escapar, a causa de ello su herida se infectó provocando complicaciones en su salud. Uraraka lo cuida día y noche por órdenes del príncipe, esté último se mantiene sereno, pero en su interior siente el miedo latente de que le pasara algo a ese indefenso ser. Desea mantenerlo a salvo.

—No entiendo porque el príncipe Shoto te procura tanto- pensaba Uraraka en voz alta mientras velaba al cambiaforma.

—Aunque viéndote bien, eres muy lindo. ¡Mmm!

—Pensándolo un poco más.— Se levantó de su asiento al lado de la cama y caminó alrededor de la habitación —Quién diría que al príncipe le gustan los chicos...

Ella no esta segura de ello, pero tenía que existir un motivo oculto para correr tanto riesgo al cuidar a esta persona, sabe que su idea es descabellada, pero no encuentra otra explicación.

—¡Ahh!— Se escuchó un pequeño quejido.

Uraraka se acercó al herido. Lo reviso verificando que la temperatura había bajado, poco a poco fue recobrando la conciencia.

—Tranquilo, por favor no entres en pánico de nuevo— rogó, no quiere pasar por lo mismo.

—Tu eres la muchacha de antes ¿No?— hablo despacio y en voz baja. —He escuchado tu voz en sueños, hablas demasiado- sobo su cabeza con ambas manos.

—¡Je! Lo siento.

—¿Exactamente dónde estoy?

—En el palacio del rey Endeavor, en la habitación del príncipe Shotō para ser exactos.

—¡¿Qué?! Pensé que había sido una maldita pesadilla.

Sente todo su cuerpo adolorido, como si lo hubiesen molido a palos, y al parecer lo que creyó como un sueño es su patética realidad.

—Me temo que no, pero tranquilo estarás bien, él príncipe Shotō y yo te mantendremos a salvo, el rey no sabe de tu existencia.

—¿Y porqué debería fiarme de ustedes?

—No tienes otra opción.

—¡Mmm! Tienes razón.— se intentó sentar- Sabe que no pode hacer más por si mismo, tiene que resignarse por el momento. —¿Cual es tu nombre?