S T R A N G E R || Lee Jong Suk || TERMINADA ||

S T R A N G E R - 22 -

<< Hoy a las 7:50 de la mañana fue hallado el cadáver de un joven llamado Kim Seok Yoon en el callejón del edificio "M" ... >>

La policía no tardó en indagar e investigar en todos los departamentos del edificio y del nuestro también. El teniente a cargo de esto, era un joven alto de un bello tono de piel morena, hoyuelos lindos, su nombre es Kim Nam Joon, ahora era el nuevo teniente de la estación de policía del distrito de Seúl que ocupó el lugar después de la extraña desaparición de Tae Hwan.

Nunca dieron con él, inclusive Woo Bin tiempo después lo liberó pero él no quiso entregarse a la policía, siempre dijo que lo mejor vendría cuando él estuviera atrapado pero lejos de la maldad que se avecinaba, prefería todo menos estar fuera. Pensamos que el realmente había caído en la locura y permaneció encerrado en el hospital psiquiátrico, ese paciente ahora era de alto peligro y en un poco tiempo más será seguro el compañero de Jong Suk, el único médico a cargo de ese extraño paciente era únicamente Woo Bin y así se mantuvo. La policía no tardo en darse cuenta y lo dejaron ahí, finalmente no habría algo que hacer si todas las pruebas ya estaban después de que Woo Bin entregó evidencia encontrá de sus crímenes y delitos cometidos, todo estaba resuelto ahora.

Pero ¿que acontecía ahora? el bien nunca prevalecerá de donde el mal no dejo sus huellas. Eso estaba claro, no habría paz por mucho se quisiera.

¿Habría de acostumbrarme más a las cosas malas? ¿o acostumbrarme a que el bien es muy difícil de alcanzar? ser bueno puede ser tan difícil, y es extravagante ser una persona mala, así era la sociedad ahora y no se detendría. No cambiaría.

Mi vida en el hospital fue mi refugio – así como tal cuál aconteció con mi padre después de la muerte de mi madre y mi hermano. – hago tanto puedo para salvar vidas y no me aflijo tanto cuando uno de ellos la pierde, pues finalmente todos nacemos con una caducidad, hasta los que son asesinados, ese era su destino. ¿Cruel? tal vez, pero heme aquí viviendo con los recuerdos poco gratos de mi pasado, sólo queda crecer como persona.

— ¡Noona! ¡buenos días! — se arrojo hacia mis brazos en cuanto me vio acercarme una dulce niña que padecía cáncer de pulmón, sus padres la habían dejado aquí sola, ella era un impulso para mi ahora.

— ¿Cómo has estado mi pequeña? —

— Más tarde me harán otra quimioterapia...ya no quiero...duele mucho... — infló sus cachetes haciendo un puchero que después creció a llanto.

— No temas, que no es la primera vez que lo haces, no debes llorar sonríe que aquí estaré yo. —

— ¿Enserio? — talló sus ojitos y dejo de llorar para darme una sonrisita inocente. — ¿Pero porque siempre sonríes y tus ojos están tristes? ¿es por el príncipe de quién me hablaste? —

— Creo que no te puedo ocultar nada pequeña. — la cargue en un movimiento hábil y la llevé hacia su cama.

— Quiero que me cuentes nuevamente como es él. —

— Bien para que estés más tranquila lo haré. Físicamente él posee una belleza única, él es muy alto, tiene la piel más delicada y suave que los mismos algodones, es pálida como el color de la nieve, tiene la sonrisa más cálida que alguien pudiera brindarte y ¡ah! es un real un encanto, sus labios en el invierno se tornan rojizos y en las otras estaciones están rozados, tiene la mirada más inocente que oculta a su vez demasiadas cosas, tal cuál como un libro es misteriosa y calculadora pero del brillo más sin igual, son grandes y muy hermosos, de una apariencia de la que cualquiera pudiera envidiar, todo un caballero... —