Love Story

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—Troy, relájate—pidió Chad.

El ex capitán del equipo estaba dando vueltas en la entrada de del salón y al parecer no escuchó a su amigo

—¿Qué puede salir mal? —Continuó—en unas horas Gabriella será tu esposa. Lo que han soñado desde hace 11 años.

En tacones y un abrigo de piel, Sharpay llegó del brazo de su novio a saludar Troy.

—Qué idea tan ordinaria casarse tan rápido, en Año Nuevo y en hotel—le dio un beso en la mejilla y lo abrazó.

—No queríamos esperar más—contestó Troy—Pensé que no vendrías.

La rubia rodó los ojos.

—Por mí están hoy aquí, no lo olvides. Pero sigo sin entender como alcanzaron lugar en el hotel en esta fecha. Y por qué tuvieron que regresar al Oeste de Estados Unidos si ya estaban en Illinoils.

—Queríamos que fuera aquí en Colorado, ya sabes, primer encuentro—se ruborizó Troy.

—Que cursi eres, Troy—le dio un golpe en el hombro y después sonrió—pero me alegro que por fin estén aquí.

—Gracias a ustedes—abrazó a Chad—y ti amigo, por conseguir espacio en el hotel.

El moreno se encogió de hombros.

—Te dije que tendrías más privilegios si te volvías basquetbolista, aún no eres Brad Pitt.

Ryan se abrió pasó entre la multitud para avisarle a Troy tenía que tomar su lugar y lo mismo para el resto de los pocos invitados,

En realidad había muy pocas personas, los padres de Troy y los de Gabriella obviamente estaban en primera fila. Chad que había decidido fuera su padrino, Sharpay y Joe que acababan de llegar y Martha que también había sido invitada por Gabriella.

Que la ceremonia se realizará justo semana y media después de volver de Albuquerque había tomado a todos por sorpresa y siendo en Año Nuevo solamente lo más cercanos pudieron confirmar su asistencia. Además que Gabriella había querido fuera así, pues agregó que probablemente los medios se enterarían y no quería que desde el día de su relación se viera inmiscuidas en notas de revistas.

Troy caminó hacia el altar acomodándose la corbata y recordó como su futura esposa le había enseñado a anudarla tiempo atrás justo el día que la invitó al baile de graduación y esta respondió:

—En el idioma que quieras, sí, yes, oui, hai.

Misma frase que había repetido dos semanas atrás cuando en medio de un karaoke él se hinco y ella con lágrimas en los ojos le volvió a decir lo mismo que cuando a los 17 años la invitó al baile de graduación.

Y ahora, lo que creía imposible se revelaba contra ante sus ojos, Gabriella en la puerta del salón lucía un lindo vestido que tuvo que ir a buscar en un fin de semana, pero lucia hermosa. Su cabello negro recogido, sus ojos cafés que tenían un brillo natural resaltaban de sus mejillas rosadas.

Lo que sentía por ella era más que amor, la admiraba y estaba seguro que quería pasar el resto de su vida a su lado.

...

Frente al espejo sonrió mientras Kelsey y Taylor le acomodaban el cabello.

Como habían cambiado las cosas en tan solo un mes; pero parecía como si todas las piezas se habían unido, pues justamente el día que Taylor le habló para preguntarle si iría a Albuquerque tuvo un día en el trabajo que le hizo pensar si realmente quería seguir ahí pues aunque era la mejor abogada de la empresa y le tenían buenas consideraciones ella no se sentía ya del todo a gusto.

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