¿Y MIMI?

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Ana

-¡MIMO! - grité al ver a mi gato.

Había convencido a Aitana de que viniera a ayudarme para recoger mis cosas del piso que compartía con Jadel.

-Amor… Cuanto te he echado de menos. Mi bebé… - y si esa soy yo hablándole al gato. Estoy loca, pero no tanto como para ir a un centro psiquiátrico. No os penséis cosas raras, eh, que os conozco.

Os estaréis preguntando cómo puede ser que esté en mi casa, pero no este Jadel. Sencillo, estaba en Granada porque tenía un bolo y no llegaría hasta la semana siguiente a casa. Así que aprovechamos la semana antes para ir recogiendo.

Y ahora, una de las grandes cuestiones. ¿Y Mimo? Fàcil, con su mami.

Me refiero a mí, claro. Es que se os tiene que explicar todo…

-¡ANA! ¡VEN! - y esa es Aitana gritando desde el salón. Estaba recogiendo mis cosas de la habitación que había dormido tantas veces.

-¿Qué quieres, Aitana? - le dije sacando medio cuerpo de la habitación y observando como la catalana estaba mirando unos CD’s y unos cuantos vinilos.

-¿Qué es esto?

-¿CD’s y vinilos? - dije ironizando.

-No ostia, esto. - dijo alzando un CD en concreto. No lo reconocí. No era mío.

-Yo qué sé, Aitana. Debe ser de Jadel. - dije sin darle mucha importancia.

-¿Y porque pone “Video Chicas del Club”?

-¿Cómo? - dije extrañada y acercándome a verlo bien.

-¿Lo miramos? - me preguntó Aitana.

-No sé si quiero ver ese video…

-Entonces nos lo llevamos. Yo quiero ver que hay aquí dentro. - dijo Aitana encogiéndose de hombros y guardándose el CD en su bolso.

Miriam

-Miriam, no me contesta a los whatsapps ni a las llamadas. ¡Hasta me pasé todo el dia en la puerta de su casa y no apareció en todo el día! - me dije alterado. - ¿Tu sabes algo de ella?

-No, Ricky, no he hablado con ella desde hace dos semanas. Ya aparecerá. Ya sabes como es Mimi. Aparece y desaparece cuando menos te lo esperas.

-¡Pero normalmente me llama o me envía un whatsapp avisándome! ¡Que hace una semana que no da señales de vida! ¡Por dios, Miriam!

-¡Ay, yo qué sé, Ricky! No sé dónde puede estar… - le decía con cansancio.

-¡De verdad, eh! Desde que conociste a esa tal Mireya, estás de un ausente… ¡Y que pesada, coño! Mireya esto, Mireya lo otro. ¡¿Y MIMI QUÉ?! ¡Qué también es tu amiga, espabila un poco! ¡JODER! - decía ahogado, por lo que podía escuchar, respiraba cogiendo grandes bocanadas de aire. Esos síntomas me los sabía como la palma de mi mano…

-Ricky, escúchame. - dije calmando mi voz, casi susurrando. - Concéntrate en mi voz e intenta relajarte. Mimi está bien, esté donde esté, está bien.

-Va… Va… le… - dijo aún respirando a bocanadas pero un poco más calmado que antes.

-Si quieres, ahora intento contactar con ella… - le dije. - Pero relájate… Vete a dar una ducha… Sal de paseo… Lo que quieras, pero no te quedes encerrado en casa.

-Gracias Miri. Voy a salir, llámame si sabes algo. - me dijo. - Por favor… - dijo eso susurrando, para luego soltar un suspiro.

-Adiós Ricarda. - y colgué.

Llamé a Mimi. Un tono… Dos tonos… Tres tonos… ¡Mierda! ¡Puto contestador! La volví a llamar unas tres veces más. Nada.

-¡ADRIANA, CLARO! ¡¿Cómo no se me ha ocurrido antes?! - dije gritando para mi misma.

Llamé a Adriana. Un tono… Dos tonos…

-¿Miriam?

-Hola Adri… ¿Sabes algo de Mimi?

-Sí… está… en su casa.

-No puede ser, Ricky fue el otro dia y no la vió en todo el dia.

-... - se escuchaban voces susurrando, pero no las oía.

-¿Adri?

-¡QUE NO! - me quité el teléfono de la oreja, por culpa del chillido del otro lado de la llamada.

-¿Hola?

-Miri… - la reconocí al instante, Mimi. ¿Cómo no?

-¡¿Pero tu eres tonta o qué te pasa?! - le respondí furiosa.

-Lo… lo siento… Miri…

-Espero que tengas una buena excusa para que no le respondas ni los whatsapps ni las llamadas de Ricky. - no grité, pero si lo dije con dureza.

-Es que… mi madre… - se le quebró la voz. Ahí ya me preocupe más. No sabía qué le pasaba, pero algo tenía que ver con su madre seguro. - Ha muerto… Y… estoy en Graná, en mi tierra. Lo siento Miri… Necesitaba… necesitaba desconectar unos días. Perdóname por no avisar. - iba muy acelerada y con la voz un poco entrecortada.

-Mimi, mimi. Relájate… Y llama a la Ricarda, que el pobre le ha dado un ataque de ansiedad. Me ha llamado hace un ratito para informarme de que no dabas señales de vida y… pues eso…

-Vale… Ahora lo llamo… Y lo siento Miri por…

-No hace falta que te disculpes Mimi, pero avisa. Estábamos preocupados y ya. - la corté.

Después le empecé a hablar sobre Mireya. ¡Ay, Mireya!

-¡Bollera, mis ovarios! Esta tía solo quiere experimentar, Miri… Vigila ese corazoncito, puede acabar mal, muy mal. Te lo digo por experiéncia. Ya sabes que sino no te diría nada. - me dijo en un trozo de la conversación indignada, por lo que le estaba contando. Habíamos hablado sobre lo que sentía hacía Mireya y los varios encuentros y quedadas que habíamos hecho. Y de lo que me dijo Mireya cuando le dije que me gustaba y me respondió que ella era hetero, pero que no tenía nada en contra hacia el colectivo LGBT.

Me contó que hace aproximadamente la llamó su hermana, Adriana, diciéndole que su madre había fallecido en un accidente de coche cuando volvía del trabajo. Al menos durante la conversación se distrajo un poco y no pensó en su muerte… También dijo que volvería después del entierro, es decir, de aquí a tres días estaba de vuelta a Madrid.

DESDE QUE TE VI ~WARMI~ (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora