DESDE QUE TE VI ~WARMI~ (TERMINADA)

REACCIONA, CARALLO

Ana

Se estaban preguntando donde cojones se había metido Amaia. Llevaban ya más de media hora esperándola. Las dos chicas se dirigieron al baño. Se encontraron a las dos chicas rubias que Amaia antes había estado babeando y, como no, a Amaia. Una de las rubias, la del pelo rizado estaba cogiendo a la del pelo liso por la cintura. Mientras que la del pelo liso estaba inconsciente y apoyada en el lavabo. Y Amaia… bueno, Amaia estaba meando con la puerta abierta.

-¿Amaia qué putas estabas haciendo tanto rato ahí dentro? - pregunta la canaria.

-¿Eh?

-¡Jolines Amaia! Llevamos esperándote media hora. - contesta ahora la catalana.

-Oye, ¿Alguien puede ayudarme? ¿Por favor? - habla la chica rubia. - Soy Miriam.

-¿Qué le pasa? - se preocupa Ana, aunque no sabe el por qué.

-Pues que se ha bebido hasta el agua de los floreros, la muy idiota. Y no reacciona.

-Pues yo de ti iria al hospital. - dice la del flequillo. - ¡Lo digo por si acaso es grave! - exclama al ver la cara de Miriam.

-¿Teneis coche?

-Vamos, que te llevo. - reacciona Ana.

-Pero Ana, ¿Amaia y yo como volvemos? - le pregunta la pequeña.

-Pues en mi coche. ¿Dónde sino?

-No sé, cómo las llevas al hospital y eso… Ya sabes no me entusiasman demasiado.

-Os quedáis dentro del coche y punto. Imaginate que le pasa eso mismo a Mireya.

-¿Vamos o…? - dice Miriam dubitativa, sin querer cortar la conversación entre las dos morenas. - Reacciona, carallo. - le da una hostia en la cara a Mimi. Nada, imposible, sigue inconsciente.

-¿Eres gallega? - habla Amaia, saliendo de su empanamiento constante.

-¡¿Amaia, eso que importa ahora?! - exclama Aitana.

-¿Os dejo aquí o qué? - les llama la atención Ana, cansada de estar de pie. - Vamos…  ¿Miriam era no?

-Soy, soy. - dice siguiendo a la canaria. - Amaia y sí, soy de Pontedeume, A Coruña. - dice antes de salir por la puerta.

Ana ayuda a Miriam a llevar a la otra rubia.

-Por cierto, Miriam. - dice de repente Ana.

-Dime.

-¿Cómo se llama? - dice señalando a la rubia.

-Miriam, como yo, pero llámala Mimi mejor. - responde la gallega. - ¡Ostias Ricky! - exclama la gallega.

-¿Ricky?

-¡Sí, es nuestro amigo! ¡Me lo he dejado dentro! ¿Puedes quedarte un momento con ella? - dice refiriéndose a Mimi. Ana asiente y se apoya en la pared que hay cerca de la puerta del local.

Miriam

Busca a Ricky con la mirada. Lo visualiza en los sofás, medio dormido. Corre hacia él y lo agita, para que reaccione.

-Dejame de dormir, mamá. - dice molesto.

-¡Carallo, que yo no soy tu madre! - dice Miriam, notándose el acento gallego.

-¡Miriam! - se levanta sobresaltado del sillón. Mala decisión. Con lo borracho que va, se cae de bruces contra el suelo.

-¡¿Dónde vas Ricarda?! - estalla en una gran carcajada Miriam. - ¡Vamos levanta! Hay que ir al hospital.

-¿Por la hostia que me metío? No hace falta Miri.

-¡NO, CARALLO! Por Mimi que no reacciona.

-¡¿CÓMO?! ¡PORQUE NO ME HAS DICHO NADA?! - sale escopetado hacia la calle.

Ana

Ve a un chico salir como una bala del local y gritando.

-¡MIRIAM, VAMOS! ¡¿DÓNDE ESTÁ?! - dice sobresaltado y nervioso.

-Tranquila Ricarda, que está en buenas manos. - sale la gallega del local. - Mira esta con esa chica. - dice señalando hacia la morena.

-Guerra, Ana Guerra. - saluda la canaria.

-Encantado Ana Guerra. Yo soy Ricardo Merino.

-¡Pero qué te ha dado a ti ahora! - exclama Miriam asombrada por la presentación de su amigo. - Llámalo Ricky, el pobre es muy tonto.

Se van dirección al coche de Ana y metiendo a Mimi en los asientos traseros apoyando la cabeza de la granadina en las piernas de Miriam. Ricky se pone de copiloto y Ana arranca el coche dirección al hospital más cercano. Está claro que ya van un poco mejor, Ana hace mucho que no bebe, concretamente desde que Amaia se fue al baño. Y justo en ese momento, Ana se acuerda de que a dejado a sus amigas en la discoteca.

-¡PUTA! - exclama Ana.

-¿Quién me llama?

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