DESDE QUE TE VI ~WARMI~ (TERMINADA)

¡ADRIANA, COMPÓRTATE!

*Los flashbacks los voy a poner en cursiva*

Mimi

Hacía ya una semana desde que vi, por segunda vez, a mi Ana Banana. ¡Cuánto tiempo había pasado, madre mía! Pero hay algo que no ha cambiado. Tiene la misma cara. Aparte de su acento, claro. Y bueno… mis sentimientos de encoñada tampoco. Cuando era pequeña, creí que solo era admiración. Luego me di cuenta que no. Parece así de repente, pero la verdad es que… no sé…para mí fue extraño. Extraño pero bonito.  

-¿Mamá, puedo ir al parque? - le dije a mi madre, Inma. Por si alguien se preguntaba cómo se llamaba nuestra madre.

-Cariño, ten mucho cuidado. - me advirtió. - llévate a tu hermana, también. Que se lo pasará bien.

-¡Joo, mamáaaa! ¿Por qué tiene que venir Adriana? - mi hermana era muy pesada, pero la quería y la sigo queriendo mucho.

-Pues si Adriana no va, tú tampoco. - me dijo con voz autoritaria. No tuve más remedio que aceptar a ir con mi hermana, al fin y al cabo tampoco era un infierno.

-¡ADRIANA! - la llamó mi madre, que estaba en la cocina. - Mimi, cielo. No lleguéis muy tarde que en breves vamos a irnos a comer fuera.

-¡Vale, mamá! - dije desde la puerta de entrada. Vi bajar a mi hermana pequeña bajar con un poco de dificultad las escaleras que conducían a las habitaciones de arriba. La fui a ayudar a bajar los últimos escalones.

Estábamos en una casa alquilada. Este año, a mi madre le apeteció viajar a Canarias. De primeras no me gustó mucho esa idea, pero cuando salimos del aeropuerto y ver lo bonito que era ese paisaje…

Como habéis leído anteriormente, sí, tengo una hermana. Es dos años menor que yo. Pensando que yo tenía cinco… Pues ya os podéis imaginar la de peleas que teníamos. ¡Me cogía todo lo que tenía yo!  Y cuando digo que me lo cogía todo, era TODO. Hasta los pañuelos o las tiritas cuando me hacía heridas bailando.

-¡Mimi, os estaré vigilando desde el porche! - me dijo antes de que saliéramos mi hermana y yo por la puerta.

-¡Vale, mamá! ¡Te quiero! - le grité yo.

-¡Te queio, mami! - gritó mi hermana. No os ríais de ella, cabrones. Era pequeña, ostias.

-No es te queio Adri, es te quiero. - le corregí.

-¡No! ¡E te queio! - me rebatió ella.

-Si, si. Lo que tu digas Adri. Pero lo dices mal. - le saqué la lengua. Ella se cruzó de brazos y giró la cara.

-¿Done amos, hita? - me habló un tiempo después. Aún no sabía decir ni mi nombre ni hermanita. Así que… normalmente, me llamaba hita o tata.

-Al parque del otro día.

-¡BIEEN! - chilló mi hermana.

-Cómo no te portes bien… ¡A mamá que vas! - dije amenazandola.

-¡No, pofi, a mamá no! ¡Yo poto bien, hita!

-Más te vale portarte bien… - dije por lo bajini, sin que me escuchase Adriana.

*Suena mi teléfono*

📞Llamada Adri🧡

-¡Hola Adri! - respondo ilusionada.

-... - no se escucha ni dice nada. Qué raro.

-¿Adri? - intento otra vez. Escucho un sollozo. - Adri, me estás preocupando. ¿Qué ha pasado?

-Mamá… - se escucha otro sollozo.

-¡¿QUÉ PASA CON MAMÁ?! - digo alarmada y nerviosa.

-Ha… ha… muerto… - dice mi hermana hipando.

🧐🤔🧐🤔

Capítulo dedicado a mi amiga Adriana. (Aunque le guste más Albalia que Warmi). ❤️T'ESTIMO ADRI❤️
P.D.: GRACIAS por esas 402 lecturas.