Mírala

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Mírala, tan sumisa, tan guerrera; no solo porque lleva una cuchilla en la cartera.

Tan radiante y exhuberante, quién pone calor a las noches, que comer en el día y es que cualquiera diría que tan fácil es la vida.

Su cuerpo, su territorio, su alimento, la forma de subsistir que es digna para ella, quién diga lo contrario lo invito a seguir sus pasos.

La falda corta, blusa escotada, tacones altos y bien maquillada.

Mírala, mírala, esperando en una esquina a ver quién le para, quiere esto, quiere lo otro, quiere por hora o por media hora y así la noche y así su vida, pasa tristezas, pasa alegrías.

Nos mira y la miramos, miles de cosas nos encontramos, somos comunes, somos humanos, ella sonríe y la saludamos.

Mírala por última vez, que hermosa, que hermosa es.

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