PDV Camille.
Me encontraba sentada en el salón mientras ordenaba unas cuantas fotos que se habían quedado sin lugar en los álbumes que teníamos en el salón. Fotos sobre todo mías y de Lily.
Había puesto una musica de fondo y tarareaba animadamente una canción que reconocí rápidamente. Me encontraba sola en casa y no esperaba a nadie, pero el timbre sonó de todas formas.
Cuando abrí me encontré con la habitual expresión seria y enfadada de Seth, aunque yo sonreí cínicamente.
-Hola, amor. ¿Vienes a verme a mí o a esa puta que acogí en mi casa?
-Que te jodan, Camille.- dijo, apartándome para entrar. Yo cerré la puerta y lo seguí hasta el salón. Desde un primer momento supe que esa chica era Samantha y, la verdad es que en el fondo sentía lástima porque era una buena chica enamorada, yo sabía lo que era eso, pero son daños colaterales, ella es el precio.
Sólo quería que Seth lo pasara tan mal como yo lo había pasado cuando éramos apenas unos críos inmaduros...
"Está bien, Cami, no seas cobarde, tienes que contárselo hoy. Lo entenderá." Me había repetido esa frase en mi cabeza constantemente, había descubierto un pequeño error un par de noches atrás, concretamente, la noche de fin de año. Seth era un buen chico, estaba segura de que lo entendería, aunque tal vez debería omitir el hecho de que me había acostado con uno de sus amigos y que estaba embarazada. Simplemente estaba borracba y él apareció con Seth...y los baños estaban tan cerca que la tentación fue insufrible. Era un chico peligrosamente atractivo y altamente consciente de ello. Seth lo entendería.
Me encontraba en la entrada del instituto esperando por si aparecía mi chico o Annabelle, mi mejor amiga que quería ser modelo, a pesar de que su escasa estatura le hacía alejarse de su sueño cada día un poco más.
Pasaron cinco minutos antes de que viera aparecer a Seth por la puerta, rodeado como siempre del equipo de fútbol americano y hablando animadamente con Noah, su mejor amigo desde que eran niños. Seth y Noah eran las estrellas del equipo, las personas más populares del centro, la carne por la que todas las chicas morían. Cuando me vió su sonrisa se hizo adorable y se despidió rápidamente de los chicos para venir a mi lado. Me abrazó y beso con su habitual delicadeza, beso al que yo correspondí con fuerza. Seguro que lo entendería.
-Hola, preciosa.- dijo él cerca de mi oído para evadir el bullicio que se empezaba a crear por los pasillos.
-Feliz año nuevo, mi amor.- dije yo atrayéndolo hacia mi nuevamente. la verdad era que hacíamos una pareja de lo más adorable. Él era un chico muy alegre y lleno de vida, divertido como pocos, que siempre tenía que estar haciendo algo para eliminar el exceso de energía que le provocaba estar parado. Siempre estaba dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitase y...claro que lo entendería.
-Seth, necesito hablar contigo.- dije, mientras me ponía seria. Él me miró con sus ojos grises llenos de curiosidad y su expresión se tornó oscura.
-¿Qué ocurre?- preguntó él.
-La verdad es que...- en ese momento sentí como unos ojos buscaban los míos y me encontré con los de Josh, el chico del bar, el amigo de Seth, el padre del bebé, que clavaba sus ojos en mí de manera amenazante.
Yo quería a Seth, claro, pero Josh...con él tenía esa intimidad física a la que no llegaba con Seth, era como.un imán. Seth era asombroso en todo cuanto hacía, pero siempre me sentía por debajo de él, con Josh no.
-Dawson,- dijo Josh agarrándome del brazo toscamente.-te la robo unos minutos, Noah te busca...algo de las nuevas inscripsiones, está bastante cabreado y no deja de preguntar por ti.
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Donde el viento te lleve. (CORRIGIÉNDOSE)
General FictionCansada de la vida llena de superioridad, excesos, caprichos, privilegios, limitaciones y pautas que acarrea la clase alta en la que se ha criado y que nunca a soportado, Samantha Grey abandona la buena vida que le proporcionan su padres y sus estud...