- Kankuro!, corre!-. Grité desesperadamente mientras trataba de correr más rápido de lo que podia tratando de que esa cosa no me atrapará.- Diablos Kankuro!, Corre!-. Volví a gritar al ver que a esta acercarse cada vez más, a tal punto de ya pisarnos los talones.
En un momento previsto, eso me atrapó con sus enormes manos, aplastandome, cortando mi oxígeno, sentía mi muerte cerca hasta que escuche un gritó desgarrador de aquella cosa la cuál me soltó al instante.
Mientras caía pude ver cómo sacaba una parte del títere de Kankuro envenena de su deforme ojo, cubriéndolo con sus enormes manos. Sentí como me atrapaban para rápidamente huir de ahí.
No recordaba nada de ahí en adelante.Desperté por culpa de un llanto realmente fuerte, me di cuenta de que ya había anochecido dejando ver un estrellado cielo. Aquel llanto captó nuevamente mi atención, sobresaltandome. Comencé a buscar en todas las direcciones posibles para encontrar el origen de aquellos dolorosos sollozos hasta que capte la imagen de Kankuro.
Estaba no más de tres metros frente a mi, pero el estaba casi cubierto por la oscuridad, me pareció extraño pero aún así corrí hacia el, esperando que me explicara todo lo que había pasado, llegué a él junto a él, toque su hombro pero no hubo reacción alguno, lo llame una y otra, y otra vez pero este no respondio a ningún llamado.¿Me estará ignorando o estará dormido?. Pensé mientras lo observaba.
De un momento a otro este se levantó, fijó su vista en le cielo y de la nada unas enormes alas color negro surgieron de su espalda. No sabía cómo reaccionar, todo esto era demasiado asombroso para ser real. Pero no me intereso eso y me acerque aún más pero este extendió sus alas casi golpeándome y voló hacia el cielo desapareciendo estrella los árboles. La luna salió iluminando el lugar, estaba más grande de lo habitual.
¿Será genjutsu?, me pregunté internamente mientras observaba el lugar con detalle pero mi mirada se encontró con otra demasiado conocida. Kankuro surgió de entre la oscuridad de aquel bosque en el que nos encontrábamos. Nos observamos un rato hasta que el sonrió de una manera que le ocasionó mucho miedo y comenzó a hablar. Pero su voz sonaba con eco y sus palabras no lograba entenderlas aparte de que llegaba de todos lados.
- T/N......T/N.....T/N.....- Era lo único que lograba entender de todos aquellos susurros.- T/N......T/N.......T/N!!!-. El último me asusto tanto que logró hacerme caer y que no pudiera escuchar de ese oído.
Corrí alejándome de aquel lugar adentrándome aún más en aquel, ahora, tenebroso bosque pero mis piernas no aguantaron mucho así que con toda mi voluntad camino hasta un árbol realmente grande y me desplome a su lado. Mi respiración poco a poco se calmó, como pude me deslizar hasta el gran árbol posando mi espalda en el. Miré a mi alrededor teniendo esperanza de encontrar la forma de salir pero lo único que ví, fue una pluma negra cayendo lentamente. Asustada no quise ni mirar hacia
arriba pero no sirvió de nada ya que sentí como algo sujetaba mi barbilla obligándome a observar, y entonces lo volví a ver, quise gritar pero mi voz no salia, intenté correr pero mi cuerpo no respondía, lo único que podía hacer era observar a aquella cosa con la apariencia de Kankuro, que, aunque no lo pudiera ver con claridad sabia que me observaba con una sonrisa realmente macabra. El solto mi barbilla y comenzó a reír a carcajadas, carcajadas tan siniestras que me causaron muchos escalofríos. Pero de un momento a otro sentí una leve punzada en mi estómago, miré al frente y Kankuro estaba frente a mi, con una mirada muerta y rostro sin expresión, miré mi estómago y pude ver que había un kunai, casi a su límite, cubierto de mi sangre al igual que su mano.
Mis ojos comenzaron a pesar y todo se volvió completamente negro.Gritos diciéndome "ya despierta" me dejaron perpleja, abrí mis ojos como platos pero de inmediato los cerré ya que la luz del sol los cegó. Es la voz de Kankuro, pensé mientras, como podía, abría mis ojos. Este comenzó a regañarme de porque había estado hasta más de media noche despierta, lo observé cómo pude, desconfiando de el y al parecer el lo noto porque me preguntó.
- ¿Qué sucede?-. Debatí conmigo misma hasta que decidí preguntale.
-¿Qué sucedió anoche?, ¿Porqué me metiste en un genjustu?, ¿Qué sucedió con esa cosa?, ¿Que era esa cosa?, ¿Porqué poseias alas negras?, ¿Porqué trataste de matarme?-. Lo último lo pregunte con lágrimas en mi ojos. Kankuro me observó sorprendido sin quitar su mirada de mi y me dijo.
- Esa leyenda te dejo bastante traumada, ¿Eh?-.
- ¿Leyenda?-.
- Si, ¿Acaso no recuerdas que ayer te relate una leyenda muy antigua?-.
-Oh, entonces todo, ¿Solo fue un sueño?-.Si te gustó, sigue leyendo 🌟