Capítulo 2

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Cuando desperté no sabía dónde estaba, era de madrugada y me pesaban los ojos, sentía como si no hubiera dormido nada. No estaba en mi cama, tenía algo conectado a mi brazo derecho y varias partes de mi cuerpo están cubiertas de vendajes; siento un dolor inmenso en mi pierna izquierda y cuando levante la sábana para mirar, tenia una gran herida desde mi muslo hasta un poco antes de la rodilla. Hacía mucho frío y apenas podía ver a mi hermano de catorce años sentado en una pequeña silla al otro lado de la habitación.
Al verme se levantó rápidamente y corrió hasta llegar a mi lado para después dibujar una pequeña sonrisa de alivio en su rostro.

- ¿Tyler?, ¿Qué pasó?, ¿Dónde estoy?

- Jess, estás en el hospital, tuviste un accidente anoche y...

- ¿Dónde está papá? – lo interrumpo y lo miro a los ojos, lo único que me preocupaba en ese momento era mi padre; no me importaba lo que me había sucedido a mi.

- Él... Él no sobrevivió, estaba bastante grave... -Las lágrimas comienzan a descender por su rostro-.

Mis labios no se movían, las palabras no salían de mi boca y mi labio inferior comenzó a temblar. Solo podía sentir las lágrimas acumulándose en mis ojos hasta que no pudieron más y comenzaron a recorrer mis mejillas. Se me empezó a complicar poder respirar; Nunca había sentido un dolor tan inmenso en toda mi vida pero sabía que quedaría un hueco en mi corazón que nadie nunca llenaría.
Solo llegaban a mi cabeza miles de recuerdos de mi padre corriendo detrás de mi en el patio con una gran sonrisa que alegraba el día de todos, con tan solo verla sabía que todo estaría bien, pero ahora imaginar una vida sin él se me hace casi imposible.
Recuerdo que un día hice algo que no debía y mi papá me sermoneo, y lo que hice fue gritar:"!te odio¡" y salir corriendo al ático para esconderme allí; me arrepiento. Me arrepiento de haber permitido que esas palabras salieran de mi boca, ese día llore por horas hasta quedarme dormida en el frío suelo. En ese entonces yo solo era una niña, una niña pequeña e indefensa que no tenía idea de lo que esas palabras significaban en realidad. Pero ahora que ya soy casi una adulta me duele el recordar que le dije eso, me duele el pecho de tan solo pensarlo.
Comencé a derrumbarme poco a poco. Los brazos de mi hermano me rodearon con fuerza pero yo no conseguía moverme y las lágrimas no dejaban de brotar de mis ojos.



Al tercer día en el hospital mis heridas ya estaban mejor y me dieron de alta. En el momento en que salí supe que no querría volver allí nunca más, pero claro que lo haría, de un momento a otro tendría que volver.
Sentí el cálido viento primaveral en mi rostro y me sentí aliviada de no tener que pasar ni un minuto más en se congelador gigante. Hablé con el doctor de mi mamá para que la dejara irse a casa unos días; ella ya pasaba la mayoría del tiempo en el hospital, Tyler y yo sabíamos que no le quedaba mucho más tiempo pero intentamos no pensar en eso; él no soportará otra perdida y yo tampoco. Mi abuela Margaret trajo mi auto para que pudiéramos volver, gracias a dios, no tendremos que caminar.

Al bajar del auto me sentí aliviada de poder volver estar en casa, Tyler ayudo a mamá a bajar del auto en su silla de ruedas y yo camine hacia la puerta principal buscando las llaves en una pequeña bolsa que nos dio el hospital con nuestras pertenencias tras el accidente. Entré en la casa y deje todo en una pequeña mesa en el recibidor, mientras caminaba por el pasillo sentía algo diferente, algo había cambiado y yo claro que sabía lo que era.
Comencé a caminar hacia mi cuarto  y note que alguien estaba en la cocina, entre en ella y mi hermano Luke estaba allí parado, lo primero que hice fue sofocar un pequeño grito y llevarme las manos a la boca, entonces él sonrió y abrió los brazos esperando a que lo abrazara. Sin pensarlo dos veces corrí a él y lo abracé con fuerza.
Lleva el pelo más largo que de costumbre y una pequeña barba comienza a aparecer en su mentón. No sabe cuánto lo he extrañado, no lo veía desde navidad y ahora lo necesitaba más que nunca. Tyler al entrar con mi mamá gritó de emoción y lo abrazo. A mi madre se le humedecieron los ojos y se acercó a abrazar a su hijo mayor.

-     ¿Cómo te enteraste? -me apresuro a decir.

-      No siquiera un "te extrañe Luke" o al menos un "hola" -dice con sarcasmo y yo suelto una risilla.

-     Lo siento, hola.

-      Hola -sonríe- y respondiendo a tu pregunta, Margaret me llamó.

Pues claro, es la madre de mi papá, claro que iba a avisar a todos.

Después de estar un largo rato en la cocina hablando sobre lo que ha hecho Luke los últimos meses y sobre lo linda que es su nueva novia miré la pantalla de mi teléfono y ya eran las once de la noche.

- Quizá algún día puedan ir a Washington a conocer mi departamento, Anna quiere conocerlos – dice mi hermano mayor mientras se lleva un vaso de agua a la boca.

- Espero que podamos ir pronto, me gustaría conocer a Anna – bostezo-. Pero ahora será mejor que me vaya a dormir. Buenas noches.

Besé a mi madre en la cabeza y salí de la cocina en dirección a las escaleras. Al llegar a mi habitación ni siquiera me puse la pijama, lo primero que hice fue tomar "Five feet apart" de mi estante repleto de libros y bajar las escaleras de nuevo sin que nadie me oyera.
Salí por la puerta de atrás y me senté en una hamaca con vista al océano; me encanta que con tan solo salir por la puerta ya pueda sentir la brisa del mar en mi piel.
Me la pase leyendo casi media hora.
A los pocos minutos caí dormida con el libro abierto en mi pecho y comencé a soñar con la persona que ya nunca vería.

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Nota de autora: Tócate el codo si sentiste tristeza con la muerte de Christian Jones. Yo lo hice :(

Espero les haya gustado, por favor sigan leyendo, se pondrá buena la cosa :)

Besos!

-K.N

Poles Apart (Polos Opuestos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora