«Nick»Intento dar la vuelta pero algo me lo impide, quiero abrir los ojos pero estoy muy cansado como para hacerlo. Respiro profundamente y siento como una mano pasa por mi cabello, una y otra vez, se siente realmente bien, pero no logro recordar en dónde chingados estoy. Hasta que siento como el pecho de Jessica sube y baja lentamente.
Me levanto de golpe intentando no hacer ruido, toda la casa está oscura y no veo bien. Miro a la chica que está dormida sobre el sillón y no puedo evitar pasar mi mano por su mejilla. Al momento que alejo la mano de su rostro se mueve hacia la orilla y está a punto de caer del sillón, me apresuro a tomarla antes de que caiga. Le paso la mano por debajo de las piernas y otra por la cabeza y la levanto hasta tenerla justo a la altura de mi pecho. Su cabeza se recarga en mi hombro y comienzo a caminar hacia lo que creo que son unas escaleras. Intento hacer el menor ruido posible para no despertarla o despertar a quién sea que esté en esta casa.
Al llegar al piso de arriba busco con la mirada alguna puerta pero no logro ver nada.
- Nick...
La chica que llevo en mis brazos ha dicho mi nombre en sueños y la miro de golpe.
- ¿Qué?
Puedo ver como se prende la luz de una habitación por debajo de la puerta.
«Mierda»
La puerta de al final del pasillo se abre y un niño sale de la habitación, se frota los ojos para después mirarme. En qué problema me metí ahora. Pone los ojos en blanco y se acerca a mí, ve que llevo a Jess en mis brazos y me mira con el ceño fruncido.
- ¿Qué haces con mi hermana? ¿Te la estás robando? –da un paso hacia mí y casi se me cae Jess al suelo.
- No, carajo, no –respondo acomodando bien a Jess en mis brazos, me estoy cansando. No es tan liviana como pensaba-. Solo intento llevarla a su habitación pero no tengo ni puta idea de dónde está.
- Primero lo primero, eres muy grosero, y segundo su habitación está justo a tu izquierda.
Abre la puerta de la habitación de Jessica y entro lo antes posible para acostarla en su cama, esta chica sí que tiene el sueño pesado. El niño que dice ser el hermano de Jessica abre un cajón y me pasa una camiseta que parece ser la pijama. ¿Qué cree que voy a hacer con esto?
- ¿Por qué me das esto? –me apresuro a responder.
- Pónselo, no va a dormir con esa ropa.
- No, no, no. Pónsela tú -se la lanzo en la cara.
- En serio qué idiota -se quita la pijama de la cara y me la lanza de regreso - Ella es mi hermana, no puedo verla sin ropa. Tú eres su novio, hazlo.
Lo que me faltaba, tener que ponerle la pijama a una chica, casi siempre es al revés. El pequeño niño me observa del otro lado de la habitación con una ceja levantada.
- ¿Tú eres el novio de Jessica, cierto?
- N... -de repente me acuerdo del trato que hicimos hace tan solo un par de horas- Sí, sí soy su novio.
- ¿Eres Kevin? Siempre habla de ti.
- No, no soy Kevin.
- Entonces ¿Quién eres?
- Soy Nicholas, pero tú llámame Walker -me quedo quieto mientras miro a la chica que tengo delante, su pelo pelirrojo recogido en una cola de caballo floja, su rostro se parece al de un hermoso ángel, okey, algo me esta pasando.
- De acuerdo Walker, yo soy Tyler –levanta una ceja y se cruza de brazos-. ¿Por qué no le pones la pijama? ¿Nunca la haz visto sin ropa?
- No, claro qué no.
Carajo este niño no para de hacer preguntas, me está sacando de quicio y no me sorprendería si llego a gritarle o a hacer algo peor. No soy nada tolerante, lo admito, pero si le hago algo a este niño Jessica nunca me perdonaría, ¿Por qué de pronto me preocupa lo que Jess piense de mi? Algo me esta pasando y no me gusta para nada.
- No le pondré la pijama hasta que te vayas de la maldita habitación –le digo girando la cabeza y apretando los dientes.
- De acuerdo ya me voy, adiós Walker.
Y con eso sale de la habitación y yo me vuelvo a Jessica.
Suspiro antes de tener que sacarle la blusa por la cabeza. Le tomo lo bajo de su blusa y se la levanto, cuando por fin se la quito veo que lleva un sostén rojo de encaje que hace que sus pechos sobresalgan; esta chica sí que sabe cómo seducir a un hombre. Intento apartar la vista de sus pechos pero se me hace casi imposible hasta que logro meterle la camisa por la cabeza. Los pantalones sí que van a ser un problema. Levanto un poco el bajo de la camisa para poder bajar el cierre de sus jeans, desabrocho el botón y comienzo a bajarlos hasta que veo los calzones de encaje que lleva puestos.
«Carajo»
Esta chica va a matarme. Sacudo la cabeza para borrar los pensamientos sucios que me ha causado verla de esta manera y le saco los pantalones por completo. ¡Por fin! Busco por la cama los pantalones de la pijama pero no los encuentro, ese niño olvido dármelos.
La tapo con su cobija y pongo su ropa en los pies de la cama, la veo por un instante y recuerdo que mencionó mi nombre hace tan solo unos minutos, ¿Qué estará soñando para que diga mi nombre?.
Su voz me saca de mis pensamientos.
- ¡No! –grita pateando al aire y tirando su cobija al suelo.
La tomo del hombro y la sacudo para que se despierte.
- Jessica, despierta.
Cuando por fin abre los ojos se levanta de golpe y su respiración es agitada, pongo mis manos en ambos hombros y hago que me mire a los ojos.
- Jessica, ¿qué estabas soñando?
- Yo... soñé que estaba en el auto, con mi padre y... el acci... -comienza a sollozar y la acerco a mi, la estrecho contra mi pecho y ella me rodea con sus pequeños brazos-. No te conté todo sobre esa noche...
- ¿Y quieres contarme? –asiente con la cabeza pegada a mi pecho-.
- Está bien –dice apartándose de mi cruzando las piernas y arreglándose la cola de caballo que lleva en la cabeza.
Yo me acerco a la mesa de noche y prendo la pequeña lámpara para poder verla a la cara mientras me cuenta la historia del accidente.
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Poles Apart (Polos Opuestos)
Teen Fiction"Somos tan diferentes. Somos como el fuego y el agua, la luz y la oscuridad; pero si los opuestos se atraen, ¿por qué preocuparnos por las diferencias?" Una chica de dieciocho años sufre un accidente, tras el cuál su vida da un giro rotundamente. E...