El tiempo realmente se pasa rápidamente. Ya iba a hacer 1 año desde que había empezado a trabajar para las Nuevas Especies. Y no negaba que la cosa se le asemejaba bastante a la situación de "mafia" coaccionadora que vivió de más joven cuando se metió de voluntaria en una asociación. Cada vez estaba más implicada en todas las acciones tomadas en La Reserva.
Empezando por las nuevas Especies rescatadas hará poco más de una semana. Todo se había liado a tal magnitud que Justice se había situado en su casita de vacaciones de forma indefinida.
No había querido saber mucho más de lo permitido por lo que se había mantenido lo más lejos posible de los recién llegados. Si no le fallaba la memoria lo más cerca que había estado de ellos era a 10 metros de distancia y con una cabaña de por medio.
De igual modo su curiosidad se mantuvo a raya evitando una catástrofe mayor. Tenía a agradecer dicho dato por supuestísimo a Leo y su control obsesivo de su seguridad.
Esperaba desde lo más profundo de su corazón que en ningún momento le impusieran su ayuda.
Pero volviendo al aquí y al ahora Andy se encontraba incorporándose a su rutina diaria. No mucho más interesante que arreglar a su niña y alimentarla mientras que hacía malabares para ella estar lo más presentable posible. Y esperar que Meadow interrumpiese por la puerta trasera para iluminar y guiar su día a día.
Este iba a ser un miércoles tranquilo. Ninguna cirugía o visita programada por lo que iba a pasar el día estudiando la reproducción natural de algunas de las especies más comunes de La Reserva, como los leones. Actualmente ninguna de las hembras llevaba ningún dispositivo que evitase la fecundación y no existía ninguna relación consanguinidad. La situación ideal para un especialista en reproducción.
Ya iba ella tarareando tranquilamente mientras acababa de darle el desayuno a Sabela cuando Meadow apareció como Pedro por su casa y le robaba la niña.
—Meadow... ¿Podrías como mínimo dejar que acabe de alimentar a la pequeña diablilla?
Meadow se reía al unísono con Sabela y se sentaba en uno de los taburetes.
—Tranquila Andy, nadie te roba a la niña, simplemente te la cojo prestaba... ¿O no me vas a dejar este privilegio antes de atosigarte a preguntas sobre ya sabes qué?
—Uy, uy. Ni se te ocurra ir por ese camino cotilla. Siempre me haces lo mismo.
Con obvia y falsa exasperación Andy rodó los ojos pensando en las horas que pasó con Leo en la cama poco antes. Sin lugar a dudas se había convertido en un amante recurrente. Uno de sus más recurrentes follamigos.
—Ya sabes como son estos pesados leones alfas —empezó a decir en código secreto para que su hija no repitiese ninguna palabra no apta—. Satisfactoriamente cansado. Y voy con las pilas a tope.
Meadow rompió a reír causando que la infantil risa de Sabela la acompañará. Definitivamente, Andy tenía que aprender a leer a sus futuros amigos. No le vayan a vender burro por caballo como le pasó con Meadow. ¿Dónde se había quedado la tímida hembra? Lo dicho, burro por caballo.
—Es que me encanta como lo cuentas. Las noches de juegos con el león siempre son jugosas... Sobre todo desde que salen por tu boca. ¿La lengua sigue igual de golosa y satisfactoria? ¿Ha mejorado o empeorado? ¿Se quedó mucho rato o fue un saludito?
Negando con la cabeza Andy se giró para empezar a recoger la cocina intentando ignorar las carcajadas a sus espaldas.
Era verdad que disfrutaba de su sexualidad lo máximo que podía y como milagrosamente había acabado en una sociedad sin tapujos... Digamos que no se negaba a explicar los sucesos y comentarlos con sus amigas. Más de una vez había salido alguna buena idea de esas conversaciones.
Las reuniones de los jueves, los días rojos, habían empezado a ser tradición en su casa. Nightmare, Creek, Pink, Sunshine, Rusty y Meadow habían empezado a organizar pequeñas pijamadas para introducirla en su círculo social. Al final acabó siendo un sin sentido de lo más divertido. Normalmente se juntaban todas en casa de Andy por la niña pero cuando eran más que solo ellas solían quedarse en el hotel.
—Anda, anda. No seas cotilla y quieras saber antes que todas. Haz algo y recoge a la niña que yo voy a coger unos libros del despacho y nos vamos a la oficina.
Pero ese día la suerte no estaba de su lado. Nada más abrir la puerta principal se encontró cara a cara con Night recostado en la pared de enfrente con aire mosqueado.
—¿Night?
Andy estaba confundida. No se lo esperaba teniendo en cuenta que el macho había decidido irse una temporada de La Reserva para evitar encontrarse con ella después de darse cuenta que Andy no iba a acceder a ser su compañera.
—Andy... —ligeramente frustrado se rascó la cabellera— No sé que coño has hecho mientras estaba fuera pero están pidiendo tu presencia en una de las reuniones del consejo.
—¿Ee? —exclamó ella ante su tomo malhumorado cabreado— ¿Y a ti quién cojones te da permiso para hablarme así? Que yo sepa no soy yo quién desapareció un mes para que me vengas ha hablar así. ¡Ni que hubiese roto contigo!
—Espera Andy —cortó sorprendentemente su reclamo Meadow— ¿Es sobre el tema de los nuevos? ¿Sabe Justice que se va a meter en problemas por intentar hablar con ella de escondidas?
—Ey Meadow de-
—No ha sido Justice... Él intenta hacerlo por las buenas hablando con Leo y Snow. Ha sido Cedar.
—¡Leo y Snow! ¿Qué coñ-?
—Tsk. Ese cabrón... Dile qu-
—Suficiente.
Andy no tuvo necesidad alguna para levantar la voz. Su tono de voz cabreado ya mostraba su descontento.
—No sé que coño pasa exactamente aquí. Sorprendentemente sospecho que es algo relacionado con los recién llegados pero Justice debería saber que pienso de ello. Y a Cedar que le den por culo. Y a Leo y Snow de paso. ¡Y a ti, Night!
Andy cogió a Meadow por el brazo y la arrastró en dirección de la clínica.
Andy ya empezaba a pensar que esos machos solo servían para calentar la cama y causarle dolores de cabeza. Si bien había pasado un buen rato con Leo anoche eso no quería decir que le había acabado de perdonar por... Bueno, por todo. La primera vez que se conocieron definitivamente no tuvieron el mejor encuentro. Se podría decir que prácticamente había acabado en guerra. Pero como dice el profético anuncio: "Mejor hacer el amor que la guerra". Y no podía negar que el felino estaba como quería.
La adaptación fue lenta y llena de baches pero en tres meses acabaron en la cama. Y de ahí algunas veces más. Pero todo con control, no quería acabar emparejada a un macho. Leo y los otros eran buenos tíos pero ahí se queda la cosa. Su vida es suya y de Sabela.
Cero necesidad de ser como su madre. Andy sabe como vivir sola. ¡Y más podría decir! Le gusta vivir a la suya. Pero la sociedad no piensa lo mismo. Ser madre soltera fuera de los muros podía llegar a ser complicado.
¡Y ahora aparecen esos machos creyendo que tiene el derecho de insinuarle lo que tiene que hacer! Andy había decidido que iba a vivir una vida sencilla y divertida con las Nuevas Especies. No necesitaba subir de ranquing en sus filas. Ella es una simple veterinaria. Solo sabía sobre genética y reproducción animal. ¡Para lo que sea que quieran saber sobre genética y reproducción ellos ya tienen a sus propios profesionales!
¡Qué no la metan en sus problemas!
En un suspiro de Meadow llegaron a la clínica. Sin ganas de ponerse a trabajar o escribir un artículo fue con Sabela al parque infantil. Necesitaba desestresarse y Meadow lo sabía y respetaba.
Por su lado Meadow se sentó en una de las sillas del despacho. A ella tampoco le gustaba mucho la situación actual. Y el papel que le había tocado. Se sentía acosada para conseguir que Andy cediera y les ayudara con la nueva encrucijada que el destino les había preparado. Ya no era un secreto para nadie que las especies rescatadas hace una semana no eran corrientes.
El resumen made in Andy sería: "La genética es una mierda".
ESTÁS LEYENDO
Fang
Misterio / SuspensoEn La Reserva de las Nuevas Especies es cada vez más común que llegen animales salvajes rescatados de las manos humanas. Y como bien se sabe con tanto animal salvaje es común que hayan heridos. Después de recoger a un puma gravemente herido y practi...