Set Fire to the Rain - Adele.
Zayn-.
Jamás pensé que fuera tan fácil volver a ser amigo de Scarlett. Sin duda ahora mi plan de conquistarla sería de lo más fácil. Una flor tras otra y todo listo. Esa cajita de chocolates, fue la primera que encontré en mi alacena. No podía creer que mamá aún la comprara para mí. Recién que nos peleamos, odiaba que mamá lo hiciera. Pero luego que la nostalgia me golpeó. Era la única forma de recordar a Scarlett de la forma en que lo hacía.
Me di una buena ducha y al salir peiné mi flequillo hacia abajo. Me puse una camisa negra de manga tres cuartos, con cuello en V y botones en este. Unos pantalones de manta cafés y unas zapatillas supra negras. Me perfumé y me puse los lentes tipo Rai Ban con vidrio transparente que usaba de vez en vez. Bajé a la cocina y mis padres se me quedaban viendo.
- ¿Les puedo ayudar en algo? -pregunté y ellos asintieron.
- ¿Por qué estás tan sonriente? -preguntó papá y yo sonreí aún más- ¿Ya se arregló todo con Scarlett?
- Sí, de hecho... hoy estuve en su habitación; como hacía mucho tiempo. Parece como si nunca me hubiera separado de ella -miré el suelo- no lo sé. Scarlett solo necesitaba de un empujonsito para volver a adorarme.
- No lo sé hijo... -dijo mamá-. Uno no deja de odiar o amar a alguien de un rato a otro.
- Es Scarlett, mamá... ella puede cambiar de un segundo a otro -aseguré- y por como la vi esta mañana. Puede ser realmente adorable. Tal como hace unos años.
- Nos alegra mucho entonces que esto se esté arreglando -dijo mi papá. Yo sonreí y esperé con ansias que se hicieran las siete, para así... comenzar la fase de enamoramiento.
...
Bueno, me miré al espejo y tenía todo arreglado y todo en su lugar. Mordí mis labios para enrojecerlos un poco y hacerlos más deseables ante una mujer. Acaricié a Boris por última vez con tal de darme el valor necesario para poder enfrentar a Scarlett otra vez. Tomé mi encendedor, mi celular, las llaves del auto por si necesitábamos salir a algún lado.
Salí al patio trasero. Crucé la piscina y llegué a mi parte de árbol. Subí cuidadosamente por la escalera, pues esta estaba realmente alejada del suelo. Fue lo único que sobrevivió a nuestra explosiva amistad. Nuestros padres la habían hecho para que cuando creciéramos, mis hermanas o si ella tuviera un hermano menor, pudieran seguir jugando aquí. Pero al pelearnos y destruir nuestra maravillosa amistad, la casita terminó abandonada y mis hermanas tenían prohibido entrar aquí.
Al entrar noté que ella ya estaba allí, pues su olor me era realmente familiar. Cuando levanté la mirada, me encontré con una chica de largas piernas, realmente blancas y sin ninguna imperfección en ellas. Seguí subiendo la mirada y un vestidito verde militar anunciaba su presencia. Llegué hasta su cuello y lucía un collar muy tentador con una Z en ella. Miré su rostro y sus ojos estaban delineados de negro, el color azul profundo, dándole un toque avioletado, me hacía temblar. Sus labios estaban de un color un tanto rojizo.
- ¿Scarlet? -pregunté sorprendido.
- Vamos Zayn, acostúmbrate a que ya crecí -dijo con media sonrisa. "Por Dios, si ya lo noté" -pensé mirándola nuevamente de pies a cabeza- Tampoco exageres -dijo ella riendo y yo quité mi mirada de bobo.
- ¿Por qué estás tan... arreglada? -pregunté levantando una ceja.
- Iremos al antro que está en el centro, cerca del café principal... -dijo bajando de la casita brincando ágilmente. Me lancé detrás de ella y comenzó a caminar hacia la puertesilla que dividía el patio del jardín principal. Me parecía aún más increible la forma en que actuaba. ¿Será que también se ha hecho coqueta?