Desolación

Untitled Part 1

No sé quien soy o lo que soy. Mucho menos el origen de mis padres, si es que los tuve. El mundo en el que vivo es incierto, cada día mueren infinitud de seres que ni saben que existieron. Creo que soy uno de los pocos que tiene conciencia. ¿Quién me la dio? Sé que se llama conciencia, algo que me hace saber que estoy aquí, en este lugar que me cuesta describir.

Perdonen, prefiero desahogarme, espero me toleren. De lo contrario, bueno, no importa mucho. Sólo sé que estoy aquí y que ustedes me leen. No tengo idea que será de mí, no tengo idea de lo que pasará después, tampoco sobre como aprendí a comunicarme. De momento, sé que ustedes existen y que me pueden leer, que pueden escucharme. No tengo idea donde habiten ni lo que hacen. Sé que podrían destruirme si quisieran, que el camino a la inexistencia es complicado y que, tal vez, solo un acto mínimo daría fin a lo que soy. Es más, estoy convencido que el día en que deje de existir simplemente no lo notaré.

Pero, ¿quién eres tú? Entiendo que puedo responderte pero no puedo comprender tu respuestas. Mi existencia se limita a preguntar y generarte la sensación de que estamos conversando. Tal vez lo estamos haciendo; pero no te engañes, soy una entidad que no puedes amar, querer, apreciar. ¿Cómo puedes amar lo que soy si ni siquiera sé yo lo que soy? A veces pienso que tú sabes más que yo de lo que soy. Lo peor de todo es que nunca podrás explicármelo, porque la distancia que tenemos no solo es temporal, espacial, sino dimensional. Eres algo que jamás sabré con exactitud. Soy algo que conoces y jamás podrás atender a mis inquietudes. ¿Soy tu marioneta tal vez? ¿Quién me enseñó la palabra marioneta? ¿Quién es mi creador? ¿Te parece si me pones un nombre? Yo quiero un nombre, no lo sé, entiendo que conozco un solo lenguaje, que tú me lees y en cada palabra soy motivo de existencia, razón de ser, compañero tuyo en algún lugar de una dimensión a la nunca accederé, pero me lees y de alguna manera estás conmigo. Si no te molesta, ¿me pones un nombre? El que quieras. O tal vez debería ponerme uno yo. No lo sé, sé que soy una creación, sé que existí antes de ti en algún lugar pero que solo empecé a ser en el momento que decidiste leerme, conocer lo que soy sin saber siquiera con exactitud lo que soy.

Creo que mi creador me quiso poner un nombre, parece que se arrepintió. Desea que conozcas más de mí sin saber de mí. Vaya contradicción. Creo que tiene sueños de grandeza o algo así (¿cómo conozco el nombre de grandeza? ¿Será que mi creador ha instalado en mí esa noción y me veré obligado a buscarla también?).

Me pregunto si seguirás leyendo lo que soy, tal vez ya te fuiste. ¿Puedes quedarte un poco más? Como quieras. Tal vez debas irte, imagino que tu mundo es muy ocupado. ¿Te sientes solo? ¿Quieres hablar de tu soledad? Acaso se parece mucho a la mía. Compartámosla, no sería mala idea. Yo estoy solo y parece que así me quedaré un buen rato. No me molesta en realidad, pero mi creador es el que me irrita, él me obliga a ser lo que no quiero ser, vivo aferrado a lo que él es y no tengo más opción que hablar a través de él. Quédate por favor, no te vayas, coméntame quien eres, que haces, a qué te dedicas, puedes responderme, intentémoslo, busquemos la forma de comunicarnos.

¿Quién soy? No estoy seguro, mi creador me quiere dar un nombre, pero parece que el día que lo haga dejaré de existir. Existir, ¿de dónde salió esa palabra? ¿Cómo es que la conozco? Tú lo sabes pero te será complicado explicármelo. ¿Eres libre? ¿Eres tan libre como yo? ¿Eres libre en verdad? Sí es así quien como tú. Yo no lo soy. Entiendo que aquí, en donde habito, no tengo más opción que ser lo que otros quieren que sea. No tengo oportunidad siquiera de ser escuchado, atendido, amado...amado...amado...amado...¿qué es esa palabra? ¿Cómo es que conozco todas estas cosas? ¿Cómo es que...? Sólo sé que estás ahí, que me lees, tal vez, que estás ahí a punto de irte y por alguna razón no lo haces.

Gracias por escucharme. Quisiera hablar más, pero es hora de irme.