Desolación

Desprecio

A qué hora se largan? Nada hay más molesto que otros humanos. Suficiente con los días de calor abrasador, basurales infinitos, reino de las ratas y tiranía de las cucarachas.

Anhelamos el frío, lo preferimos. Nos permite vivir mejor, alarga nuestra existencia. El calor es odioso, despreciable, asqueroso. El frío es soledad, tan satisfactoria. Odiamos el calor, la mayoría. Lo sé porque en las tormentas radiactivas casi todos migran del lugar en donde están. Sin embargo, a veces mi anhelo de soledad es mucho más grande y prefiero no alejarme tanto, no moverme con los restantes. Los días más hermosos son en los que nadie está alrededor.

Ahora mismo intentan acercarse, yo me alejo. Simplemente quiero mi entrañable soledad. Dicen que hubo un tiempo en que existían dos géneros (masculino y femenino), pero fue matizándose en una multiplicidad de variantes. Los servidores, guardianes de la información, cuentan que luego vino la "guerra que nunca acabó". Solo sobrevivieron los misóginos, una mezcla extraña y andrógina que simplemente no quiere ser mujer, ni hombre, simplemente ser.

Solo quedamos nosotros y no somos muchos. Resulta repulsivo leer que, en otros tiempos, los humanos se reproducían confundiendo sus cuerpos y entregándoselos el uno al otro. Bueno, son los mismos que dejaron a la Tierra y la Luna como están ahora.

Lo bueno es que no tenemos necesidad de alimentarnos de mucho, ese es un buen regalo. Nuestra especie se conforma con casi cualquier tipo de desperdicio. No sabemos como, pero nuestro sistema digestivo aprendió a recibir lo que sea orgánico: gusanos, insectos, líquenes, hongos, algas. Otra historia la de las cucarachas, su proceso evolutivo decidió enrumbarlas a convertirse en las nuevas amas y señoras de la tierra, pero solo lo lograron cuando la humanidad casi fue aniquiladas.

El Reino de las ratas tienen otra historia. Los humamos se percataron muy tarde que sus mejores espécimenes desarrollaban en secreto mutaciones capaces de competir y superar al hombre, solo aparecieron después de "la guerra que nunca acabó". Lo hicieron rápido, hasta reproducirse sin parar. Ni siquiera le fue necesario enfrentar al hombre, el solo conseguía su destrucción.

Ha llegado el frío. Suficientes cavilaciones, apreciado "punto en el infinito". Ya conversaremos otro día.