Lo que no hay

9 0 0
                                    

No hay árboles aquí.

No hay aguas limpias.

No hay fe, Dios o dioses.

No hay tierra cultivable.

No hay montañas.

No hay hielo.

"No hay", es la frase que usamos para describir lo que hubo. Lo que sabemos que existió por innumerables archivos de información de los servidores a los que estamos conectados.

"No hay", es la frase que usamos los pocos que quedamos aquí, en "Lo que queda". La repetimos para resumir nuestros encuentros, para explicarnos que ya no queremos hablar del pasado a pesar de la infinitud de veces y la cantidad ilimitada de horas que nos gusta mirar sus imágenes. Esas en las que, en nuestro rango de dioses, usamos para que habiten nuestras creaciones virtuales.

"Lo que no hay" también es nuestro, aunque no exista. Dicen que antes había más colores y matices de los que hay ahora. Dicen tantas cosas, nos intentan explicar los vestigios del pasado pero es casi impesable.

Habitamos montañas grises, casi infinitas. Todas atestadas de desperdicios, vivimos entre ellos. Quizá la palabra vida es muy grande, extensa, cargada de significado. Quizá debamos cambiarla.

Querido "punto en el infinito", que afortunado eres. Tú no tienes que agonizar, tú solo mueres. Ni siquiera conoces lo que es el alimento, o los rastros de "líquido vital" que requerimos para vivir. No. Tu forma de existir es valiosa, repleta de sencillez.

Me olvidaba, aquí tampoco hay lo que otros supieron llamar atardeceres, crepúsculos, ocasos, amaneceres. No distinguimos con exactitud el tiempo. A veces recibimos un calor letal que carcome lo que somos. Otras veces un frío nos invade. Es como si las temperaturas pugnaran por nuestros despojos sin mucho éxito, solo con el afán de despedazarnos, de terminar de aniquilarnos.

Yo no pedí esto. Ninguno de nosotros lo hizo, pero aquí estamos. Deberías que nos odiamos entre todos. Habitamos en soledad perpetua, aislados y sin hablar. Despreciamos estar juntos; sin embargo, hay ocasiones en que debemos hacerlo.

Debo irme ya. El resto de seres semejantes a mí empiezan a juntarse. Que asqueroso, mejor me voy a otro lugar.



DesolaciónWhere stories live. Discover now