1. Jung Yunho

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Mis padres se encontraron en un festival deportivo nacional, mi madre era gimnasta y mi padre futbolista, ella tenía diecisiete años y él diecinueve, ella era Omega y él un Alfa, ambos habían sido prometidos el uno al otro por la luna. Pero mi padre era de Seúl y mi madre de Gwangju.

Seúl era una manada enorme y conservadora, se rumoreaban historias de abuso a Omegas y Betas, asesinatos por poder y territorios, corrupción, una jerarquización absoluta, pero por supuesto todo eran rumores que, aunque fuertes no podían confirmarse.

Mientras que Gwangju era el paraíso de los Omegas, con Alfas educados para su cuidado, libertad para los Betas y total protección a los Omegas. En Gwangju, les enseñaban a todos los cachorros que aún no podían definir su segundo género que Alfas, Omegas y Betas eran parte de un todo funcional, que juntos creaban una armonía perfecta, que no había diferencias entre ellos más allá de las naturales, que cada uno valía por igual.

Mi padre era un hombre amable que tan pronto como miro en los ojos de mi madre y supo que era la mujer de su vida le pidió una cita para conocerse, para no hacer de su unión algo frívolo, frenético y rápido. A pesar de saber que eran el destino del otro no le dijeron nada a sus familias y amigos, conservaron su vínculo y su relación como un secreto para todos. Se vieron a escondidas durante cuatro años, con idas y venidas de mi padre a Gwangju para ver a mi madre, fue entonces hasta que mi madre cumplió la mayoría de edad que decidieron hablar con mis abuelos porque planeaban casarse y ellos pese a las dudas decidieron apoyarlos.

Mis abuelos fueron con los Alfas de sus manadas, los padres de mi madre sabían con certeza que su Alfa aseguraría el bienestar de su pequeña y los padres de mi padre tenían miedo sobre el futuro de su hijo.

El Alfa de Gwangju tomo la inflexible postura de no permitir que un Alfa ajeno a la manada, extremadamente joven y posiblemente impulsivo se llevase a una de sus Omegas lejos de la protección que su manada siempre le había brindado; el Alfa de Seúl por su parte se negaba a permitir que uno de los Alfas más jóvenes y prometedores de su manada los dejara para mudarse a la manada de su pareja destinada.

Después de un montón de discusiones, los Alfas de ambas manadas consiguieron acordar que después de que se casarán debían quedarse en Gwangju por dos sencillas razones: la primera era probar que mi padre fuese un buen Alfa para mi madre y la segunda que Gwangju era el lugar más óptimo para la gestación y crianza de cachorros por la importancia que le daban al bienestar de los Omegas. Este primer acuerdo fue en favor del Alfa de Gwangju.

El Alfa de Seúl estuvo a favor con la condición de que sí el primer hijo de los Jung resultaba ser Alfa, ellos debían trasladarse a Seúl, porque así como Gwangju era el mejor lugar para el desarrollo de un Omega, Seúl lo era para el de un Alfa pues los entrenaban para manejar sus instintos y aprovechar su fuerza en la protección de su manada.

Así fue como viví tranquilamente en Gwangju los primeros diecisiete años de mi vida, porque a pesar de que debí saberlo desde los once o doce años mi segundo género no se definió hasta el día de hoy, en mi cumpleaños dieciocho, madre dice que le pasó lo mismo.

Honestamente mi familia y yo pospusimos mucho el trasladarnos a Seúl, porque sí, soy Alfa y fue más que obvio desde que tenía diez años. Conseguí convertirme en mi forma de lobo cuando cumplí seis, siempre fui alto y de complexión fornida, tengo desde que puedo recordar gran capacidad de liderazgo y bueno, soy todo lo que el mundo, mis padres y la manada podían desear de un Alfa, pero mis estudios de sangre nunca mostraban mi segundo género y por ello pudimos posponer tanto mudarnos, quería terminar mis estudios aquí, pasar más tiempo con mis amigos y disfrutar de la tranquilidad de Gwangju.

En lo personal, hubiese preferido mil veces ser Omega a ser Alfa y vivir para siempre en Gwangju, me habrían tratado bien, cualquier Omega sería muy feliz aquí. Y aunque hubiese preferido eso, mi sueño de toda la vida había sido ser un Beta, pese a que yo mismo notaba todas "las virtudes" de las que me dotaba mi naturaleza, no quería aceptarla o reconocerla.

Un Beta no tenía que lidiar con los celos; un Omega en celo era un motivo de preocupación, porque debían cuidarlo hasta de sí mismo y un Alfa en celo era un animal salvaje en busca de sexo que no temía dañar a alguien para conseguirlo.

Un Beta no tenía que competir con otros Alfas para demostrar su poder, ni destacar en absolutamente nada. Un Beta no tenía que ser extremadamente inteligente o astuto, ni atractivo, ni empático o bello como un Omega. Un Beta podía vivir su vida tranquila y cómodamente. Además, sí hubiera nacido Beta mi familia podía haber decidido quedarse en la manada de Gwangju y no trasladarse a la de Seúl.

Ver a mi padre me hace tener dudas sobre lo que dicen acerca de la manada de Seúl, pero eso no me ayuda demasiado a disipar todos mis prejuicios y malos presentimientos, preferiría por el bien de mi madre y mi hermana (que también es Omega) que nos quedáramos en Gwangju, aquí estarían más seguras.

En fin, el destino tiro sus dados y la luna parece tener algo planeado para mí. El Alfa de Seúl, Ahn Chil Hyun, está apurándonos a mudarnos, nos consiguió una casa cerca de dónde viven mis abuelos y nos ha dicho que tiene cierto temor porque mi primer celo llegue antes de estar instalados en nuestro nuevo hogar.

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¡Hey!

Estaba tan harta de encontrar pocos o casi ningún omegaverse del Yunjae que decidí escribir uno ¿Qué tal el primer capítulo? igual y fue algo tedioso por lo introductorio que es, quiero hacer esta historia cortita, me había estado carcomiendo la cabeza escribirla hasta que finalmente me animé. Los capítulos serán relativamente cortos y como mencione los primeros dos serán más que nada introductorios, en un principio se suponía que no tendría más de cinco capítulos pero conforme la fui escribiendo no dejaban de salir ideas y terminé por hacerla algo muy largo... Espero que les haya gustado este capítulo y hayan disfrutado leyendo tanto como tanto yo disfruté al escribirlo, si no fue así me disculpo por hacerlas perder su tiempo leyendo mis locuras.

¡Hasta luego! ^-^

Neverend

CachorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora