12. Cómo volverse loco en cuatro días

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Sosteniendo las correas de su mochila con más fuerza de la necesaria, Jaejoong apenas podía contenerse de correr, sus clases habían terminado y tanto Junsu como Donghae le hicieron pucheros cuando dijo que en lugar de ir a su casa a bañarse o cambiarse de ropa iría a la de Yunho antes de que iniciará el entrenamiento de ese día, sus amigos le habían pedido que esperara junto a ellos en la entrada hasta que llegarán sus mamás, pero Joongie no quería sentirse solo.

El pequeño también había sorprendido a sus maestros cuando les pidió cumplir su castigo de limpiar el salón durante el receso para poder salir a la misma hora que todos.

Habían pasado cuatro días desde que Yunho había llegado a su manada y de la misma forma, había asumido el puesto de líder, la vida de Jaejoong definitivamente había cambiado desde entonces, no importaba que cuatro días fueran muy poco.

La diferencia era mucha.

Aunque Minho y Yoochun seguían un poco raros al rededor de su nuevo hyung, todos los demás estaban tan felices y emocionados como él mismo.

Siwon no dejaba de regodearse sobre cómo su primo era el nuevo líder, Eunhyuk se había llevado muy bien con él porque ambos amaban bailar, Junsu y Donghae amaban la forma en que Yunho les hablaba cuando les enseñaba algo nuevo en los entrenamientos y pese a que le parecía muy molesto, Heechul parecía llevarse muy bien con Yunho. Ryeowook y Kyuhyun estaban muy satisfechos con todo lo que el Alfa les había estado enseñando y la manada en general parecía estar funcionando a la perfección.

Jaejoongie no sabía muy bien cómo, pero todo el mundo en su escuela ya sabía que él y Yunho eran una pareja destinada, el pequeño pelinegro todavía no entendía ni un poco de lo que eso significaba, pero ser el destino de Yunho había hecho que el mayor siempre pasará tiempo con él.

Su hyung lo invitaba a su casa todo el tiempo y Jaejoong sin darse cuenta había abandonado su costumbre de sentarse solo en los límites del territorio a esperar a sus padres para pasar tiempo con su Alfa. Después de los entrenamientos no tenía que volver solo a la vieja cabaña que era su casa, el cachorro podía fácilmente ir a casa de Yunho donde el mayor le regalaría jugo de naranja fresco, le leería un cuento o algún libro de su enorme biblioteca, le haría muchas preguntas sobre sus cosas favoritas y le hablaría de su vida en Gwangju. A Joongie le gustaba mucho estar con Yunho porque lo trataba bien y olía muy rico.

Cuando el pequeño pelinegro vislumbró la enorme casa de los Jung apretó el paso y tan pronto como estuvo frente a la puerta se paró sobre la punta de sus pies para tocar el timbre. La señora Jung no se sorprendió de verlo en la entrada cuando abrió la puerta.

"Hola Joongie ¿Cómo estás?" Cuestionó la mujer mirando con ternura al niño hacer una reverencia.

"Bien, vine a ver a Yunho hyung antes del entretenimiento porque debo darle algo" dijo en respuesta, sonando muy solemne y con la espalda recta, haciendo a la señora Jung imaginarlo con un traje de soldado.

"Está en la sala leyendo, anda, ve a buscarlo" la señora empujó la puerta y se apartó para que el niño entrará, Jaejoong se despidió con un movimiento de su mano y corrió hacia la sala.

La casa de los Jung era muy grande y bonita, a Jaejoong le gustaba mucho, tenía muchas ventanas y cortinas largas, el techo era alto y el aroma a madera de los muebles le picaba la nariz haciendo bailar una sensación extraña en su estómago que lo hacía sentir como si estuviera volando.

El niño se paró en el umbral de la sala y se quedó un momento mirando a Yunho que estaba sentado en medio de ella con un libro entre las manos, Jaejoong no entendía porque cada vez que veía al mayor su corazón latía igual de rápido que cuando corría, era desconcertante para el pequeño de ocho años, pero también le parecía emocionante.

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