Cachorro

7. Yo soy su Alfa

Yunho no podía recordar un solo día de sus dieciocho años en el que le hubiesen temblado las piernas de una forma tan vergonzosa o le sudaran las manos hasta la incomodidad como en ese momento, podía escuchar a sus padres pisándole los pasos con lentitud.

Con la luz del sol desaparecida y más concentrado, Yunho se dio cuenta que en realidad el lugar donde había encontrado a los niños estaba un poco retirado de todas las demás casas.

"Cielo ¿Seguro que recuerdas donde es?" Escucho la voz de su madre y giro.

"Mi lobo lo hace" respondió el joven un poco avergonzado.

Claro, porque tú estás más ocupado quemándote los sesos que mirando por donde nos llevas. Mocoso.

Yunho frunció el ceño al escuchar a su lobo, era cierto que había estado muy distraído antes de escuchar los gritos.

"Bien ¿Estamos cerca?" Pregunto su padre y Yunho miro a su alrededor asintiendo.

"Estaban bajo ese árbol" alcanzó a ver el viejo tronco del árbol y suspiró.

Estaba muy nervioso.

"Okey hijo, acércate" su padre no espero que se moviera y se acercó al joven tomándolo de los hombros "sé que te la vives peleando con el pulgoso, pero necesitas su ayuda para encontrar a ese tal Joongie" la mención de su pareja lo hizo sonrojarse y su papá le regaló una sonrisa simpática "quiero que cierres los ojos y recuerdes el momento en el que lo tuviste enfrente, recuerda su esencia, búscala entre tu mente y tus sentidos, atrápala hasta que sientas como te pica la nariz e inunda todo a tu alrededor, una vez que lo hagas va a ser pan comido para tu lobo rastrearlo y dar con su ubicación" Yunho trago saliva, se sentía increíblemente nervioso, sentía a su lobo emocionado y ansioso, él mismo admitía estar expectante y feliz, aunque también estaba preocupado, en su cabeza no dejaba de hacerse preguntas "¿Que haré si no puedo controlarme? ¿Qué pasa si le hago daño? ¿Qué pasará si papá no puede detenerme? ¿Qué si no le gusto? Y si le gustase ¿Su familia va aceptarme? ¿Van a permitirme verlo? ¿Pasar tiempo con él?" el joven Alfa casi no quería encontrar a su pareja, pero al mismo tiempo...

Lo anhelaba.

Cuando niño, mientras deseaba con todas sus fuerzas ser un Beta la única cosa que lo hacía dudar y querer ser algo diferente eran las parejas destinadas, encontrar a alguien en el mundo que la luna sabía que sería todo lo que alguna vez necesitarás en tu vida, no tener que buscar entre cientos de otros betas o esperar el milagro de que siendo beta algún shifter Omega u Alfa te eligiera como su pareja destinada porque su lobo había reconocido al tuyo. Ser un Beta representaba la libertad de vivir tranquila y cómodamente, pero tenía la desventaja de tener una conexión débil con tu lobo que terminaba inevitablemente en no tener una pareja elegida por la luna o tener la obligación de tomar un duro entrenamiento para hacer aflorar tu naturaleza animal.

Ser Beta había sido su sueño, pero también lo había sido encontrar a la única persona en el mundo que lo haría sentirse pleno, cómodo y feliz por simplemente existir. Por ello, aunque estaba terriblemente angustiado ante la incertidumbre del ¿Qué pasaría si...? Yunho intento concentrarse. Se enfocó en el momento en que recuperó algo de su propia conciencia en medio de la bruma que desencadenó el inicio de su primer celo, la imagen de unos inocentes ojos negros mirándolo con preocupación brinco en su mente y sintió a su lobo tranquilizarse dejando de lado su ansiedad y emoción, calidez empezó a recorrer su pecho enviándolo a un estado de trance donde pudo recordar lo suave que se sentía la piel de su mejilla contra su mano y escuchar como si de una grabación se tratara a su pequeña voz buscando asegurarse de que estuviera bien... entonces apareció, Yunho pudo atrapar la esencia.