•Prologo•

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POV Narradora

Beep

Beep

Beep

Aquella alarma sonaba repetidas veces pero la peli-azul no despertaba.

Unos golpes empezaron a sonar en su puerta, su madrastra, intentaba despertarla, pues hace media hora la alarma seguía sonando.

La peli-azul de dieciséis años abrió lentamente sus ojos, los cerró unos segundos y luego los volvió a abrir, se sentó en el borde de su cama y miro su despertador que seguía sonando y frunció el ceño.

- Cállate - dijo de malhumor -

Hizo un ligero movimiento de su mano izquierda hacia el aparato y de esta salió un filoso cristal que quedo clavado en su despertador destruyéndolo, se fue hacía su puerta, le quitó el seguro y la abrió, miró con frialdad a su madrastra y paso alado suyo.

- Buenos días - murmuró la mujer -

La peli-azul solo asintió y caminó hacía el baño que estaba alado de su cuarto. Entró, cerró con seguro y luego se escuchó como caía el agua de la ducha que indicaba que se estaba duchando, veinte minutos después salió del baño con una toalla alrededor de su cuerpo y otro alrededor de su cabello. Caminó hacia su habitación, se vistió, se peinó y luego bajo hacia el comedor para desayunar junto a sus "padres" con cara de querer matar a alguien.

Ella odiaba levantarse temprano.

Cuando llegó se sentó en una silla enfrente a su padrastro, quien estaba tomando una taza de té ya que el decía que la cafeína era mala para su organismo, en cambio la peli-azul, era su bebida preferida; El la saludo con una sonrisa al verla y esta solo murmuro un pequeño "Buenos días", agarro su taza con café con ambas manos ya que la taza estaba tibia y sus manos frías, esa sensación la relajo por completo y una pequeña sonrisa se asomó a sus labios.

- Rayos, se me hace tarde - dijo el castaño mirando su reloj en su muñeca, termino de tomar su té y se levanto - Me tengo que ir Cariño - dijo el mayor dando un pequeño beso en los labios de su pareja que lavaba los cubiertos - Nos vemos pequeña - le dijo a la peli-azul dejándole un beso en la frente y agarrando su saco del perchero alado de la puerta y poniéndose sus zapatos -

- Eso no era necesario - murmuro la peli-azul con un leve sonrojo en sus mejillas - 

- Que tengan un buen día - dijo con una sonrisa y luego se fue -

- ________, deberías apurarte o tu también llegaras tarde - dijo la mujer castaña secándose las manos -

Ella asintió, se levanto, fue a lavarse los dientes y luego se despidió de su madrastra con un "ten un buen día" para luego irse. Al cerrar la puerta de su casa una esfera de agua apareció unos centímetros encima de la mano de la peli-azul, abrió su mano por completo y la esfera se hizo plana, casi igual de fina que dos hojas de papel juntas, cerró su mano y esta se hizo de cristal color celeste pastel, bajo el cristal hasta sus tobillos y se puso encima de esta doblando un poco sus rodillas y extendiendo sus brazos para mantener el equilibrio, casi como estar parado encima de una patineta, movió su mano derecha que estaba extendida hacia atrás de ella y la movió hacia adelante en un movimiento rápido y entonces el cristal comenzó a ir rápidamente hacia su escuela, donde pasaba a los segundos ráfagas de viento bastantes fuertes aparecían por donde ella estuvo, haciendo volar periódicos, despeinando a la gente, incluso levantando las faldas de chicas que iban por allí.

Pero poco le importaba, una vez llegó una cuadra cerca de su escuela detuvo su andar con aquel fino pero resistente cristal, bajó de encima de este, lo levanto hasta quedar a la altura de sus hombros, toco el cristal y este volvió a ser de agua, abrió su palma y y lo adsorbió, luego comenzó a caminar hacia el instituto como si nada hubiera pasado.

¡¿Que Me Estás Haciendo?! ¡Detente! [Katsuki Bakugou y Tu]  PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora