El alma desnuda

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Hay una parte intrínseca entre el deseo y el amor ..
Uno convierte el deseo en amor y el deseo de vuelve más fuerte.
Si separas al amor del deseo probablemente encuentres algo excitante pero si mezclas el amor, el deseo y la pasión encontrarás algo extasiante.
Mucho tiempo juzgue la sexualidad como un papel que solo podían vivirlo libremente las prostitutas, por que si yo lo hacía era una puta. Si una puta, mi madre me enseño a ser una niña buena, recatada, con valores morales, pero se le olvidó enseñarme de sexualidad.
Descubrí mis propias formas de goce, al roce de la ropa, de una mano, en la mirada coqueta de quien me pretendía. La naturaleza misma me enseño a mirarme en un espejo desnuda.
Pero más que sin ropa, sin tapujos.
Quisiera verme en los ojos de alguien que me observe desnuda pero no solo del cuerpo sino también del alma.
Que me mire, y que cada día que pase me desee más, pero no como un objeto sexual sino como una mujer que fue creada para ser parte de un planeta que también él pise.
No estoy pidiendo amor eterno, mucho menos un anillo, el amor se desvanece al sentirse obligado a reglas absurdas.
El amor es libre, inquieto, jodidamente fuerte cuando es de verdad, pero el deseo, ese surge del contacto de dos almas sin importar la distancia, sin importar género, sin importar raza, surge y ya, no todo tiene explicación.
No somos animales lo sé, pero nuestra historia proviene de una raza de orangutanes que si bien es cierto tienen un cierto sentido de inteligencia pero jamás dejarán de ser animales, por lo tanto vivamos para ser felices haciendo lo que deseamos ya sea por instinto o razón, pero vivamos y dejemos vivir a quien no nos pide opinión de su vida, sexo o principios.
Cuan libre somos cuando nos desnudamos el cuerpo y de paso le quitamos la ropa al alma.
La desvestimos, le quitamos el último tono de vergüenza y es entonces cuando empieza a vivir, por que a dejado de pensar en los demás y a empezado a vivir para sí misma.
Ya no le importa ser el desnudó perfecto, más bien esta siendo ella misma, así completamente desde el último cabello hasta la punta de sus pies.
Y pobre del que se enamore de ella por que no tendrá escapatoria y se hará un adicto a su perfume ...

Nada es color de rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora