Imaginas » Zayn Malik

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"Este es como un antes del primer one shot de este libro;de como se conocieron."

Sabías que la noche iba a ser larga desde el momento que pisaste aquél club; enfundada en ese vestido rojo ceñido a tu cuerpo te sentías como una reina y es que, lo eras. Llevabas un mes soltera después de la relación de mierda que habías pasado, el chico con el que andabas te engaño con su compañera de trabajo y además era un celopata.
Fuiste con dos de tus mejores amigas, ya no querías seguir llorando o encerrada en tu habitación.

—Espero que consigas a alguien muy bueno está noche, querida. —te dijo Sophie, una de tus mejores amigas.
—Encuentre o no, mi único propósito es divertirme. —alzaste la voz entre tanto ruido.
—¿qué dices? ¡Vamos,____! Tienes que sacar ese culo a bailar, ¡mírate! Estás hecha una diosa, si fuera gay te echaría los perros. —Te dijo Anna, tu otra mejor amiga.
—A veces creo que sí eres lesbiana, babe. —reiste.
—Tal vez solo un poco, todos tenemos un poco, ¿no es así?

Tras un par de tragos y bailar juntas, decidiste acercarte a la barra. Habías estado bailando con distintos chicos toda la noche y te movías muy bien, todos podían notar y se preguntaban por aquella chica que disfrutaba la música como si no hubiera fin. Ya en la barra, tomando un trago sentiste la mirada intensa de alguien. Giraste a un lado el rostro sólo para encontrarte al tipo más guapo que jamás hubieras visto. Le sonreiste y alzaste tu copa, esperando una reacción de él. La tuviste enseguida cuando se acercó a ti.

Zayn povs
Desde que la observé, supe que ella era el alma de la fiesta. La forma en la que meneaba las caderas, su sonrisa disfrutando la música y su precioso cabello colgando desde su espalda. No pude quitar los ojos de encima de ella, era la chica más hermosa que jamás vi. Así que cuando  sonrió y yo me acerqué supe que tenía razón, estaba haciendo un buen trabajo. Tras charlar y coquetear un par de minutos, decidí que era momento de atacar.

—Entonces, ¿estás aquí sola?
—No realmente, vine con unas amigas. Están por... Ahí —dijo señalando a un par de chicas besándose con otro par de chicos. —Sí, bueno, supongo que se olvidaron que estoy aquí.
—Vaya que sí. —Quería que ambos traspasaramos la línea, es decir, darnos cuenta de la atracción que había entre nosotros. Quería romper el muro, besarla y saborear sus labios—¿por qué tú y yo no nos vamos de aquí?
—Hmm, bueno, yo...
—¿no sales con extraños? Eso dejaselo a las chicas buenas. —susurre acercandome a su oído. Pude ver como una sonrisa se le dibujo en el rostro y asintió tomando me la mano para salir del club.

Íbamos caminado por la calle, riendo y jugando, éramos felices así. El taxi nos llevó hasta mi departamento, una vez dentro, sin previo aviso ella se estampó contra mi boca. El beso fue apasionado, con hambre de saciarnos uno al otro. La cargué y ella enredo sus piernas alrededor de mis caderas, la pegué contra la pared y le seguí besando. Una de mis manos viajó hasta su entrepierna, mi sorpresa fue que sólo traía una tanga, la aparté y ella río cuando empecé a masajear su clítoris. Jadeos escapaban de su boca, pero yo quería más, quería que los dos llegásemos al éxtasis. Introduje dos dedos y comencé a bombear en su interior, estaba tan mojada... Ella había lanzado su cabeza hacia atrás debido a las sensaciones, su boca entre abierta con el labial corrido, era la imagen perfecta. Llegó a su primer orgasmo poco después, ella se deshizo de su vestido y yo de mi camiseta, caminamos juntos a la cama, entre besos y caricias.
Ella me lanzó a la cama y bajo la bragueta de mi pantalón, introdujo su mano dentro de mi bóxer y comenzó a masturbarme.

—¡Diablos! Sigue así, nena. —realmente me estaba poniendo duro y es que ésta chica lucía muy sexy en lencería tanto en aquel vestido rojo.

Mientras hacia lo que hacia, comenzó a repartir besos desde mi abdomen hasta llegar a mis labios.

—Tus tatuajes lucen malditamente espectáculares en ti.

Quise responderle pero estaba en mi límite, así que lo que hice fue tomarle y recostarla encima de la cama, me deshice de toda la ropa que nos estorbaba, saqué el condón que traía en el bolsillo del pantalón y lo puse en mi miembro que para ese entonces ya estaba muy duro. Antes de introducirme en ella, jugueteé un poco con su clítoris, estimulandola un poco más.

—¡Maldita sea, solo hazlo ya!

Dijo entre dientes, solo sonreí y la besé, lentamente la penetre y comencé a moverme. Las embestidas se tornaron rápidas tras un tiempo y podía sentir que ella estaba al borde porque sus jadeos se volvían intensos, no quería despertar a los vecinos así que la besé pero yo también estaba llegando. Era como una conmoción, el mejor sexo que jamás tuve. Quería que me diera todo y observar como se arqueaba ante mi, como su rostro de contrariaba cuando llegase al clímax. Y así fue. Los dos estallamos en un gemido.

Narrador

Cuando ____ despertó en la mañana, vio dormir a su lado al hombre con el que había coqueteado anoche. También había sido el mejor polvo de su vida, así que le dejó su número telefónico a un lado antes de irse. Iba a ser el comienzo de algo, sin duda.

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¡Ya las vi, pecadoras!
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