Giros, una canción, un desespero, una premonición de lo que pasa dentro y fuera del día a día de un adolescente que hierve con diferentes cosas, con gustos comunes con diferentes gentes, con música mortal que hace cambiar de un "giro" la vida y se prepara para un futuro diferente cada un segundo, y para colmo, sigue viviendo. Un adolescente no termina de ser, de hablar, de caminar de pluralizar aspectos indiferentes de cada día, de cada vida que le toca vivir. A veces no se involucra, a veces no le toca y continúa el curso de una rutina, pero de pronto cambia su rumbo con una sonrisa, un abrazo, una caricia, y esa predestinación de su futuro inamovible se desarma, se destroza, se evapora, se esfuma, y se crea algo nuevo, algo diferente pero igual de asombroso. Algo, una palabra complicada y a la vez tan simple, para describir todo, pero su significado conlleva todos los significados, incluso significados de los significados y de esos significados.
Algo que se busca y se encuentra es fácil de describir, algo que se busca y no se encuentra puede ser igual de fácil, algo que no se busca y se encuentra no creo que sea tan fácil de describir, pero cuando no encontramos lo que no buscamos, no tiene explicación alguna, por una obviedad del asunto, eso no aparece aún.
Buscando y buscando te encontré, muy tarde entre mis días de rutina yendo y viniendo del trabajo, regresando a mi departamento, justo abajo de mi piano con una manta y un sueño, estabas ahí la mañana del 21 de septiembre de 2009, el año y el día de mi titulación en la universidad como Profesor de Artes con mención en música, y también el mismo año de mi primer trabajo.
Estabas ahí con problemas monetarios y cabisbaja, con tu vida deshecha. Te sonreí, entré al departamento, dejé la puerta abierta, he hize un camino de snacks. Cuando dió resultado te recosté en el sillón y te dí una copia de llaves del departamento. Compré un violin para ti y busqué la forma de que aprendieras.
Así nos conocimos, así dejo lo más importante de mi vida en las personas, así es como me enamoré de tí, de una forma poco usual, y en períodos muy cortos de tiempo.
Una morena baja, esbelta, ojos marrones y pelo ondulado y oscuro, que toca el violín y canta como ninguna otra mujer que haya conocido, así eres y por eso me enamoré de tí.
Hoy siendo las dos de la mañana y sin agúantar más todo el sueño abrumador que siento, decidí cambiar el rumbo de todo esto y compré otra cama más a mi departamento, allí te recostarás después de tus clases de violín, así podré observarte durante la noche y calmar mi sed y hambre de tí.
Podré continuar mis estudios con felicidad con armonía fuera de lo común y monotono del día, y sabiendo que alguien me espera en casa.
Cuando llegué al conservatorio no había nadie, siendo que todos los días abren a las 6:30 de la madrugada, pero esta ves no había nadie. Entré, dej mi bolso a un lado, y saqué la rapsodia no 2 de Lizt, que había estado ensayando por unas pocas semanas. "Da capo" parecía escuchar que me decía el maestro Garibaldi, sabía que lo diría una 40 veces más hoy. De pri hasta "coda" no había mucha difrencia tonal pero un diferencia ritmica notable, muy complicada pieza. Todo marchaba a la perfección cuando llegó Marceclino. Lo saludé, pero no obtuve respuesta. me pareció un poco extraño siendo que no recordaba que tuvieramos problemas de relación filial, pero de pronto recordé el altercado que vivimos hacía ya una semana. Él se me acercó y preguntó si recordaba lo de esa semana, yo me hice el indiferente, él que no recordaba nada, así que él no continuó recordándomelo. Hablamos, compartimos lo que habíamosescuchadola semana pasada, y él me contó que había estado escuchando el concierto para piano número dos de Rachmmaninov. Y que había pensado en hacer una adaptacióncon cello y piano. Yo recordé qu había descubierto que la canción All by myself de Eric Carmen estaba basada en un fragmento de éste concierto y se lo conté. A él le pareció raro que tuviera tiempo de hacer análisis músicales tan amplios siendo que de todas las canciones que podía haber escuchado hice una relación entre dos piezas totalmente alejadas temporalmente, y por ende el estilo era toalmente diferente, pero en el momento no dijo nada.
Cuando comenzamos la clase, el maestro me elijió para pasar a presentar la obra que habíamos pacticado el fin de semana. Yo, por ende, me enfrasqué y dediqué a presentar la rapsodia no 2 de Lizst, y como es natural todos apludieron, y el maestro se dedicóa darme los consejos y correciones pertinentes.
Terminada la clase me fui al departamento rápidamente para prepararme par el fin de semana, en el cuál gozaría de una invitación que hizo la Municipalidad de Talcahuano a, casualmente, ¡Fito Paéz! a cantar en La Tortuga, y ya tenía mis benditas entradas. Te invité y sonreiste con júbilo, como un niño en Disneyland, te lanzaste a mis brazos a besar mis mejillas, mientras exclamabas: "creo que te amo más hoy". Yo quedé pasmado tras tu expresión y procedimos a alistarnos para el concierto.