Al despertar en el dormitorio del hotel nos dimos cuenta que el recepcionista no trajo la cuenta, así que fui a buscarlo para que cobrara lo correspondiente. Me dijiste que te darías un baño.
Encontré al recepcionista en la entrada del hotel, y le dije si nos podía llevar la cuenta de lo consumido y la noche, que por lo visto no habían llegado a cobrarnos. Me dijo que no había problema que la llevaría enseguida.
Luego de todo esto me devolví a mi dormitorio como es obvio, no te ví, supuse que estarías en el baño, golpeé la puerta y me di cuenta que la puerta estaba abierta, golpeé de nuevo pero no tuve respuesta. Abrí, y tampoco estabas allí. Te habías ido, no se cuando, no sé cómo, no sé tampoco por qué, pero te habías ido sencillamente. Me sentí abandonado. Solo.
Fui a pagar la cuenta del hotel y me dirigí hacia el auto, para abandonar ese lugar antes de que la melancolía me carcomiera.
Al llegar a mi departamento, me senté al piano, y busqué en internet una partitura, y encontre I´ve got a woman de el gran Ray Charles. Me dediqué a tocarla para estar tranquilo, luego improvicé sobre esa pieza muy lentamente, fui dejando una pieza diferente hasta obtenerla.
Caminé al living, tomé mi laptop y escribí la partitura en forma digital, luego grabé, siete veces para ser exacto, lo que había tocado y lo subí a la red, solo para pasar el tiempo.
Pensé que volverías para cenar y te espere sin comer el pavo que había cocinado, pero nunca llegaste. Me aburrí de estar solo, asi que salí a caminar por el parque continuo al edificio, con mi guitarra, entré a un bar, solo, triste y abandonado, pedí un vino barato y me senté en la última mesa de la esquina más recondita del lugar, y toqué un vals peruano para calmar mi soledad, pero sin querer ni saber estaba aumentandola, porque la gente que estaba allí se fué para no oír a un "borracho" cantar a esas hora de la madrugada.
Luego de un par de horas el cantinero me hechó del lugar, porque debía cerrar,así que salí de allí, tomé un taxi que me dejó en el edificio.
Subí las escaleras a ciegas, entré en el departamento y me recosté en mi cama. Estabas allí, pero no físicamente, sino en escencia, estabas en las cosas del mueble, en mi cama, en las sábanas, pero sólo en escencia, porque mientras más sentía que estabas allí, más solo estaba.
Te llamé, pero no contestaste, te escribí cuando estaba en la laptop pero no contestaste ninguno de mis e - mails. Estaba solo, realmente solo.