Ellos Están Aquí -COMPLETA[Obscurial #01]

Capítulo: 30 - Lo dejo salir todo.

20 de diciembre de 2020

Andrea.

- No debiste confiar tanto en mí, cariño –completa y mis piernas fallan por el impacto. Jesús y Júpiter actúan rápido y me sostienen de cada lado para que no termine en el suelo.

- No... Sep dime que no es cierto –murmuro con lágrimas cayendo por mis mejillas. Un destello de dolor pasa tan rápido por sus facciones que creo haberlo imaginado.

- Es Damian –corrige velozmente- o Superior, tú decides Drea, es fácil –completa.

- No pudiste hacerme esto –murmuro dando un paso al frente- No pudiste hacerlo.

- No he hecho nada –responde con simpleza- al menos no aun... y tú tampoco lo harás, Andrea. No lo permitiré –deja claro.

- Se irán conmigo a casa, Josep –digo y a pesar de que todo en mi interior sea un caos mi voz no tiembla- y no podrás evitarlo aunque quieras.

- Cariño –llama y me duele, duele que use ese mote tan cariñoso en este momento- nadie saldrá de obscurial –promete y tenebris nos rodean de inmediato- ahora ven conmigo y nadie saldrá herido –dice y rio sin humor.

- Nunca en la vida –respondo con fuerza alzando mi barbilla.

- Eso no fue lo que me dijiste ayer –asegura con una sonrisa maliciosa.

- Maldito hijo de puta –grito y me lanzo hacia adelante. De igual forma varios tenebris se tiran hacia adelante y la guerra comienza; golpeo los tenebris que cubren su guardia para poder llegar hasta él, pero es rudo, no soy piadosa.

Dejo que la ira acumulada, el dolor, la traición y el lado sangriento en mi tome el control y no me contengo, me cuelgo del cuello de uno y en dos segundos tiro hacia arriba dejándolo inmóvil; dos más me interceptan antes de lograr mi cometido y comienza una pelea de nuevo.

Giro levemente hacia tras y todos los chicos están peleando contra alguien de nuevo, incluso Susana que aun esta algo débil pelea contra una de ellas y no le va mal. Llevo mis ojos a Josep, Damian o cómo demonios se llame y mi determinación crece rápidamente. Un interruptor se enciende dentro de mí y la verdadera matanza comienza.

Invoco la fuente en ambas manos y de un movimiento las llevo al pecho de ambos tenebris y la clavo sacando los corazones de los dos haciéndolos polvo en mis manos; las masas caen como un cascaron sin vida y sonrió.

Mis sentidos se agudizan y siento movimiento tras de mí, me agacho justo para evitar un golpe. En un instante estoy en el suelo y en el otro estoy de pie golpeando al tenebris frente a mí; salto cuando intenta golpear mis piernas y otro llega para ayudarlo.

Ágilmente me desplazo a un lado y justo cuando uno tira una navaja hacia mi uso al otro de escudo. Uno menos. Dejo caer el cuerpo y me giro para dejar ir una ráfaga de luz hacia el otro dejándolo fuera de combate. Otro menos.