Daba vueltas sin parar por toda su habitación, corrección su antigua habitación, aun no podía creerse que realmente estuviera en esta situación un tanto incómoda para él. Él en la casa de sus padres, supuestamente había jurado no volver a poner un pie en aquella propiedad que ya no consideraba suya.
-Que estúpido es todo esto –Dijo sentándose al borde de la cama y suspirando ruidosamente.
El chico comenzó a rebuscar en su pequeña maleta alguna ropa que le haga ver algo presentable para la ocasión, su madre lo había llamado para decirle que regresara a casa, ya que su primo había organizado una reunión para celebrar su compromiso y su pronto ascenso en aquel trabajo familiar en la cual Baruch había renunciado hacía ya varios años. Al chico no le importaba el ascenso de su primo y su compromiso le daba igual, no era algo en lo cual él deba estar alegre.
¿Cuándo fue la última vez que estuvo reunido con toda su familia paterna? No había visto a sus tíos en varios años, siete para ser exactos, después del funeral de su abuelo no había vuelto a saber nada de ellos, aunque realmente no los echaba de menos, ya que su relación con ellos no había sido la mejor de todas y después de aquel incidente con sus padres había ido de mal a peor.
-¿Baruch? –Dijo la mamá del chico entrando a la habitación -¿Ya estás listo?
El chico miró a su mamá; estaba con un vestido negro que le llegaba al piso y el cabello recogido en un moño; sonrió y asintió.
-¿Van a querer que yo conduzca o lo hace mi padre?
-Sería mejor que lo hicieras tu hijo, sabes que tu padre no tiene paciencia con los coches –Contesto la señora Diane a la pregunta de su hijo con una risita para acto seguido salir de la habitación.
Baruch se miró por última vez en el espejo de su antigua habitación y sonrió satisfecho al comprobar que se veía bien.
Salió de la habitación para encontrarse en la gran sala con sus padres, el chico mantuvo una mirada profunda y cargada de sentimiento hacia su padre, este simplemente miró a su hijo serio y salió de la casa sin decir nada, el joven solo suspiro y hizo lo mismo junto con su madre hasta el coche.
*
-¡Quiero hacer un brindis! –Dijo una señora adulta levantándose de la mesa con una copa en mano –Me gustaría brindar por mi hijito, mi Carlos, y su bella novia Caroline, para que tengan un futuro alegre y lleno de bellos hijos
Todos los presentes en aquella reunión levantaron sus copas y dieron el brindis a la feliz pareja, algunos con una sincera sonrisa por aquella relación tan perfecta que tenían la joven pareja y otros simplemente por compromiso, entre ellos Baruch, a quien no le importaba para nada aquella celebración.
-Gracias por el brindis mamita, eres la mejor de todas –Dijo el hijo dándole un beso a su adorada madre en la mejilla bajo la atenta mirada de todos los presentes –Gracias a tus grandes enseñanzas estoy con un trabajo estable y una hermosa novia –Dijo Carlos dándole un beso en los labios a su amada.
-Tu hijo es alguien encantador Raquel –Dijo la mamá de Baruch sonriendo.
-Tienes razón amor –Dijo el señor John agarrando de la mano a su mujer –Mi hermana tiene un hijo modelo.
-¿Cómo te va en la universidad Baruch? –Pregunto Caroline mirando a su nuevo primo -¿Estas bien en tus cursos? ¿Ya tienes alguna radiante novia que sea de tu nivel?
Todos los presentes miraron al antes mencionado en espera de una pregunta, el joven se sintió algo incómodo pero supo llevar la situación con la mejor sonrisa que tenía en aquel momento. Miro a su prima y le dio un trago a su champagne.
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