11:22 PM
Con la frente recargada en el vidrio de la ventana, observaba la lluvia, el tranquilizante sonido de las gotas chocando con el cristal eran calmantes, el viento se filtraba por los marcos de las puertas y ventanas, produciendo su típico silbido.
Su mejor amigo dormía mientras el observaba el cielo y los relámpagos.Se escucha un golpe la azotea ...
Pierce se alerta, había algo arriba,
sospechaba de un ladrón, tomo un bate de béisbol y salió al patio.Sin importarle el agua se comenzó a empapar, miro hacia arriba.....
Alguien lo observaba;Un hombre alto, lo miraba desde el techo, tez completamente oscura, sus ojos eran de color verde que resaltaba entre la noche.
Lo había visto de algún lado, era una complexión tan familiar, alguien conocido.—¿Quien eres?, Estás en propiedad ajena— grito Pierce con nerviosismo
Su postura le delataba, apretaba el bate moviendo los dedos constantemente.Aquel hombre en el techo sonrió y dijo:
—¿Miedo?—
Su voz lo dijo todo, era muy grave.... La reconoció en un instante, este no era un ladrón.
De un salto desapareció entre las demás casas.
Pierce estaba indeciso tenía pánico, tomo valor y de un salto llego a la azotea, su único acompañante era la brisa tambaleando las antenas.
Miro a su alrededor, perdió todo rastro.
Solo se escuchan la sirena de una patrulla a lo lejos de esa tranquila calle.
Confundido, entro de nuevo a la casa, acomodó el bate en el armario, se puso un suéter.
Hizo a un lado la cortinilla para observar afuera, no había nadie.(Estregan escuchó como se cierra la puerta....)
Aquella noche estrellada se adentro en las fauces de su ciudad, corriendo a todo lo que daba su cuerpo.
Pero esta vez sin pena a mostrar sus manos iluminarse.
Recorrió en minutos toda la autopista central de la ciudad hasta llegar a la «Capital de Argolla».
Desgastado, desaceleró, debía dejar de fumar.
Apenas había dejado de llover, escuchó pasos en los charcos de agua...
El sonido se escuchaba cerca, siguiendo el sonido miro a su derecha justo en el techo de un edificio aledaño....
Vio a aquel hombre observándolo de nuevo.
—!oye tu¡—grito.
El hombre cambio de dirección, Pierce sin pensarlo salto al techo, lo comenzó a perseguir.
El hombre aceleró el paso y comenzó a correr.
Surcaba los obstáculos, las antenas las hacían a un lado, las venas del cuello de Pierce comenzaron a iluminarse por el agotamiento....
Suspiraba cada vez más fuerte, a escasos 40 metros más adelante el edificio terminaba para hacer una esquina, había una caída de por medio de 50 metros, algo alto y jamás intentado.
El hombre misterioso salto hacia el edificio de adelante con facilidad, era el turno Pierce si quería alcanzarlo, con la velocidad que llevaba tomo fuerza y salto.....
Apenas logro sujetarse del borde, con un gesto de cansancio subió.Era extraña la reacción que producía su sangre en cuanto el comenzaba a agotarse.
Se puso de pie y observó buscándolo....El hombre aparece detrás de él, lo toma del cuello y lo levanta directo a la altura de sus ojos.
—Aun no estás listo- observó sus venas— tu sangre aún se está adaptando al OKER, próximamente vendré por ti, no te encariñes con nadie que tu alma es prestada.—
Lo tiro al suelo, mientras Pierce trataba de recuperar aire tosiendo.
Le pregunto...
—¿Tu eres Asgall?—
—Solía serlo, me parezco más a ti de lo que tú crees—
Lo golpea en la cara con el puño, tirándolo a la carretera, cayó boca abajo, quedándose en el suelo.Una señora en la parada de autobuses grita espantada.
La sangre de Pierce se exparse por todo el pavimento.
Le gente aterrorizada se acerca solamente a observar y a calmar su morbo como suele ser siempre.
Pocas voces comentan que paso, Pierce percibe la voz de muchas personas a su alrededor.
Recarga sus manos sobre el pavimento y se pone de pie, toda la gente se hace a un lado.
Con un rostro monótono atraviesa a todas las personas empujando sus hombros.
—Chico, no te muevas la ambulancia está en camino—decia un desconocido con su celular en su oido y su brazo derecho en el hombro.
Pierce lo hace a un lado y siguiente caminando.
El desconocido regresa con todas las personas, observa el suelo y la sangre había desaparecido.
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LA QUINTA ESPINA DEL CACTUS
Science FictionAmistad ¿La conoces?, Pierce Frederick Dorman es un joven de 19 años, cuya vida cambia al encontrarse una roca con una extraña energia, está desencadenará una serie de eventos desastrosos. Tenderá a confiar y usar sus habilidades para su propio favo...