Parte 1

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Era un día cualquiera en Canterlot High, y Trixie Lulamoon estaba de muy mal humor.

- ¡Como odio a esas chicas! - decía ella mientras azotaba su casillero.

En la ocasión anterior, la habían humillado cuando las Sirenas atacaron, cuando ella y su banda (conocida como las Ilusiones) se habían enfrentado a las tres hermanas monstruosas, pero las Rainbooms intervinieron y "se llevaron el crédito"; eso fue lo que Trixie odiaba, y la seguía atormentando hasta el día de hoy; pensando en una forma de demostrar que ella era mejor en todos los ámbitos, una hoja de papel se estrelló contra su cara interrumpiendo sus pensamientos. 

- ¿Y esto? - Trixie comenzó a leer el papel - "Concurso de Talentos, demuestra quién es el mejor"; mmmm, ¡A Trixie le interesa esto! - decía mientras caminaba rumbo a su casa.

De pronto, miró a su lado y vio una tienda de magia. 

- ¡Esto está bien para aprender trucos nuevos! - pensaba mientras entraba a la tienda.

Al no ver a nadie, miró por todos lados. 

- ¿Hola? ¿Hola, hay alguien aquí? -

Miró el nombre de la tienda "Tienda de Magia del señor Zartó".

- ¿Señor Zarto? - 

Repentinamente, un hombre de baja estatura salió de la parte trasera de la tienda.

- ¡Es Zartó, Zartó, el acento va en la O! - gritaba mientras se acercaba a ella. - ¿Qué quieres, niña?- preguntó algo enojado el sujeto.

- ¡Trixie quiere comprar ese libro de magia! - le señaló el libro del aparador.

- ¡Ahhh! Ese libro. ¿Te interesa la magia, eh? - le decía mientras le mostraba el libro.

Trixie lo iba a tomar pero el se lo retira. Ella lo mira con algo de enojo, pero después él le dijo algo que le interesó...

- Puedo venderlo a alguien verdaderamente interesado en la magia. - le decía mientras le mostraba el libro a unos centímetros de su cara.

- A la Gran y Poderosa Trixie le interesa... ¿Y de cuanto estamos hablando? -

- ¡150 dólares! - esa cantidad de dinero era más de lo que ella tenía, pero necesitaba ese libro mas que otra cosa.

- Tal vez podamos llegar a un acuerdo. - le decía Trixie mientras hacía un el clásico truco de magia de la moneda en la oreja. El hombre la vio un poco interesado y sonrió. 

- Ok, hagamos un trato. - decía mientras sonreía a la chica. - Pero primero, me tienes que hacer un favor, - 

El sujeto fue hacia un pequeño cuarto, pero en menos de un minuto, volvió hacia donde estaba Trixie, quien aún se encontraba algo nerviosa, y el sujeto le dio un cepillo para limpiar cosas.

- ¡Quiero que quede limpio este tapete y te daré un precio muy especial! -

Después de varias horas de arduo trabajo limpiando la tienda, Trixie terminó su labor, y al caer la noche, se fue a casa, y después de llegar a ella, fue inmediatamente a ducharse. Mientras el agua caía sobre ella, pensaba el por qué había comprado ese libro. Después de la ducha, se secó con la toalla, se cepilló el cabello y se puso una pijama.

Después de cenar, volvió a su cuarto, al ver el libro que compró, lo miró otra vez, lo abrió y se llevó una extraña sorpresa: no entendió nada de lo que decía el libro, se sintió frustrada y se tiró en la cama con los brazos extendidos y comenzó a pensar en los secretos del libro, lo cual parecía tranquilizarla, pero después de pensarlo mucho, se quedó dormida.

Trixie pasó muchos días estrujando su mente, intentando descifrar el libro y no sólo eso, sino que también era el tiempo de exámenes y eso, además del show de talentos, la tenían hecho un manojo de nervios, eso la tenia de malas. Pero de repente...

- ¡Hola Trixie! - le dijo Lavander por atrás. 

Ella volteó y le gritó: - ¡¡¿Qué quieres?!! - 

Lavander y Fuchsia dieron un paso atrás de miedo. Pero Trixie se disculpó de inmediato.

- Lamento gritarles, es que estoy muy estresada. - dijo Trixie con algo de tranquilidad.

- Está bien amiga, a todos nos pasa y más en estas fechas. - le decía Fuchsia a Trixie. 

De pronto, Lavander la alejó de Trixie y empezaron a secretear algunas cosas mientras veían a su amiga algo nerviosa. Hasta que ambas comenzaron a decirle lo siguiente:

- Oye Trixie, ¿Quieres venir a nuestra casa a una pijamada? - dijo Lavender.

- ¡Así te desestresarías, que dices? - dijo Fuchsia.

Luego de pensarlo aceptó, ahora Trixie podría relajarse y pensar mejor las cosas.

La Gran (y Poderosa) Aventura de TrixieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora